- Esta semana reapareció Mauricio Macri con dos frases que son para analizar. Dijo: “Este será el último gobierno populista” y “el peronismo está secuestrado por Cristina Kirchner hace más de 10 años y eso hace que esté cooptado por la irracionalidad y si el peronismo no resuelve ese tema es difícil sentarse en una mesa y acordar”.
- La Argentina necesita desesperadamente acuerdos entre el Gobierno y la oposición para poder destrabar el atolladero que no le permite avanzar desde hace muchos años, pero Macri dice que con Cristina en el medio no se pueden acordar políticas de largo plazo.
- Para poner en claro las cosas: populismo y peronismo no son lo mismo. Para simplificar de un modo brutal: populismo es la versión extrema del peronismo. Es un régimen que va por todo y no reconoce la división poderes, propia de una democracia.
- Con la resurrección de Macri, la respuesta de Fernández a las declaraciones del expresidente y las repercusiones del #12O, que cayó como una bomba en el elenco gobernante, la grieta está más recargada que nunca.
- Fernández aseguró hoy en un acto en Vaca Muerta que "algo no anduvo bien en la Argentina de los últimos cuatro años". En realidad, algo no anduvo bien en la Argentina en, por lo menos, las últimas cuatro décadas, gran parte de las cuales el país fue gobernado justamente por la fuerza a la que pertenece el Presidente.
- Otra frase de Alberto a Macri, que cuestionó la cuarentena eterna: "Por si no sabés, la cuarentena sirve para poner orden tras el desastre que dejaste". Pero parece que ahora la propia Organización Mundial de la Salud, que casi cambia tanto de opinión como Alberto Fernández, también salió a desmentirlo.
- Ahora la Organización Mundial de la Salud llegó a la conclusión de que el confinamiento no es un buen método para combatir la pandemia. Y lo hace con un argumento que la Argentina ha padecido en carne propia: "El confinamiento solo logra que los pobres sean más pobres".
- Hoy el diario español El País publicó un artículo demoledor sobre cómo se gestionó la pandemia en la Argentina. Ha pasado de ser citado como ejemplo en la contención del coronavirus en América Latina a convertirse en uno de los países de la región con mayor número de casos.
- El consenso inicial con el que contó el presidente Alberto Fernández ha saltado por los aires y el descontento social ha fortalecido a la oposición, que respalda las manifestaciones callejeras contra el Gobierno. Pero Alberto no entendió el #12O así, como un cúmulo de demandas insatisfechas, "son la exacerbación del odio", dijo.
- Su Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, reaccionó con una frase contradictoria: "No aceptan el resultado de las elecciones", "creemos en el derecho a manifestarse, es parte de la democracia, pero también hay que aceptar la diversidad. No son la gente, no son todos, no son el pueblo".
- Te lo pongo al revés. Imaginate qué hubiera dicho Cafiero si la marcha se la hacía el peronismo a Macri y Macri decía: "Estos no son gente". Te imaginás lo que hubiera pasado, ¿no? El peronismo no puede concebir que la clase media haya tomado las calles en contra de un gobierno peronista.
- En un análisis que atrasa décadas, Cafiero supone que lo "popular" solo es patrimonio del peronismo. Pero Dady Brieva fue mucho más lejos, lo denunciaron y después la quiso arreglar alegando que era una "joda".
- "Dan ganas de agarrar un camión y ponerse a jugar al bowling en la 9 de Julio". Integrantes de un gobierno que dice tener como bandera los derechos humanos y la diversidad.
- Agustín Rossi, al que también se le paró el reloj, ensayó una frase igual de anacrónica. "La derecha perdió las elecciones y ahora busca el poder por otros caminos". Hay que recordarle que quien salió a la calle fue la gente, no las corporaciones o los militares, y que las marchas opositoras son parte de la democracia.
- El Presidente también dijo hoy otra cosa sorprendente: que Martín Guzmán "sufre" por la fuga de divisas. El verbo sentimental que usó es interesante: como si la merma en las divisas fuera algo perverso que alguien le hace a la Argentina y no producto de las malas políticas de su propio gobierno y de la falta de credibilidad que su propio gobierno genera.
- Falta de confianza, esa es la conclusión bastante obvia que sacó la misión del Fondo Monetario en su visita a la Argentina. Tal vez no hacía falta visitar la Argentina para darse cuenta de algo tan evidente.
- El Fondo Monetario estima que la Argentina estará entre los países más afectados por la pandemia. La misión quedó preocupada por la crisis social que enfrenta el país: la Argentina está el top 10 de caídas del PIB en 2020.
- En su informe global publicado hoy, el FMI proyecta una caída en la economía de casi 12% para este año. Para ponerlo en contexto, en 2001, el año de debacle, la economía argentina cayó un 4,5%. La tensión cambiaria sigue. El dólar blue no encuentra techo. Los precios también siguen subiendo.
- La pregunta de fondo es: ¿Acordará el Gobierno de Alberto Fernández un nuevo préstamo con el Fondo o solo reestructurará la deuda que se contrajo durante el gobierno de Macri?
- Dice Juan Carlos de Pablo hoy en su columna en LA NACION: "No existe ninguna posibilidad de que el actual Gobierno le pague al FMI en las fechas acordadas el préstamo otorgado al anterior gobierno".
- "¿Qué se negociará, entonces? Que nos presten, ¡para que les podamos pagar a ellos! Más allá de cómo se instrumente, esto está más cerca de la contabilidad que de la economía". Porque el problema sigue siendo cómo financiará Argentina su gasto público: ¿de dónde sacará el dinero un país que no crece hace más de diez años y que, además, no tiene financiamiento internacional?
- Se viene el 17 de octubre. ¿Un acto para empoderar a Alberto, en contra de Cristina Kirchner?
- Eso piensan varios sindicalistas, entre ellos Héctor Daer, el más cercano a Alberto Fernández y gobernadores del peronismo clásico que fueron muy lastimados por Cristina y sufren, como sufre el ministro Guzmán, por la centralidad de la vicepresidenta que sigue manejando los hilos del país.
- ¿Podrá el peronismo "secuestrado", como dice Macri, liberarse de Cristina? ¿O seguirá secuestrado e inyectado con más dosis de kirchnerismo?
Por Laura Di Marco
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