Alberto Fernández y Cristina Kirchner dieron señales de unidad y prometieron cambiar el modelo económico
MAR DEL PLATA.- Ante una multitud reunida en la Rambla de esta ciudad, Alberto Fernández y Cristina Kirchner cerraron ayer la campaña electoral con una clara señal de unidad, un fuerte compromiso de un cambio del modelo económico y un llamado a los que no los votaron en las PASO.
"En cada discurso que damos estamos firmando un contrato moral y ético con ustedes, para hacer la Argentina que atienda a los desposeídos, a los olvidados, para hacer una Argentina que vuelva a crecer", dijo el candidato a presidente, y prometió que "desde el primer día" van a ocuparse "de sacar de donde han quedado los cinco millones de nuevos pobres que generó Macri". Cristina había exhortado a terminar con el "neoliberalismo". El público le respondió: "¡Nunca más! ¡Nunca más".
En el centro del escenario aplaudieron Axel Kicillof y la candidata a intendenta de esta ciudad por el Frente de Todos, Fernanda Raverta. Diputada nacional y dirigente de La Cámpora, ella habló primera y recibió muestras de apoyo de la fórmula presidencial, incluido un pedido para evitar el corte de boleta, con el que Fernández cerró el acto. "¡El domingo, boleta completa y adentro!", dijo después de cuestionar a los intendentes que "se han olvidado de lo que hicieron y de lo que apoyaron".
También sobre el escenario, pero a los costados, se ubicaron cuatro gobernadores, Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Lucía Corpacci (Catamarca); tres mandatarios electos Sergio Ziliotto (La Pampa), Omar Perotti (Santa Fe) y Oscar Herrera Ahuad (Misiones); el candidato a jefe de gobierno porteño, Matías Lammens, y Verónica Magario, intendenta de La Matanza y compañera de fórmula de Kicillof.
La transición fue el tema predominante en las conversaciones de los dirigentes que llegaron a esta ciudad. "El domingo está todo tranquilo, el problema es el lunes", dijo un candidato a intendente, a un costado del escenario, justo después del acto, en alusión a una posible corrida cambiaria.
Fernández evitó toda referencia en su discurso, en el que hizo una reivindicación contundente del kirchnerismo. "Construimos una fuerza que nos dio la victoria en 2003, que nos dio la victoria en 2007 y que volvió a ganar en 2011, que pasaron muchos años, pero que está más viva que nunca, que está aquí, porque somos la esencia misma de lo que el pueblo argentino quiere", dijo, elevando la voz, en un discurso de solo 14 minutos. Cristina habló menos de 10.
Las invocaciones a Néstor Kirchner, de cuya muerte el domingo se cumplen nueve años, le imprimieron un tono emotivo al acto. La primera en nombrarlo fue Raverta, que sostuvo que el 27 de octubre había que hacerle "un homenaje a Néstor". Apenas escuchó esa frase, el candidato a presidente se puso a llorar. Volvió a hacerlo minutos después, cuando Cristina lo destacó como "el jefe de gabinete del proyecto político que en 2003 les devolvió la dignidad a los argentinos". Un cantito del público completó la escena: "¡Néstor no se murió!".
Los manifestantes, unas 35.000 personas según los organizadores, ocuparon tres cuadras de la Rambla, entre el Hotel Provincial y la playa Bristol. Los que estaban más cerca del escenario tenían como única identificación pequeñas banderas argentinas que repartieron los organizadores. Esa estética solo era desafiada por los globos con forma de zepelín, de los sindicatos de Obras Sanitarias y de Luz y Fuerza, que sobrevolaban sobre la multitud. También por banderas hechas a mano: "Cris, no me sueltes la mano", decía una que sostenía una mujer.
Al costado del escenario se ubicaron los invitados especiales, en una platea de los más diversa. Podía verse a Daniel Scioli, junto con Eduardo "Wado" De Pedro y Carlos "Camau" Espínola, y a Héctor Daer, con el "Cuervo" Andrés Larroque y Sergio Massa. Siguieron el acto en las mismas gradas algunos de los colaboradores más cercanos de Fernández, como Santiago Cafiero, Juan Manuel Olmos y Felipe Solá. También estuvo el excandidato a presidente chileno Marcos Enríquez Ominami, amigo del candidato y asesor en temas internacionales.
Justo antes de que el sol se escondiera detrás de los edificios que miran al mar, Fernández recurrió al manual de campaña e hizo un llamado al electorado que no los votó en las PASO. "A los que no creyeron en nosotros, no vamos a preguntarles de dónde vienen, sino si quieren ir al mismo lugar que nosotros. Si quieren una Argentina justa, solidaria, con trabajo, con educación pública y con salud pública, abracémoslos y hagamos entre todos la Argentina que nos merecemos".
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