En medio de tensiones internas, avanzan con más cambios en el Gabinete: Moroni y Zabaleta preparan la salida
El ministro de Trabajo enfrenta una fuerte presión kirchnerista; el de Desarrollo Social quiere volver a la intendencia de Hurlingham, versiones sobre Cerruti al Ministerio de las Mujeres
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La precipitada salida de Elizabeth Gómez Alcorta desencadena un cambio más amplio en el Gabinete que el presidente Alberto Fernández pretende anunciar mañana mismo. El nombre más relevante que deja el elenco de gobierno es el de Claudio Moroni, ministro de Trabajo desde diciembre de 2019, que soporta desde hace meses una fuerte presión del kirchnerismo.
A él se sumará Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social, que ya había anticipado su intención de volver a la intendencia de Hurlingham, donde enfrenta un desafío interno por parte de dirigentes de La Cámpora.
Esos dos cambios se sumarán al reemplazo de Gómez Alcorta, que dio un portazo el jueves en rechazo a los operativos para desalojar las usurpaciones mapuches en la Patagonia, dirigidos por el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. Al respecto corrió con fuerza el sábado la versión de que el Presidente podría ubicar al frente del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad a la portavoz, Gabriela Cerrutti, que ya tiene rango de ministra. Dos funcionarios relevantes del Gobierno reconocieron a LA NACION que esa es una alternativa firme para Fernández y que implicaría, a su vez, hacer un “reordenamiento” en el área de comunicación presidencial.
“Hasta el lunes pueden pasar muchas cosas”, advirtió, no obstante, uno de ellos que mostró cautela por la dinámica propia de la coalición oficialista. Consultada por este medio, Cerrutti dijo que “no hay nada de eso” y que “ las decisiones que tome el presidente se conocerán el lunes”.
El viernes, en tanto, tras oficializarse la salida de Gómez Alcorta, había tomado fuerza el nombre de María Cristina “Marita” Perceval, actual funcionaria del Ministerio, y de muy buena aceptación en el kirchnerismo. “Marita sería una gran elección”, dijo una importante fuente del Gobierno, que destacó “su enorme preparación en el tema”. Varios colaboradores sostienen que Gómez Alcorta la sugirió para sucederla en el cargo cuando se reunió con Fernández en Olivos el jueves para comunicarle su renuncia, luego de que el Presidente intentara retenerla sin éxito.
Desde la tarde del jueves el Gobierno se vio sorprendido con un nuevo frente de tormenta por las diferencias que expresó Gómez Alcorta. Esa mañana la ahora exfuncionaria había hablado públicamente sobre lo sucedido en Mascardi y apuntó a que habían existido “graves violaciones a los derechos humanos”. Mientras desde el propio Gobierno se le bajaba el tono a sus críticas (sostenían que eran cuestionamientos “a la Justicia”), Gómez Alcorta se dirigía a Olivos, para avisarle al presidente que no seguiría en el cargo. Casi en simultáneo, en conferencia de prensa, la propia Cerruti negaba que fueran a haber cambios de Gabinete.
El caso Moroni
El ministro de Trabajo viene siendo duramente cuestionado por el kirchnerismo, que tempranamente lo inscribió en la lista de los “funcionarios que no funcionan” junto a otros colegas que ya no están en el Gabinete, como Marcela Losardo y Matías Kulfas.
El nombre de Sergio Palazzo, el secretario general de La Bancaria y diputado oficialista, sigue circulando entre los posibles reemplazantes de Moroni, cuya figura quedó desgastada tras el prolongado conflicto del gremio del neumático, que estuvo a punto de paralizar a las terminales automotrices. Tras recibir cuestionamientos de Andrés Larroque, un habitual vocero del kirchnerismo, Moroni se mostró nervioso en su exposición ante la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
En plena discusión sobre el Presupuesto 2023, Moroni sostuvo que su gestión tiene un “récord de convenios colectivos homologados”, al tiempo que recibió una andanada de los diputados de izquierda -Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Romina del Plá- y el kirchnerismo no hizo realmente un esfuerzo por defenderlo. Por el contrario, el diputado Palazzo pidió la palabra solamente para manifestarse partidario de “una jornada laboral más reducida, sin reducción de salarios”.
En ese marco, no pasó inadvertido que Moroni afirmara que es dificultoso recuperar los salarios con el nivel de inflación actual -lo que se interpretó como un tiro por elevación contra otro sector del Gobierno- y que asegurara, en la misma exposición, que los empleados en relación de dependencia solo perdieron “tres puntos reales” de poder adquisitivo durante su gestión, en un contexto global de pandemia y de guerra. “Estamos con un problema inflacionario severo”, dijo.
Pero la línea que baja el kirchnerismo no atiende las explicaciones de Moroni. El ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, se diferenció de su par nacional al insistir en la necesidad de que se otorgue por decreto una suma fija al margen de las paritarias por la aceleración inflacionaria. Luego apuntó contra Moroni por la pelea salarial del Sutna. “El espíritu es que ante un conflicto con una patronal hay que tomar parte y estar con los más débiles”, advirtió.
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