Coronavirus: Alberto Fernández afina los alcances de la cuarentena que terminará de definir con los gobernadores
Alberto Fernández se recluyó hoy durante toda la jornada en la quinta de Olivos para analizar los alcances, la duración y las fechas de la cuarentena general y obligatoria en todo el país que terminará de definir en su reunión con los gobernadores de esta tarde. En la figura del Presidente -explican en el Gobierno- se centralizará la comunicación oficial para evitar que las especulaciones sobre la medida deriven en una incertidumbre mayor y una psicosis innecesaria.
"Va a haber un mensaje enérgico, claro y didáctico para que la gente cumpla con el aislamiento y sepa que tendrá garantizados los productos y servicios básicos. El objetivo es garantizar la salud pública, no tener una actitud punitiva", explicaron a LA NACION en la Casa Rosada.
El Presidente recibirá esta tarde a la mayoría de los gobernadores en Olivos -algunos mandatarios se conectarán por teleconferencia- para consensuar los alcances de una resolución. El Gobierno no quiere que provincias y municipios sigan tomando medidas unilaterales de cierre de fronteras, como ya hicieron Chaco, Salta, Santa Fe, Jujuy, Mendoza, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. "Genera problemas de tráfico y circulación en las fronteras entre provincias, y además nos llaman los gobernadores preocupados porque las resoluciones que están tomando no se cumplen. Necesitamos tomar una medida de alcance nacional", dijo a este medio hoy un alto funcionario.
La aspiración de Fernández es administrar el pasaje a un esquema más drástico sin generar problemas de desabastecimiento -cuyos primeros signos se palparon el fin de semana pasado- ni caos en la circulación en la vía pública en las horas previas al "lock down".
En la hoja de ruta que estudia el Gobierno, y que publicó LA NACION, está contemplado el bloqueo de ciudades con evidencia de transmisión local, el distanciamiento social masivo en todo el país y la prohibición de actividades comerciales con excepción de actividades esenciales, como medicina y alimentación.
Fernández hoy estudiaba con sus más estrechos colaboradores los alcances y la extensión que tendría el aislamiento general y que podría contemplar pautas de circulación medida -explicaron fuentes oficiales- para garantizar servicios básicos.
El punto nodal, reconocen en el Gobierno, pasa por asegurar la provisión de alimentos, elementos de higiene y otros insumos de primera necesidad.
"Tiene que ser una medida generalizada, de cumplimiento obligatorio, pero al mismo tiempo debe tener excepciones para facilitar la operación de las fábricas, la logística y la comercialización de alimentos y otros productos básicos. Toda esa cadena no se puede cortar", insistían hoy en el Gobierno.
Espíritu sanitarista
El Presidente y su secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, trabajaban en las últimas horas para estudiar los alcances de la medida y encontrar el equilibrio justo que obligue con fuerza de ley a la ciudadanía a mantener el aislamiento social, con un espíritu en clave sanitaria, "sin tintes punitivistas".
En la Casa Rosada subrayan que no se apelará a la figura del estado de sitio, sino que se dispondrán normas más restrictivas cuya violación importarían un delito en el marco de la contención de una pandemia. "Aquí no hay caos social ni político, todo lo contrario", reflexionaba hoy un colaborador cercano a Fernández, luego de que ayer la oposición respaldara públicamente al Presidente. La última vez que se dictó el estado de sitio en la Argentina fue en diciembre de 2001, antes de que Fernando de la Rúa dejara la Presidencia de la Nación por la crisis económica.
En el Gobierno aún no quieren dar precisiones de la fecha y hora de inicio de la medida. El mensaje lo dará, llegado el momento, el Presidente.
Todos los esfuerzos apuntan a adelantarse al pico de casos, que las autoridades estiman para los primeros días de abril. "Hay que aplicar las medidas en el momento adecuado, y el momento adecuado es anticiparse a situaciones más críticas", comentó un alto funcionario a este medio.
Fernández se convenció de tomar medidas más drásticas el pasado domingo, cuando los epidemiólogos que son de consulta del Gobierno manifestaron que el comportamiento del virus en otros países mostró que los casos se multiplican el día 30, desde la aparición del primer caso. "La curva siempre parece plana hasta que salta en forma exponencial. Hay que adelantarse a esa instancia. Hacer diagnóstico todo lo que se pueda y extremar las cuarentenas fue lo que funcionó mejor en otros países", explicó uno de los expertos que se sienta a la mesa con el ministro de Salud, Ginés González García.
El Presidente no quiere repetir las experiencias de Italia y España, países que acudieron a medidas duras cuando la cantidad de afectados comenzó a multiplicarse de manera descontrolada y el sistema de salud quedó desbordado.
Ambos países restringieron la circulación pública solo a actividades de primera necesidad y cerraron todos los comercios, excepto los vinculados a la venta de alimentos y medicamentos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, admitió que los responsables políticos subestimaron la magnitud del desastre que podría representar la epidemia.
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