Alberto Dalla Via: "No hemos cambiado nada si la elección vuelve a ser lo de siempre"
El presidente de la Cámara Nacional Electoral asegura que el Gobierno está a tiempo de aplicar parte de la reforma electoral
La reforma electoral no terminó de morir. Aunque sí naufragó la parte más visible, la boleta única electrónica (BUE), el Gobierno todavía está a tiempo de aplicar otros cambios previstos en el fallido proyecto de ley que aporten a la transparencia de las elecciones de 2017. Así lo remarcó el presidente de la Cámara Nacional Electoral (CNE), Alberto Dalla Via, que en una entrevista con LA NACION llamó al gobierno de Mauricio Macri a no encapricharse con la lógica "todo o nada" y demostrar voluntad política para que los comicios no vuelvan a ser idénticos a los de años anteriores. "Si la elección vuelve a ser lo que siempre fue, no hemos cambiado nada", lanzó. ¿A qué cambios se refiere? A los previstos en la iniciativa, que otorgaban mayor poder a la CNE en la organización y el control del proceso electoral, hoy a cargo del Ministerio del Interior, el poder político.
El juez lamentó que la discusión por la reforma se hubiera limitado casi únicamente a la BUE y reiteró que lo lógico sería instaurar la boleta única de papel como paso previo a la incorporación de tecnología. De hecho, deslizó que hay tiempo de avanzar con ese sistema para el año que viene.
-¿El Gobierno perdió una oportunidad con la reforma política?
-Perdió una oportunidad de tiempos, pero eso no quiere decir que no se pueda seguir discutiendo. Es importante porque hay temas que no tienen nada que ver con la adopción de tecnología. Por ejemplo, el proyecto preveía aumentar de 8 a 24 el cuerpo de peritos auditores de la CNE. Es un tema que no debe quedar postergado, como tampoco el del escrutinio provisional, un reclamo histórico de la CNE. Es insólito que la transmisión de datos el domingo a la noche lo haga el Poder Ejecutivo, que tiene interés en ganar. Le quita neutralidad al proceso.
-Pero ¿no se quedó sin tiempo para impulsar esos cambios?
-Es un tema de voluntad política. Hay una altísima participación del Ejecutivo en el proceso electoral.
-¿Hace falta un nuevo proyecto de ley?
-Vamos a tratar de que algunas cuestiones se resuelvan por vía de la decisión política. Una es el escrutinio provisorio. Si no hay una ley que dice que tiene que estar en manos del Ejecutivo, no hay razón que impida que se regule a través de la CNE. Muchas competencias que incrementaron el rol de la Dirección Nacional Electoral (DINE) en 2009 fueron por decreto. Nosotros no somos favorables a los decretos en materia electoral porque [los cambios] tienen que ser ley y por mayoría calificada, pero puede haber decretos reglamentarios.
-La Cámara fue muy crítica con los controles de la BUE, ¿finalmente fue una buena noticia que haya fracasado?
-No, no fue una buena noticia. Acá es fundamental analizar la oferta electoral y quién se la garantiza al ciudadano. Hoy, el Código sigue con el viejo sistema de boletas de papel donde son los partidos los que ofertan los candidatos. Entonces estamos en manos de que las boletas lleguen, de que no se roben y de que haya fiscales. Un sistema de boleta única, como piensa la Cámara desde 2007, hace que el Estado garantice la oferta. Después podemos discutir si es de papel o electrónica. Siempre dijimos que el papel como paso previo era lo razonable y no encapricharse en que si tienen que tener chip o código QR.
-¿Y ese paso previo es posible para el año que viene?
-Sí, pero también requiere voluntad política. Lo veríamos bien.
-Mientras, seguiremos votando con un sistema que fue criticado todo el año...
-Tenemos que reconstruir la confianza. Con este sistema, hasta ahora, todos los comicios fueron legítimos, pero ahora todo el mundo lo criticó y tenemos que volver a usarlo. Va a haber fastidio. Eso ayudaría a que se mostrara la voluntad política: si no se alcanzó la reforma de BUE, que haya un horizonte mayor, en 2019, y se tomen medidas graduales. Había una incoherencia sustancial: boleta única electrónica o boleta de papel.
-Se habló de que en algunas provincias adopten la BUE en 2017. ¿Cómo lo ve?
-Somos respetuosos del federalismo, pero eso requiere una coordinación. Me parecería preocupante que en la Argentina tuviéramos una dispersión de sistemas.
-¿Y si al final no hay cambios?
-Sería un mal resultado de todo. Si la elección del año que viene vuelve a ser lo que fue siempre, no hemos cambiado nada. Esperamos trabajar en cuestiones de mayor independencia. La CNE todavía no tiene presupuesto propio, por ejemplo.
-¿La transparencia en las elecciones de 2017 corre riesgo?
-No. Quiero llevar un mensaje tranquilizador. Las elecciones no corren ningún riesgo. Pero los ciudadanos deben saber que tal cual está la norma hoy se vuelve al sistema tradicional, excepto que se puedan incorporar cambios en la primera parte del año.
-¿Lo incomoda una presencia fuerte del poder político?
-Creemos en las buenas intenciones manifestadas por el Gobierno, pero las cosas no son sólo buenas intenciones. Esperamos que no se repita la vieja lógica de que los partidos que están en la oposición critican que el Ejecutivo tenga tanta injerencia en materia electoral, pero cuando llegan al gobierno no modifican la situación. Creemos que la CNE se merece un grado de confianza. Lo más sensato en la Argentina es fortalecerla. Esperamos que este debate no quede en un juego de todo o nada.
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