Al ritmo de La Cámpora y con el constante recuerdo de Kirchner
La agrupación juvenil fue protagonista de la jura; Moyano dio la nota con su ausencia
Justo antes de abandonar el recinto de la Cámara de Diputados, ya con la banda presidencial cruzada sobre su vestido negro, Cristina Kirchner debió volver sobre sus pasos. Contagiados por una ola de fervor que bajaba desde los palcos, los legisladores del oficialismo entonaban de pie la marcha peronista. Ella se quedó hasta el final, haciendo la "V" de la victoria con su mano derecha y se emocionó con un desenlace fuera de libreto. "Resistimos en los 90 / volvimos en 2003 / junto a Néstor y Cristina / la gloriosa JP", fue la estrofa ideada por los jóvenes kirchneristas para cerrar el himno partidario.
No era la primera vez en el día que el protagonismo se elevaba por encima de las bancas, hasta los palcos del tercer piso, copados en su mayoría por militantes de La Cámpora. Como ocurrió durante la sesión del martes pasado, los jóvenes kirchneristas jugaron de locales en el Congreso, tuvieron su propia fiesta y marcaron el ritmo de una ceremonia signada por el recuerdo de Néstor Kirchner.
Cuando la Presidenta incluyó a "él" en su fórmula de jura, las galerías estallaron en un grito que pareció un festejo de gol. Los homenajes al ex presidente habían comenzado, de todos modos, por lo menos dos horas antes, mientras los jóvenes cantaban para esperar la llegada de Cristina Kirchner. "Néstor no se murió", fue uno de los cantitos más escuchados. La letra contagió incluso a Ofelia Wilhem, la madre de la Presidenta, que hizo gala de su pasión futbolera y siguió el ritmo con golpecitos en el estrado donde minutos más tarde juraría su hija. En esa misma bandeja, a la derecha del estrado, Giselle Fernández, hermana de la jefa del Estado, agitaba una bandera, fuera de todo protocolo.
La Presidenta llegó al Congreso con sus dos hijos, pero le reservó el papel estelar a Florencia: ella le colocó la banda presidencial y la abrazó fuerte cuando, con el bastón de mando la mano, su madre comenzó a lagrimear. Entonces, los palcos volvieron a estallar. "Cristina, corazón, acá tenés los pibes para la liberación", la ovacionaron los militantes de La Cámpora, asomando sus cuerpos al vacío, por encima de las barandas de los palcos.
Otra vez, los legisladores oficialistas se vieron arrastrados por los gritos que llegaban desde lo más alto, como cuando los jugadores se contagian con el aliento que baja de las tribunas. Muchos se pararon para cantar de pie, en especial, los diputados que militan en La Cámpora, como Andrés Larroque y Mayra Mendoza, que agitaron las manos en dirección a las galerías.
Otro de los integrantes de la bancada kirchnerista, Carlos Kunkel, que lucía una corbata azul con una imagen estampada de Juan y Eva Perón, fue el único que animó a pedir silencio cuando algunos jóvenes silbaron el ingreso de Cobos. Después de un saludo distante, la Presidenta sorprendió con una reivindicación del ex vicepresidente. "Cobos no hacía estas cosas", bromeó ella, luego de que el flamante titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, interrumpió su discurso al accionar por accidente la chicharra usada para llamar a los legisladores al recinto. Parado a su lado, Amado Boudou se rió con ganas. Se mostró más contento todavía cuando la Presidenta desmintió un enfrentamiento entre ellos.
Aunque sólo hubo manifestaciones aisladas contra el vicepresidente saliente, su entrada encendió el fervor de los militantes. Y no sólo de los más jóvenes: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, sentado en uno de los palcos del primer piso, saltó de su silla para cantar contra "los gorilas". Con un gesto con la mano derecha, obligó a seguirlo al sindicalista Omar Viviani, ubicado en el palco contiguo, que enseguida se puso de pie. El jefe del gremio de los taxistas disfrutó de la fiesta del oficialismo, pero, ante la ausencia de Hugo Moyano, debió soportar miradas inquisidoras cuando la Presidenta apuntó contra los sindicatos.
Aunque por lejos la más pesada, la ausencia de Moyano no fue la única: los senadores Carlos Menem y Carlos Reutemann, y los diputados Felipe Solá, Federico Pinedo y Elisa Carrió tampoco dieron el presente. Victoria Donda, que el martes pasado había acaparado la atención con un vestido negro ajustado, llegó después de la jura de Cristina Kirchner, esta vez, con un solero rojo de generoso escote. "Eso es para vos, Donda", le gritó alguien, cuando la Presidenta se jactó de no haberse ido nunca del PJ. Sólo unos minutos más tarde, sonaría la nueva versión de la marcha peronista.
La nueva marchita
Los militantes de la agrupación La Cámpora llamaron la atención ayer en el cierre de la ceremonia de asunción de Cristina Kirchner en el Congreso con una adaptación de la marcha peronista, a la que le agregaron una estrofa dedicada a los Kirchner:
"Resistimos en los 90 / volvimos en 2003 / junto a Néstor y Cristina / la gloriosa JP"
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