Al final, Brito terminó rescatando al exvicepresidente
Al final, Amado Boudou complicó al baquero Jorge Brito. Pero en un juego de espejos contrapuestos, ahora Brito rescató a Boudou.
Así pueden leerse, como un tríptico, la resolución del juez federal Ariel Lijo por la cual Brito terminó procesado en Ciccone II, el escrito de la defensa de Boudou para pedir su excarcelación y la decisión judicial que ordenó su salida de prisión.
¿Por qué? Porque el juez Lijo pudo ordenar la detención de Brito, pero no lo hizo. Pudo disponerla si concluía que libre podía obstaculizar la investigación judicial o escaparse de la Argentina. Pero concluyó lo contrario.
"Actualmente no observo de qué manera podrían entorpecer la investigación", afirmó Lijo sobre uno de los dueños del Banco Macro.
Y abundó: "A esta altura entiendo que ya se han desarrollado todas aquellas medidas más relevantes y conducentes al esclarecimiento del hecho investigado, de manera tal que los imputados no podrían desarrollar, en esta instancia, comportamiento alguno que comprometa el éxito de la investigación".
Para la defensa de Boudou, ese fue el argumento ideal, el que necesitaban para pedir su excarcelación.
Porque si ya se completaron todas las medidas necesarias para esclarecer el caso, ¿por qué debería el exvicepresidente continuar tras las rejas y no esperar en libertad la decisión final sobre su situación judicial?
Al fin y al cabo, eso ocurre en la actualidad con el expresidente Carlos Menem, quien aún sigue protegido por los fueros del Senado porque, según la doctrina del senador Miguel Ángel Pichetto, no corresponde apartarlo de su banca hasta que la condena quede firme.
Así, la decisión de Lijo de no ir a fondo contra Brito ni contra el Banco Macro definió la suerte de Boudou.
Porque el juez no solo planteó que no tenía claro que el dinero para financiar el desembarco de Alejandro Vandenbroele en Ciccone Calcográfica fuera de Brito o de su íntimo amigo Raúl Moneta, sino que también despegó al Banco Macro de la operatoria delictiva.
Sostuvo que si algo ocurrió, fue de Brito a título personal.
Para Boudou y sus abogados, esa resolución de Lijo resultó toda una señal. Más aún cuando como broche final no dispuso su prisión preventiva, como sí la ordenó contra el exvicepresidente -fotografiado en pijama y descalzo- y su socio y amigo José María Núñez Carmona.
Por eso, al solicitar su excarcelación, los defensores de Boudou, Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, argumentaron que la resolución de Lijo del viernes pasado, en la que definió los procesamientos de Brito y Ricardo Echegaray en el denominado Ciccone II, despejaba las sospechas de que Boudou pudiera boicotear la pesquisa.
Eso mismo ocurrió también con el tribunal que ayer dispuso la libertad del exvicepresidente. Consideró válido el argumento de la defensa del exfuncionario.
Y dispuso su liberación, aunque ya no sea posible que lo celebren juntos, Boudou y Brito, como la noche que compartieron cuando la entonces presidenta lo designó su flamante compañero de fórmula presidencial para 2011, y el marplatense y el banquero se fundieron en un abrazo, aquella noche sin igual.
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