Aire triunfalista y clima de tranquilidad en el búnker de Juntos por el Cambio en Costa Salguero
“Estamos muy bien”, repiten en oficialismo porteño; confían en que Vidal podría alcanzar el 50% de los votos y que Santilli superará a Tolosa Paz
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De vuelta en la primera línea de batalla, María Eugenia Vidal aspira a conseguir un triunfo electoral contundente en la Capital, el principal bastión opositor, que le permita resurgir con miras a la pelea por el 2023 y enterrar las dudas que generó en Juntos por el Cambio su decisión de abandonar la provincia de Buenos Aires.
Después de que se cerraran las elecciones legislativas en todo el país y a la espera de los primeros resultados oficiales, en el búnker de JxC en el predio de Costa Salguero, en el barrio de Palermo, dan muestras de tranquilidad y optimismo. “¡Estamos muy bien!”, dicen desde la cúpula porteña.
En la Ciudad aseguran que aún no hay “datos concluyentes”, pero se entusiasman con que Vidal estaría cerca de llegar al 50% de los votos, el número clave para el oficialismo porteño, que aspira a renovar al menos ocho de las diez bancas que pone en juego. En el equipo de campaña especulan con que JxC podría beneficiarse de la suba de la participación electoral respecto de las PASO.
“Ganamos en todo el país”, se envalentonan desde la cúpula de Pro. Confían en que se impondrán en La Pampa y Chubut, dos distritos clave en la cruzada por quitarle el quórum del senado a Cristina Kirchner. Pero son cautelosos a la hora de pronosticar un resultado en la provincia: “Está parejo, hay que esperar”. No descartan que el Frente de Todos recorté la diferencia en su principal bastión.
Pasadas las 20, comenzaron a ingresar al búnker de Costa Salguero los principales referentes de Pro y la UCR. Desfilaron la titular de Pro, Patricia Bullrich, el jefe del Interbloque de JxC en Diputados, Mario Negri, los exministros Nicolás Dujovne, Francisco Cabrera y Adolfo Rubinstein. “¿Quién va a hacer el llamado al diálogo? ¿La vicepresidente o el presidente? ¿Massa?”, lanzó Negri antes de entrar al comando de campaña.
En el búnker opositor también apareció Marcos Peña, exjefe de Gabinete de Macri, quien se sumó como asesor externo de la campaña de Vidal para las generales.
En la elección de hoy, Vidal necesita revalidar su triunfo de las PASO y contener los votos de Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein, sus rivales en las primarias, y evitar una eventual fuga de votos del macrismo duro a de Javier Milei (La Libertad Avanza).
Los primeros en llegar a Costa Salguero fueron los larretistas Fernando Straface, jefe de campaña de Vidal, Eduardo Macchiavelli y Emmanuel Ferrario, primer postulante a legislador porteño. En el playón destinado a la militancia, donde se montó el escenario principal, se escuchan temas de los Rolling Stones y Gustavo Cerati. Straface y Ferrario fueron los primeros oradores de la jornada.
Vidal monitorea la situación rodeada de su círculo íntimo y sus colaboradores más estrechos. Lo propio hace el jefe porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien arriesga parte de su capital político con su apuesta por Vidal en la Capital y Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires. “Esperamos las mesas testigo para las 20”, señalan cerca de la exmandataria.
A diferencia de lo que ocurrió en las PASO, los integrantes de la mesa nacional de JxC no tendrán un comando propio en Palermo, sino que permanecerán en Costa Salguero. En el larretismo se ilusionan con que Diego Santilli, quien espera los resultados en La Plata junto a Facundo Manes, también venga al búnker para festejar un posible triunfo en Buenos Aires junto a Larreta.
Qué se juega Vidal y su meta
Tras sortear una de las campañas más incómodas de su carrera política, Vidal aprobó el primer test el 12 de septiembre, cuando se impuso con holgura en las primarias porteñas.
Hoy busca una victoria contundente para garantizarle a la coalición opositora al menos ocho de las diez bancas que se ponen en juego en el distrito. Para lograrlo, deberá recolectar cerca del 50% de los votos. Es un objetivo difícil de alcanzar, pero no imposible para el Pro en su bastión. En definitiva, los rivales internos de Larreta por el liderazgo del espacio medirán el éxito o no de su experimento si Vidal llega o no a esa cifra. El alcalde, en tanto, minimiza la pretensión de sus retadores.
Si bien el objetivo del larretismo es garantizar ocho de los diez diputados, Vidal se mostró más ambiciosa en la antesala de las elecciones: se puso como meta revertir la derrota que sufrió JxC en la comuna 8 (la única donde perdió el oficialismo) y subir seis puntos el caudal de votos que cosechó la alianza en las PASO para llegar al 53%. De esa manera, la coalición opositora le garantizaría un escaño a Sandra Pitta, quien quedó novena en la boleta tras el ensamble con la lista de Republicanos Unidos.
Vidal buscó darle su impronta a la campaña para las generales -hubo diferencias con el larretismo antes de las PASO por la estrategia proselitista- e incorporó como asesor externo al exjefe de Gabinete Marcos Peña.
En la campaña los armadores de la Ciudad reforzaron el “enfoque nacional” de la elección -machacaron con el eslogan “basta”- y buscaron exhibir “complementariedad” entre Vidal, López Murphy o Martín Tetaz, la carta que aportó Lousteau. Parte de la estrategia proselitista fue exhibir a JxC como la única fuerza capaz de ponerle un “freno” al kirchnerismo en el Congreso.
En las primarias, JxC ganó con 48,17% de los votos y superó por más de veinte puntos a Leandro Santoro (Frente de Todos), quien se ubicó en segundo puesto con el 24,71% de los sufragios. Si bien fue victoria cómoda, Vidal, la apuesta de Larreta, dejó dudas entre los “halcones” de Pro, liderados por Bullrich y Macri.
Vidal se midió con Santoro (FDT), Milei (La Libertad Avanza), Myriam Bregman (FIT), quien quedó cuarta con el 6,2%, y Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad), con el 2,64%. En estas legislativas JxC renueva diez diputados nacionales y veinte legisladores de la Ciudad. Para retener todas las bancas que pondrá en juego, necesita sacar el 62% de los votos (lo que sumaron por separado Larreta y Lousteau en 2017).
El búnker nacional
Para no provocar enconos internos -y que Larreta capitalice el rédito de un eventual triunfo nacional-, los referentes de la mesa nacional de JxC tendrán reservada una “sala de situación” en el predio de Costa Salguero.
Allí estarán Bullrich (Pro), Maximiliano Ferraro (CC), Alfredo Cornejo (UCR) y Miguel Ángel Pichetto (Peronismo Republicano), entre otros. La idea de los organizadores es que Alfredo Cornejo (UCR), candidato a senador nacional en su distrito, los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza), y Gustavo Valdés (Corrientes) viajen a la Capital una vez que se conozcan los resultados en sus provincias. El objetivo es exhibir una postal de unidad, con referentes de cada sector, en el escenario de Costa Salguero cerca de la medianoche.
Cuando aparezcan los referentes de la mesa nacional para repasar la performance de la alianza en todo el país, se cambiará el fondo de las pantallas LED para diferenciar la puesta en escena la estética de la campaña de la Ciudad.
Santilli, la gran apuesta de Larreta
Santilli, la apuesta electoral más importante de Larreta, enfrenta un desafío de magnitud. Tras su salida de la Capital, el exvicejefe de gobierno porteño apuesta a lograr una victoria en el principal bastión del kirchnerismo, que tendrá un valor simbólico para Juntos por el Cambio en su cruzada por volver al poder. Es que si se repite el escenario de las PASO, la coalición opositora volverá a hacer pie en el distrito más poblado del país después de la dura derrota que sufrió Vidal en 2019 a manos de Axel Kicillof. Si se impone en la “madre de todas las batallas”, Santilli fortalecerá el plan presidencial de Larreta, su jefe político, y se posicionará en la carrera por la sucesión de Kicillof.
Para lograr su objetivo, Santilli necesita contener los votos que cosechó el médico radical Manes en las primarias, cuando Juntos doblegó al Frente de Todos por cuatro puntos. “En La Matanza el peronismo está muy picante”, avisan los escuderos de Santilli.