Agustín Rossi, un incondicional kirchnerista que vuelve a Defensa para ceder su lugar a Máximo
Mentiría Agustín Rossi si dijera que se entusiasmó cuando Alberto Fernández le ofreció retomar las riendas del Ministerio de Defensa, cargo que ocupó entre 2013 y 2015, en las postrimerías del gobierno de Cristina Kirchner. Al santafecino le atraía más permanecer en la Cámara de Diputados como jefe del flamante bloque del Frente de Todos, ahora que el peronismo volvía al poder. Pero la expresidenta tenía otros planes: el cargo de Rossi debía ser ocupado por su hijo Máximo, reelecto diputado nacional. Rossi acató la orden: después de todo, él es un hombre orgánico y su fidelidad a Néstor y Cristina Kirchner está por sobre sus intereses personales.
Rossi puede ostentar el título de ser un kirchnerista de la primera hora. En 2005, el entonces presidente del Consejo Municipal de Rosario aceptó encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales por Santa Fe cuando todos rehuían la oferta. Sabía que se exponía a una derrota segura frente al socialismo, pero decidió jugarse igual por el proyecto nacional de Kirchner. No ganó, pero logró renovar las cuatro bancas del PJ en juego; una derrota con sabor a victoria que fue recompensada con la presidencia del bloque de diputados del Frente para la Victoria.
Con 7 años y 5 meses al frente del bloque kirchnerista en la Cámara baja, Rossi se convirtió en el dirigente político que durante más tiempo ejerció el rol de principal vocero parlamentario de un partido de gobierno. Pese a que la mayoría kirchnerista de esos años en el Congreso le facilitó las cosas, Rossi y su tropa debieron atravesar varias turbulencias; la más grave fue la crisis del campo, en 2008: ese episodio le deparó la primera ruptura del bloque con la partida de Felipe Solá y una decena de diputados. Tras la derrota electoral en 2009, el bloque kirchnerista perdió su mayoría y la oposición, unificada, prometía arrinconar al gobierno de Cristina Kirchner desde el Congreso. Rossi logró neutralizar la ofensiva y el llamado "grupo A" perdió impulso hasta diluirse en 2011, cuando con el 54% de los votos la presidenta consiguió su reelección y recuperaba la mayoría perdida.
Rossi, un ingeniero civil que abrazó la militancia peronista en los tiempos difíciles de la dictadura, ha sido siempre un soldado del kirchnerismo. Como tal compitió dos veces para la gobernación de su provincia, pero el socialismo se encargaría de frustrar sus ambiciones. Su mayor golpe, sin embargo, lo sufriría en octubre de 2010, con la muerte de Kirchner. "Con él muchos de nuestra generación recuperamos sueños, recuperamos valores, recuperamos el sentido de la política. Néstor le dio a la política un verdadero sentido de transformación", suele recordar el santafecino con emoción.
La carrera política de Rossi daría un viraje en 2013, cuando la Presidenta lo convocó para reemplazar en el Ministerio de Defensa a Arturo Puricelli, blanco de críticas por el embargo de la Fragata Libertad en Ghana y el fracaso de la campaña antártica.
El santafecino aceptó la misión sin demasiado entusiasmo pero, a lo largo de sus dos años al frente de la cartera, aprendió a valorar la importancia de las Fuerzas Armadas como institución para la defensa territorial. Por esa razón, cuando Fernández le propuso regresar como ministro a la cartera de Defensa, Rossi solo puso una condición: que el futuro gobierno le garantizara un fondo destinado al equipamiento de las Fuerzas Armadas. Fernández asintió y el proyecto de creación de un "Fondo Nacional de la Defensa" ya tiene media sanción. De ser ley, Rossi ingresará por la puerta grande del Ministerio de Defensa con 14.000 millones de pesos para la inversión militar.
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