
Agúndez: "Acepté porque me gustan las tareas difíciles"
"Si acepté el cargo es porque me gustan las tareas difíciles." La frase es casi una definición de la personalidad de Jorge Alfredo Agúndez, senador por San Luis que fue elegido ayer como nuevo presidente del bloque de senadores radicales.
Afiliado a la UCR en 1982, este abogado próximo a cumplir 55 años -nació el 2 de diciembre de 1945-, casado, con cuatro hijos y más conocido por el sobrenombre de "Pupa", se convirtió así en el tercer presidente de la bancada radical en los últimos 30 días.
Atrás quedaron Raúl Galván (La Rioja), obligado a renunciar por el Poder Ejecutivo para descomprimir la crisis de los supuestos sobornos pagados en el Senado, y el misionero Mario Losada, que desde ayer es presidente provisional del Senado (de lo que se informa por separado) en reemplazo de José Genoud (UCR-Mendoza), cuya dimisión fue acelerada por la intempestiva salida de Carlos Alvarez del gobierno nacional.
El momento no es el mejor y Agúndez reconoce que la misión que tendrá que afrontar no es sencilla.
"Somos conscientes de que existe una crisis política que deben resolver los políticos", admitió el flamante presidente del bloque radical a La Nación , tras lo cual reclamó que deben ser "los presidentes de los dos partidos de la Alianza, respetando las potestades del Presidente, quienes tienen que llegar a un consenso para reconstruir el Gobierno".
Ferviente creyente del diálogo como solución a los conflictos, fiel a su condición de hombre del Derecho, el senador puntano reclamó que se aplique la misma fórmula para mantener unida a la coalición oficialista, porque "la Alianza no es de la UCR ni del Frepaso, sino que es de la gente que la votó el 24 de octubre del año pasado".
Por otra parte, Agúndez se manifestó en sintonía con las expresiones de pesar lanzadas desde el radicalismo por la renuncia de Carlos Alvarez a la vicepresidencia.
La renuncia de Alvarez
"Sentimos mucho la renuncia de Chacho", aseguró el senador, e interpretó la dimisión del vicepresidente como una conducta provocada "por un sentimiento de no acompañamiento del Poder Ejecutivo".
Aunque aclaró que en la decisión final también jugaron "razones particulares o de índole subjetiva", en referencia a los duros cuestionamientos que el vicepresidente dejó como legado en su discurso de renuncia.
Y si bien dijo coincidir con la prédica de transparencia que enarboló Alvarez para justificar su salida del Gobierno, Agúndez insistió en la necesidad de dejar que actúe la Justicia en el esclarecimiento de las denuncias sobre sobornos que salpican al Senado.
"El Estado de Derecho exige estas cosas, porque no lo podemos reemplazar por un Estado de sospechas. Si hubo un delito penal tiene que haber una investigación penal", afirmó.
No obstante, reclamó al Poder Ejecutivo que "cuanto antes envíe al Parlamento el proyecto de reforma política para iniciar el camino de la recuperación de la credibilidad en la política".
Agúndez llegó a la presidencia del bloque de senadores radicales propuesto por sus correligionarios Eduardo Angeloz (Córdoba) y Edgardo Gagliardi (Río Negro).
Precisamente, el ex gobernador cordobés fue uno de los referentes políticos a los que apostó Agúndez en su corta militancia en el centenario partido.
Desde que ingresó en el radicalismo, en los estertores de la última dictadura militar, el legislador realizó una vertiginosa carrera política. Convencional Constituyente en 1987, año en el que también intentó convertirse, sin éxito, en gobernador de San Luis, fue coordinador federal del Ministerio de Salud durante el último período del gobierno de Raúl Alfonsín.
En diciembre de 1989 se convirtió en diputado nacional, banca que ocupó hasta 1993. Dos años después, mientras ocupaba la presidencia de la UCR puntana, fue elegido senador nacional con mandato hasta diciembre de 2001.
Enemigo de Rodríguez Saa
Representante de la oposición en una provincia gobernada por el justicialismo, Agúndez se convirtió en uno de los enemigos políticos del gobernador Adolfo Rodríguez Sáa.
Tanto que debió afrontar una suerte de persecución por parte de la justicia provincial, a la que el ahora presidente del bloque radical siempre acusó de estar manejada por la familia Rodríguez Saa.
En los cinco años que lleva en la Cámara alta se especializó en temas relacionados con el Derecho y llegó a la presidencia, hace poco más de un mes, de la Comisión de Legislación Penal, en reemplazo del peronista Angel Pardo (Corrientes).
Ahora fue elegido presidente de un bloque en el que conviven fuertes tensiones desnudadas por la crisis de los sobornos.
De hecho, su elección se justificó en círculos radicales en que su figura era la única que emergía con el consenso necesario para contener una bancada azotada por las renuncias.
Es que a las de Galván y Genoud se debe sumar la dimisión, que sería aceptada la semana próxima por la Cámara alta, del senador Juan Melgarejo (Santa Cruz), que decidió dejar su banca luego de que fuera salpicado por las denuncias de corrupción en el tratamiento de la ley de hidrocarburos.
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