ADEPA llama al Gobierno y a toda la clase dirigente a “atenuar el clima de confrontación” y garantizar la libertad de expresión
En su informe sobre la libertad de prensa, dijo que los agravios del Presidente a periodistas “perturban el debate democrático” y cuestionó los límites al acceso a la información pública
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La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) instó al gobierno de Javier Milei y a la clase dirigente en su conjunto a que “asuman con conciencia democrática la urgencia de atenuar el clima de confrontación, garantizar la plena vigencia de las libertades de expresión y de prensa y aportar al fortalecimiento de un periodismo responsable y moderno como herramienta clave para defender la institucionalidad”.
Puntualizó, además, que “la propensión del presidente de la Nación al agravio a periodistas y medios de comunicación perturba el debate democrático” y recordó que “se contabilizan más de cincuenta periodistas y medios que han sufrido, en los últimos dos meses, imputaciones infundadas y descalificaciones estigmatizantes”.
El mensaje integra el informe anual sobre libertad de prensa, en el que los editores ponen el ojo en el hostigamiento a la prensa, en el efecto nocivo del insulto en el debate democrático y en el decreto presidencial que estableció límites a la ley de acceso a la información pública.
Al aludir a la necesidad de “un debate democrático sano”, ADEPA aboga por “el intercambio de opiniones basado en datos y argumentos, y en el respeto de los mecanismos institucionalizados de resolución de conflictos”. Y añade: “El terreno de la ofensa es el espacio fronterizo que separa a una comunidad armónica de un grupo humano en el que impera la ley de la selva. El insulto representa un avance civilizatorio respecto de la violencia física, pero también conforma el umbral que nos lleva de regreso a la barbarie”.
Señala también el documento presentado por Daniel Dessein, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la institución, que “la asimetría entre un presidente y un periodista es extraordinaria”. Refiere a que “las acusaciones y los denuestos presidenciales motorizan a un ejército de troles, con el amparo del anonimato y de un financiamiento opaco, que multiplican agresiones verbales y abren así rendijas a la violencia física”. A juicio de la organización “ese clima hostil estimula la autocensura y perturba la actividad periodística”.
ADEPA se expresa también sobre la postura del actual oficialismo de resaltar la función de las redes sociales en detrimento de la profesión periodística, actitud que atribuye a “líderes demagógicos, y también políticos con fuertes convicciones democráticas pero que no sopesan adecuadamente los perjuicios que generan las plataformas”.
“Las redes generan el terreno fértil para la amplificación de discursos de odio, la circulación de noticias falsas y la ruptura de muchos de los consensos sobre los que se construyó la paz social. El ecosistema digital que permea nuestras vidas está contaminado con diatribas tóxicas, y el periodismo es una de las principales herramientas con las que cuenta la sociedad para oxigenarlo”, indica el texto.
Sobre el decreto que limitó el acceso a la información pública, lo consideró “preocupante” porque “va a contramano de los estándares constitucionales e internacionales en la materia”.
Avances y retrocesos
ADEPA destaca momentos de avances y de retrocesos de la libertad de prensa en los 40 años de democracia. Entre estos últimos destaca “la involución” vivida entre 2008 y 2015, durante el gobierno de Cristina Kirchner (”anticipada por algunos hechos de gravedad desde 2003″, indica). Recuerda que la reforma constitucional de 1994 consagró la protección de las fuentes de información después de largos debates en los que se desecharon proyectos que iban en un sentido contrario. Un año antes se había eliminado la figura del desacato y, con el paso de los años, se sumaron otros importantes adelantos, como la despenalización de las calumnias e injurias en 2009, y los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que rechazaron el uso de la publicidad oficial como castigo por la línea editorial de un medio, completa. Ubica a la ley de acceso, sancionada durante la gestión de Mauricio Macri, como otro momento de avance de la libertad de expresión.
“La transparencia es la regla; el secreto, la excepción. Los funcionarios públicos asumen voluntariamente la carga de un amplio grado de visibilidad personal. Y a mayor jerarquía, mayor exposición”, sostiene el documento.
ADEPA resalta la importancia del periodismo a la hora de garantizar un debate democrático sólido: “Las constituciones modernas dan un tratamiento jurídico preferencial a la prensa porque la conciben como una pieza imprescindible para que la ciudadanía pueda debatir sobre cuestiones de interés colectivo apoyándose en información chequeada”.
Sobre los agravios a periodistas, los editores destacaron que “si algún funcionario tiene indicios o pruebas de la comisión de delitos por parte del periodismo, o de cualquier ciudadano, está obligado a denunciarlo judicialmente e impulsar la correspondiente investigación”. El periodismo -puntualiza, “no es un oficio ejercido exclusivamente por almas puras e infalibles”, pero existen “estándares éticos, una responsabilidad con consecuencias legales, la posibilidad de rebatir sus contenidos por todo aquel que detecte una inconsistencia, y una validación que se alcanza a través de criterios profesionales”.
Cita antes de terminar a Alberto Benegas Lynch (h.), el intelectual que más admira el Presidente, que dijo: “La libertad de prensa cumple un rol vital para prevenir abusos de poder y asegurar un acceso total a la información gubernamental, fortaleciendo la democracia”.
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