Acusado de atrocidades y de un estilo feroz
El militar gobernó dos veces Tucumán
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Antonio Domingo Bussi gobernó dos veces esta provincia con puño de acero.
Comandó la Compañía de Arsenales Miguel de Azcuénaga durante la dictadura. Una testigo declaró que vio en ese predio a Bussi ejecutar a sangre fría a detenidos que luego desaparecieron, como Luis Falí. La investigación judicial que realizó el juez federal Mario Racedo determinó que en ese lugar había funcionado un centro clandestino de detención y de exterminio. Allí, peritos forenses descubrieron restos óseos en fosas comunes, donde se incendiaron los cuerpos de desaparecidos junto con documentación. El testimonio de dos ex gendarmes fue clave para descifrar lo que sucedió en ese lugar.
Bussi fue condenado en varios juicios por los delitos de lesa humanidad y estaba siendo investigado en unos 600 expedientes en esta provincia. Otra de las causas más impactantes, también seguida de cerca por Racedo, es la denominada "Pozo de Vargas", en la que se lo investigó por la existencia de fosas comunes donde arrojaron personas detenidas.
En uno de los juicios, el testigo Domingo Jerez describió con crudeza lo que vivió. "Vi a Bussi matar a dos personas en El Timbó Viejo, a garrotazos. Cuando los detuvieron, lo llamaron y llegó a las dos horas. Primero nos repartieron paquetes de cigarrillos a los soldados y después él les pegó; cuando ya no se movían, ordenó que se encargaran de los cuerpos."
Jerez dijo que había presenciado asesinatos, torturas, desapariciones de cuerpos, allanamientos y otros delitos durante los 16 meses que se desempeñó en el Servicio Militar Obligatorio, entre 1976 y 1977, en el Regimiento 19 de Infantería.
Las torturas y los asesinatos no fueron su única característica. Según el relato de Tomás Eloy Martínez, llenó un camión militar con indigentes y los dejó en la vecina Catamarca. No fue un hecho aislado. Ante una visita del dictador Jorge Rafael Videla a Tucumán, mandó a construir un muro enorme para tapar las villas miserias que estaban a la vera de la ruta provincial que va desde el aeropuerto hasta esta ciudad.
Tras el retorno de la democracia, Bussi volvió a gobernar la provincia, de 1995 a 1999. Prometía "traje a rayas" para los corruptos y "una escoba" para limpiar la ciudad. Así ganó las elecciones, y fue el único interventor militar del país que alcanzó una gobernación en tiempos democráticos. Durante su mandato constitucional saltó a la escena nacional por haber recibido con un revólver sobre su despacho al intendente de Concepción Osvaldo Morelli.
Solía sacarse los zapatos para que el lustrabotas le dejara en condiciones el calzado. Mientras el lustrín hacía su trabajo, Bussi deambulaba por su despacho descalzo. Para acrecentar su fama de duro, en julio de 1997 instaló una topadora en la explanada de la Casa de Gobierno para impedir una protesta de remises que lideraba la polémica familia Ale, vinculada con negocios oscuros en la provincia.
Bussi fue investigado por una cuenta en Suiza que no había declarado. La Legislatura le inició un juicio político, pero no reunió los votos suficientes para destituirlo. Terminó su mandato en medio de una crisis política y social por al atraso de los sueldos de los estatales.
Fotogalería. Murió el represor y ex gobernador Antonio Bussi.
www.lanacion.com.ar/1425740
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Los restos de Antonio Domingo Bussi serán inhumados en Buenos Aires. "Es un deseo de él y se lo vamos a conceder", dijo anoche su hijo Luis José Bussi a La Nacion.
Toda la familia Bussi estuvo al lado del dos veces gobernador de esta provincia en sus últimos momentos, en una clínica cardiológica privada. Bussi había sido internado varias veces en los últimos días, como consecuencia de sus problemas cardiorrespiratorios, que le impedía asistir a los juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar.
La decisión de Bussi de ser inhumado en Buenos Aires tiene una explicación: luego de haber sido procesado en la causa sobre la desaparición del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, apenas se derogaron las leyes de obediencia debida y de punto final, Bussi vivió varios años en Pilar hasta que la justicia local consiguió traerlo a Tucumán para enfrentar ese juicio. Nunca más volvió.
La defensa de Bussi, precisamente, había pedido recientemente que el ex represor fuera trasladado al country Mayling, en Pilar, donde reside su hija Claudia. El Tribunal Oral en lo Federal se lo denegó en octubre pasado. En ese country Bussi cumplió la prisión domiciliaria los primeros meses de su procesamiento. Claudia llegó a Tucumán para acompañar a su madre y a sus hermanos en los últimos momentos de su padre.
La idea de la familia es evitar dar a conocer en qué cementerio será sepultado, para evitar cualquier manifestación de los organismos defensores de los derechos humanos. Lo único que trascendió es que los restos estarán en un cementerio de Pilar. La familia informó que no habrá velatorio.
Bussi pasó sus últimos minutos inconsciente, internado en el Instituto de Cardiología. Poco antes de que su estado de salud empeorara, el forense del Tribunal Oral Raúl Asial había confirmado que su cuadro clínico era "muy grave y con deterioro creciente y progresivo de sus funciones vitales". Asial aseguró que poco antes de morir, Bussi presentaba "insuficiencia cardíaca descompensada, cardiopatía dilatada de baja fracción de eyección de origen valvular, estenosis aórtica severa, fibrilación auricular permanente".
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