Acuerdos y diferencias en la “mesa de los tres” para lidiar con el plan del FMI y la “bomba” social
Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa volvieron a reunirse en Olivos; confirmaron así una instancia de coordinación política que brillaba por su ausencia en el Frente de Todos
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Sin más cambios en el Gabinete proyectados en lo inmediato, la coalición de gobierno intenta capear la tormenta de inestabilidad financiera con una ratificación operativa de la “mesa de los tres” a la que se sientan Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, una instancia de coordinación política que hasta ahora brilló por su ausencia en el Frente de Todos y en la que se discuten a puertas cerradas temas tan candentes como la velocidad del programa de ajuste del FMI y su compatibilidad con la frágil situación social del país.
Los encuentros del Presidente, la vice y el jefe de la Cámara de Diputados tienen lugar en la quinta de Olivos -ya se registraron dos, el último el miércoles por la tarde- y pese a que los protagonistas acordaron que las conversaciones se mantendrán en secreto, las filtraciones son funcionales a la necesidad del Gobierno de mostrarse en capacidad de contener la crisis, dada la impresión generalizada de que no alcanza con el liderazgo de Fernández ni tampoco con la designación de Silvina Batakis en reemplazo de Martín Guzmán.
El “triunvirato” modelo siglo XXI contiene diferencias de criterio entre sus integrantes. El Presidente avaló totalmente las medidas de moderación del gasto público anunciadas por Batakis para cumplir el programa con el Fondo, pero Cristina Kirchner está preocupada por la “bomba social” que se expresa en las manifestaciones callejeras y en los índices de pobreza. No es la única: un ministro del Gabinete al que le avisaron que Hacienda le va a atrasar los pagos a proveedores advirtió que, de ese modo, se empezará a “jugar con fuego”.
Las prevenciones de la vicepresidenta se expresan, según pudo saber LA NACION, en la ausencia de una fotografía de respaldo explícito a Batakis, aunque la ministra hizo consultas con la jefa del Senado tanto en la previa de la conferencia de prensa del último lunes como antes de comunicar, junto al Banco Central, el encarecimiento del dólar turista, una medida destinada a “cuidar las reservas”, como pedían el kirchnerismo y también el massismo, cuando buscaban doblegar la resistencia de Fernández a desprenderse de Guzmán.
Entre las diferencias que se registran en la “mesa de los tres” se destaca la discusión por el salario básico universal, que impulsan los movimientos sociales oficialistas, con peculiar protagonismo de Juan Grabois. En este punto, Fernández cuenta como aliado a Massa, que tampoco parece interesado en avanzar con el proyecto habida cuenta de que tendría escasas o nulas chances de ser aprobado en la Cámara de Diputados. En cambio, la vice impulsaría en el Senado la sanción de un “ingreso social complementario”.
Dentro de esa disidencia, el acuerdo del “triunvirato” es que el proyecto se trate en el Congreso y no que salga por un decreto presidencial, como reclamó este jueves Grabois desde la Plaza de Mayo, donde sugestivamente se mostró junto a la izquierda piquetera y disparó interrogantes políticos en el Congreso. Allí comenzaron a preguntarse si peligra la integración de los tres diputados del Frente Patria Grande a la bancada del FDT, lo que le haría perder a la coalición oficialista su condición de primera minoría en el cuerpo.
Entre el off the record y el dólar blue
Más allá del hermetismo con el que se manejan los debates internos, una condición que puso Cristina y que sus aliados cumplen pese a que fueron históricamente más afines al off the record periodístico, también trascendió que la vicepresidenta dialogó en los últimos días con Massa y el gobernador Axel Kicillof sobre la situación económica, dominada por la inflación y la trepada en la cotización del dólar blue. La jefa del kirchnerismo se mantiene mucho más activa de lo que oculta su inaccesibilidad.
En especial, transmite su preocupación por la forma en que se implementará la segmentación de las tarifas energéticas. Se trata de un asunto por demás delicado para el kirchnerismo, que juzga que el desplome político de la presidencia de Mauricio Macri se verificó cuando avanzó con el ajuste tarifario desde la gestión de Juan José Aranguren. La omnipresencia de Cristina, que pactó una tregua interna a la par que levantó su perfil con apariciones públicas, lleva a sus seguidores a ilusionarse con una candidatura de cara a 2023.
Con el Presidente prácticamente descartado de la carrera por la reelección, no por él mismo ni por algunos de sus ministros como Aníbal Fernández, sino por gobernadores, intendentes y sindicalistas del PJ, el partido que encabeza a nivel nacional, la “mesa de los tres” se inclina hacia la vicepresidenta por peso propio, mientras que Massa aún no descubre sus cartas hacia 2023. En medio de la urgencia, el “triunvirato” acordó priorizar la gestión, cuya parálisis intentarán contrarrestar con la publicidad coordinada de medidas oficiales.
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