Acuerdo con el FMI: enojo en el Gobierno con el kirchnerismo duro, pero alivio por la aprobación de la ley
En el entorno del presidente Alberto Fernández había un fuerte malestar por la ausencia de Cristina Kirchner en el momento de la votación de la ley; preocupación por la continuidad de la coalición gobernante
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“Queda una sesión en la terapia de pareja, pero los dos saben que van para hacer una salida elegante o a lo sumo recuperar la convivencia, pero no el amor”. Con ese metáfora una alta fuente de Casa Rosada buscó sintetizar ante La Nación el estado de la virulenta relación dentro del oficialismo. Un vínculo complejo desde sus inicios, pero que en el último semestre se agudizó y sumó anoche un nuevo capítulo que dejó lugar a varias lecturas.
Dependiendo del interlocutor priman unas u otras. Pero en lo que la mayoría coincide es que más allá del gesto de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, de no estar presente en el Senado al momento de la votación por el acuerdo con el FMI, aún la fractura no es total. Mientras que procesa lo que sucedió anoche, y sus consecuencias, el Gobierno se prepara para anunciar esta tarde la “guerra” contra la inflación.
En el análisis sobre lo sucedido anoche en la Cámara Alta entra el de los números que acompañaron la posición del kirchnerismo duro: los 13 que votaron en contra. “Son los mismos que no trataron ni el pliego (a procurador General de Daniel) Rafecas o la reforma judicial”, enumeraron ante este diario. “Ahora visibilizaron lo que viene pasando en dos años de gestión. Los duros que trabaron cosas que propuso el Ejecutivo”, sintetizaron masticando bronca contenida de larga data.
Luego volvieron a poner en la mira los números conseguidos por el oficialismo. “Pero son un grupo chiquito, no sale fortalecida”, agregaron. “Ella (por la vicepresidenta) tiene menos poder que antes y lo decimos con dolor. Necesitamos a Cristina, que se fortalezca, porque es parte de la coalición”, aseguró una de las fuentes consultadas. “Institucionalmente no va a hacer nada. Ellos tomaron la decisión de irse del Gobierno cuando se cerraron las listas (para las elecciones legislativas) y se venían las partes en las que hay que poner el pecho”, aseguraron en referencia al kirchnerismo duro. “Cristina no quiso convalidar ni que se hacía ley y se comunicaba al Ejecutivo”, completaron.
En las filas del albertismo afirman que hay “bronca y decepción” del propio mandatario con Cristina y Máximo Kirchner. “Hay una decepción personal por el accionar de ellos. Él no se hubiera enojado si ellos lo hacían en silencio, pero trabajaron arduamente para conseguir los votos por la negativa”, completaron sobre lo sucedido en los últimos días y horas.
Explayándose en ese enojo consideraron que “lo que quedó claro es que a ellos no les está sirviendo que Alberto mejore. Están parados del lado de los que quieren que Alberto fracase. Militaron en contra del Gobierno, pero al otro día la tarjeta del Banco Nación dice cuenta sueldo”, deslizó una de las fuentes consultadas en referencia a los cargos que ocupan tanto madre e hijo como varios de los principales referentes del kirchnerismo duro en cajas del Ejecutivo.
“Ellos siempre pensaron que Alberto iba a ser un empleado de ellos, pero Alberto es el presidente”, agregaron. “La incógnita es qué va a pasar después”, se preguntan. En ese sentido no son pocos los que miran lo que mira en las próximas horas y días, aunque con prudencia en las expectativas. “Es muy importante la semana que viene. Este fin de semana va a ser de: ¿con esta gente qué se hace?”, evaluaron. “Yo creo que ni ellos mismos saben qué quieren hacer. Que hay días que se quieren ir y otros que dicen adónde mierda nos vamos”, completaron.
Las miradas están puestas en los problemas de gestión que están habiendo productos de las diferencias internas. En ese escenario señalan la carta del titular de la secretaría de Energía, Darío Martínez, al ministro Martín Guzmán, y aseguran que “hay gobernadores que se quejan de que (la titular de la ANSES, Fernanda) Raverta y (la directora del PAMI, Luana) Volnovich, no les atienden el teléfono”.
“Es una declaración de guerra. Es desafiante”, evaluó un hombre de Casa Rosada lo sucedido anoche con la vicepresidenta. La misma fuente también aludió al otro hecho registrado ayer: “La ausencia tapa los 13 votos que solamente sacó Cristina”, consignó, tras lo que evaluó que, “si se usa bien sí puede servir” a las filas del Fernández. “La de ayer para Cristina es su segunda gran derrota a nivel legislativo. La 125 (en 2008, en medio del conflicto con el campo) y esta”, completó un experimentado funcionario del Ejecutivo, quien consideró, no obstante, que la exmandataria “siempre tiene una estrategia, algo guardado” al tiempo que cifró sus expectativas en que el mandatario también lo haga, aunque admitió sus dudas al respectos. Entre los hombres que siguen al presidente son varios los que consideran que sus respuestas a la avanzada del kirchnerismo son “casi irritantes”.
“Lo de Cristina es una declaración de guerra antes de que él se la declare a la inflación”, ironizó la misma fuente. Tras lo que se preguntó: “Quién compone la relación ahora. quién llama a quién” y aludió a que la incomunicación entre el el presidente y su vice “fue confirmada hasta en conferencia de prensa”, en referencia a los dichos de la portavoz Gabriela Cerruti. Quien hoy volvió a referirse al tema y aseguró: “¿La relación política está en el mejor momento? Bueno, vimos cómo se votó anoche”.
En las horas posteriores a la desplante parlamentario, una de las fuentes insistió ante La Nación sobre su metáfora de la terapia de pareja para ejemplificar la interna de la alianza oficialista: “En la última sesión tenés la salida elegante o la vuelta la convivencia, pero no al amor. Capaz el amor nunca estuvo”.
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