Acuerdo con el FMI: derrotada, Cristina Kirchner deja en libertad de acción al oficialismo en el Senado
El entendimiento en Diputados dejó al kirchnerismo duro sin posibilidades de influir en el resultado de la votación; el proyecto podría sancionarse el jueves
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Luego de que las negociaciones en Diputados destrabaron el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que se aprobó esta madrugada, todas las miradas apuntan ahora al grupo de seguidores de Cristina Kirchner en el Senado, último foco de resistencia contra el entendimiento que persiste en el ámbito legislativo.
Sin margen para jugar en contra del proyecto del Poder Ejecutivo, sobre todo después del aplastante apoyo que recibió en la Cámara baja, la vicepresidenta (que hoy difundió un video por los piedrazos que ayer tiraron contra su despacho) tradujo ese alivio en su decisión de dejar al bloque oficialista del Senado en libertad de acción para que cada cual vote como más le convenga.
Así fue como liberó al jefe de la bancada, José Mayans (Formosa), para que definiera con la Casa Rosada el cronograma de tratamiento del acuerdo en la Cámara alta, el que empezará el próximo lunes, a partir de las 15, con la presencia del equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, y del jefe de Gabinete, Juan Manzur, ante la comisión de Presupuesto y Hacienda, que preside el oficialista Ricardo Guerra (La Rioja).
La fecha en la que se sancionará el proyecto es aún una incógnita. Mayans le pidió a Juntos por el Cambio que le facilite los dos tercios para llevar el acuerdo al recinto el próximo jueves. La reunión del lunes pasará a cuarto intermedio para el día siguiente a las 14. Será el martes, entonces, cuando se firmaría el dictamen de comisión.
Desde el principal interbloque de oposición quedaron en contestar el sondeo del líder oficialista del Senado. Lo harán después de consultar a sus senadores y con la radiografía de cómo votaron los socios de Juntos por el Cambio, y también el oficialismo, en la Cámara baja.
La respuesta de la bancada opositora es clave para acelerar los tiempos y cumplir con la próxima cuota del préstamo tomado por la administración de Mauricio Macri, cuyo vencimiento es el próximo 22 de marzo.
Todo indica que el conglomerado opositor le dará luz verde al pedido del oficialismo. Así, el kirchnerismo se ahorrará la deshonra de que un crédito con el FMI, solicitado por un gobierno peronista, reciba la aprobación del Congreso apenas unas horas antes del 24 de marzo, fecha emblemática para los sectores que responden a la vicepresidenta.
“Sería muy malo”, respondió una legisladora oficialista ante la consulta de este diario sobre el riesgo de que la sanción del acuerdo termine lográndose poco tiempo antes de la fecha que conmemora el golpe de Estado de 1976.
Derrotado por la cruda realidad del inminente abismo del default, lo que quedó demostrado en la predisposición del oficialismo a aceptar los cambios al proyecto exigidos por la oposición en la Cámara de Diputados, la resistencia del Frente de Todos al acuerdo con el FMI quedará reducido al sector más duro del kirchnerismo.
La intención de estos sectores es no revelar su juego hasta último momento, como ocurrió con Máximo Kirchner y La Cámpora en Diputados. E bloque oficialista se reunirá el mismo lunes, dos horas antes que Guzmán se presente a informar sobre el acuerdo con el FMI. En ese encuentro se decidirá dejar a los senadores en una suerte de tácita libertad de acción.
En este escenario, los senadores kirchneristas podrán prolongar la incógnita sobre qué camino seguirán hasta casi el momento mismo de la votación.
Si bien las señales han sido positivas para el Gobierno, el kirchnerismo duro podría apostar por jugar la carta testimonial del rechazo a sabiendas de que los votos para aprobar el proyecto del Poder Ejecutivo están asegurados. Sin embargo, el dato que todos mirarán es cuántos serán esos votos. Esa será la tropa propia de leales con la que contará, a partir de ese momento, Cristina Kirchner .
Sin embargo, en los campamentos kirchneristas -La Cámpora, el Instituto Patria y el cristinismo-, saben que el resultado de la votación se podría leer como una derrota para ellos y para Cristina Kirchner, y que el ya lejano gesto de Máximo Kirchner, cuando pateó el tablero y renunció a la jefatura del bloque de diputados del Frente de Todos en rechazo a las negociaciones con el Fondo, no tuvo mayor repercusión en el oficialismo y tampoco lastimó al Gobierno. Que el Congreso y el oficialismo pueden funcionar sin ellos, como lo demostró el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, al armar una mayoría para aprobar el entendimiento, es un dato negativo para los seguidores de la vicepresidenta.
De hecho, en algunos despachos de Juntos por el Cambio se especulaba con la posibilidad de propinarle una paliza legislativa al kirchnerismo ortodoxo.
En ese sentido, en el campamento opositor había quienes hacían cuentas y se entusiasmaban con el hecho de dejar más expuesta aún la fractura del oficialismo sumando más votos a favor del entendimiento que la propia bancada que debe responder al Gobierno. Si esto ocurrirá o no se definirá en las próximos días.
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