Aborto: el rechazo mayor se da en sectores bajos y no urbanos
Según Opinaia, en la opinión sobre el aborto también influyen la religión y la identificación partidaria
A poco de reiniciarse el debate legislativo sobre la legalización del aborto, una encuesta de la consultora Opinaia realizada a fines de febrero expone que el rechazo a la iniciativa es alto en el interior del país -al igual que ocurrió en 2018-, entre los más religiosos y entre los sectores de menor nivel socioeconómico, así como entre quienes votaron a Juntos por el Cambio.
Por el contrario, los que se inclinan mayoritariamente a favor del proyecto pertenecen a la escala social más alta, habitan las grandes ciudades, son electores de izquierda y, en menor medida, del Frente de Todos, y son agnósticos y ateos.
Sin embargo, todavía no hay una mayoría de más del 50% que apoye o rechace el proyecto, aunque hoy, según el sondeo, son más los argentinos que se oponen. Aún hay un alto número de indefinidos.
En términos generales, el apoyo a la legalización asciende al 35%, mientras que el rechazo es superior, del 44%, aunque todavía hay un 21% de indefinidos. Los datos no siempre fueron así y, si se observan las respuestas a la misma pregunta a lo largo del tiempo, se evidencia la volatilidad de la opinión pública.
En junio de 2018, por caso, cuando las campañas a favor y en contra estaban en su momento más candente, un 43% avalaba el proyecto de despenalización, mientras que el 39% lo rechazaba (18% de indefinidos). Un mes después, con la discusión a punto de encontrar su fin en el Senado, los apoyos se habían invertido (el 44% rechazaba y el 36% apoyaba, con un 20% de indecisos).
Aunque el estudio exhibe que hay un alto número de indecisos sobre la cuestión, también vuelve a reflejar el rechazo mayoritario del interior del país. Si bien en la ciudad de Buenos Aires el apoyo a la legalización asciende al 47% y en el Gran Buenos Aires, al 42%, en el resto de la Argentina el no es mayoritario. El nordeste argentino es la región que más se opone a la iniciativa (54%), seguido por el noroeste (52%), por el interior bonaerense (52%), la región centro (46%), Cuyo (43%) y el sur (41%). Los indefinidos en las regiones oscilan entre el 14% (noroeste) y el 30% (cuyo).
En 2018, durante la votación el proyecto de despenalización, quedó expuesta la postura antiabortista de la mayoría de los legisladores del interior del país, a excepción de la votación de los que representan grandes centros urbanos.
En ese sentido, el sondeo de Opinaia refleja que un 43% de los ciudadanos consultados que habitan ciudades grandes avalarían el proyecto, mientras que un 36% lo rechazaría. La respuesta es inversa en el resto del país, donde un 51% rechazaría la legalización y un 28% la aceptaría. En ambos casos, el porcentaje de quienes no están definidos es del 21%.
Los números no son los mismos si la pregunta se orienta hacia la objeción de conciencia, uno de los puntos que -se especula- puede tratar el proyecto que presentará el Poder Ejecutivo esta semana.
La amplia mayoría del país está a favor de que los médicos o los centros de salud se opongan a practicar el aborto. La región que más apoyaría esa condición es el interior bonaerense (74%), mientras que la que menos respaldo expresó es la Capital (45%).
"Si finalmente el proyecto se aprobara, hay acuerdo con que algunos médicos se opongan a practicar un aborto. Cerca de la mitad de los que están favor de la legalización también están de acuerdo con la objeción de conciencia", explicaron consultores de Opinaia a LA NACION.
El mayor rechazo a la legalización del aborto se concentra en las provincias del norte, donde, paralelamente, la religión tiene un peso mucho más fuerte que en el resto del país. Según el estudio, las preferencias religiosas influyen en su mayoría hacia el rechazo al proyecto, pero los consultados conservan un porcentaje de indecisos que llega hasta el 20%, dependiendo de la fe que profesan.
El informe indica que entre los católicos hay un 47% de rechazo y un 33% de apoyo, mientras que un 20% dijo no haberse definido. En el caso de los evangélicos, la oposición es mayor (65%) y el apoyo es reducido (17%), con un 18% de indecisos. Los que practican otra religión, en tanto, se oponen en un 59%, mientras que 27% avalarían la legalización.
Los agnósticos y los ateos, en tanto, expresaron un apoyo mayoritario (67%), sobre un rechazo de apenas el 14%, con un 19% de indecisos. Por su parte, entre quienes dijeron no profesar ninguna religión el respaldo asciende al 42% y la oposición, al 27%, pero los que no tienen una postura tomada suman el 31%
Al igual que en 2018, por su parte, el sí a la legalización predomina entre quienes en 2019 votaron al Frente de Izquierda y los Trabajadores (69%) y el Frente de Todos (48%), mientras que se oponen la mayoría de los que eligieron a Juntos por el Cambio (55% de rechazo). Los que optaron por Consenso Federal, en tanto, exhiben cierta paridad: el 40% rechaza la iniciativa, pero el 37% la acepta.
El apoyo al aborto también exhibe diferencias notorias en cuanto al nivel socioeconómico y la edad de los encuestados.
El informe indica que la clase más alta (entendida como ABC1) es la que más apoya la iniciativa, con el 52%, y la que menos lo rechaza, con el 30% (18% de indefinidos).
Sin embargo, si se baja en la escala social, el apoyo disminuye considerablemente. De arriba para abajo en la pirámide, el apoyo desciende al 40% (grupo C2), al 32% (grupo C3), al 31% (grupo D1) y 33% (grupos D2/E), los más bajos.
Con respecto a la edad, en tanto, el apoyo es variable, aunque se ve un respaldo mayor dentro de los rangos etarios 56-65 (44%) y 16-25 (39%). Los que más rechazo expresan son los que tienen entre 36 y 45 años (el 54% se opone) y entre 46 y 55 (47%). Los mayores de 65 años, en tanto, expresan un apoyo de solo el 26% y los millenials (entre 26 y 35 años) apoyan la iniciativa en un 33%.
Claves de una campaña que tomó vuelo
Recursos públicos
Macri quedó en una zona gris después de utilizar la flota oficial de aviones Tango para 26 actos de campaña. En su entorno aseguran que los viajes se combinaron con actividades de gestión.
Vuelos privados
Las principales fuerzas políticas alquilaron taxis aéreos. Alberto Fernández gastó $4,5 millones para moverse durante el tramo final de su campaña electoral.
Aportes en especie
El diputado Sergio Massa también se movió en vuelos privados: le donó $1,7 millones al Frente de Todos para hacerse cargo del alquiler de los jets.
La auditoría, en marcha
La Cámara Electoral ya comenzó con la auditoría que controlará los gastos de campaña. Pidió informes a la ANAC, a la PSA y también a las líneas aéreas comerciales.
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