Aborto: los diputados "verdes" confían en aprobar el proyecto con más de una decena de votos de diferencia
Tras un debate intenso, aunque respetuoso y sin la crispación que tuvo hace dos años, la Cámara de Diputados se encamina a dar su veredicto sobre la legalización del aborto en la madrugada de este viernes. A diferencia de lo que sucedió en 2018, no se espera un final vibrante por lo ajustado del resultado: al promediar la tarde la diferencia a favor de la iniciativa se estiraba a más de una decena de votos.
Una señal del optimismo, por ahora contenido, de los promotores de la iniciativa fue el desfile de funcionarios nacionales que, a lo largo de la jornada, se hizo ver por los palcos del recinto. En un momento sonó fuerte el rumor de que el propio presidente Alberto Fernández, quien presentó el proyecto de ley como su emblema de campaña, se acercaría a la Cámara de Diputados para presenciar el momento de la votación. Sin embargo, desde los despachos más importantes de la Cámara baja lo desaconsejaban.
"No sería una buena idea", deslizaban, conscientes de que sectores de la oposición, que apoyan la iniciativa, tomarían a mal el intento del Gobierno por capitalizar políticamente el resultado de la votación.
Los promotores de la legalización del aborto estimaban que, en esta oportunidad, superarán el umbral de los 129 votos con que se aprobó el proyecto en 2018. "Esperamos sumar entre 131 y 134" votos, confiaban. Eso sí, a diferencia de hace dos años, se cree que habrá más abstenciones, al menos media docena.
La única diputada que se abstuvo en 2018, la cordobesa Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, anticipó que esta vez votará en contra, junto con su bloque Córdoba Federal.
"Del plexo constitucional no surge una autorización genérica para la legalización del aborto", enfatizó, y tras señalar que "la mejor inversión es la prevención y la asistencia de las mujeres", sentenció: "No queremos que sigan muriendo más mujeres, pero hacerlo libre no es la respuesta".
Quien también cambió su voto respecto de 2018 fue la diputada oficialista de Misiones Flavia Morales. "He escuchado y he caminado. He entendido que tenemos que optar entre la existencia de una regulación o dejar las cosas en el mismo lugar. Y es el Estado el que tiene que regular. En otros países, la legalización ha ayudado a reducir la cantidad de interrupciones, esperemos que esto también suceda en Argentina", justificó.
El triunfo parece cristalizarse en la Cámara de Diputados, pero por ahora la ley está lejos de consumarse: aún falta superar la instancia del Senado, el bastión "celeste" que en 2018 rechazó el proyecto y que, hasta ahora, muestra una ajustada paridad entre quienes están a favor y en contra del proyecto. Allí el debate arrancará la semana próxima y se estima que a fin de año se llevará el proyecto al recinto.
El debate
La sesión arrancó puntual, minutos después de las 11. En vano la diputada Lucila Lehman pidió postergar el debate hasta después del 6 de enero. "Represento a los ciudadanos del pueblo de la Nación, pero una gran cantidad de esos ciudadanos son católicos. Estamos viviendo un momento muy especial en el año los católicos, que justamente está vinculado con la concepción y con la vida", dijo la diputada santafesina de la Coalición Cívica. Su moción fue rechazada.
Luego tomó la palabra la diputada oficialista y vicejefa de la bancada, Cecilia Moreau, presidenta de la Comisión de Legislación General. "Este proyecto viene a ofrecer una respuesta concreta a un problema de salud pública y estructural que existe en nuestro país", enfatizó. "Hoy se cumplen 37 años del retorno de la democracia, en estos 37 años se garantizaron derechos", señaló, para recordar leyes de divorcio, patria potestad compartida, identidad de género y matrimonio igualitario. Por eso no tengo dudas que esta fecha es simbólica para conquistar un nuevo derecho".
Su colega oficialista Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Salud, enfatizó la legalización permitirá que haya menos abortos pues, al salir de la clandestinidad, el Estado podrá estar presente para controlar y "darle pociones a las mujeres".
"Decenas de miles de mujeres en Argentina son internadas todos los años por complicaciones de aborto. Obviamente muchas más abortan y no tienen complicaciones. Lamentablemente algunas de ellas mueren", sostuvo Yedlin.
Desde la vereda contraria, los detractores del proyecto refutaron los argumentos de sus promotores.
"Cuando ya superamos 40.000 muertos por coronavirus, en medio de esta crisis, que no es solo sanitaria, sino también económica y social, la única prioridad del Gobierno es ofrecerle la legalización del aborto a los colectivos feministas. El aborto no es un reclamo de nuestras mujeres sino de grupos de militantes atrapadas en consignas del pasado", fustigó la diputada de Pro Carmen Polledo.
La legisladora insistió en que la Constitución "protege la vida desde la concepción". "El derecho a la vida es un derecho constitucional fundante. El embrión no es un órgano de la madre, no es un fenómeno como dijo el ministro de Salud (Ginés González García). Es un ser humano con ADN propio y por ello tiene protección desde al concepción. ¡El aborto es algo que debemos evitar, no legalizar!", sentenció.
La diputada oficialista Vanesa Massetani, otra ferviente detractora del proyecto, miró fijamente a los funcionarios nacionales instalados en los palcos. "Ningún funcionario va a decirme lo que tengo que hacer en esta banca. (Ellos) fueron elegidos a dedo, a mí me eligió el pueblo", enfatizó.
A su turno Marcela Campagnoli, de la Coalición Cívica, señaló que el presidente Fernández, "lejos de ser generoso, envió un proyecto que nos divide pese a haber sostenido que venía a unirnos". "Y lo envía en el medio de una pandemia que nos deja cuarenta mil argentinos muertos, a niños sin clases, a mujeres sin poder asistir a los controles médicos, negocios cerrados, y personas sin trabajo", sostuvo.
"El aborto no es un derecho, un derecho es tener una casa, un trabajo digno, salud, educación", exclamó la diputada Dina Rezinovsky, de Juntos por el Cambio, quien profesa el culto evangélico.
Desde Consenso Federal, Alejandro "Topo" Rodríguez insistió en que este "no es un tema religioso; es un asunto de ética humana". "Creo en la defensa de la vida de las personas por nacer, de la misma manera que debemos defender la vida de aquellos que, ya nacidos, sufren los efectos de la cultura del descarte", sostuvo.
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