Aborto: un debate que arrancó en medio de pasillos mudos y el bajo perfil de Cristina Kirchner
Herméticos y mudos, los pasillos del Congreso no fueron el reflejo de la calle. Las pocas voces que se escucharon puertas adentro llegaron, en efecto, desde el exterior del Palacio Legislativo, en donde primaron los cantos, el bullicio y los redoblantes. Mientras en el recinto del Senado se debatía el proyecto de legalización del aborto, en los espacios comunes primaban los ecos externos y las restricciones de circulación.
Los funcionarios que asistieron a la sesión apenas hicieron declaraciones. "Es un día histórico para los argentinos", se limitó a decir el ministro de Salud, Ginés González García, que se acercó al Salón de las Provincias "a saludar". Palabras similares pronunció la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta, quien en paralelo esperaba que la Cámara baja se definiera respecto de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria.
"El proyecto del aborto nos conmueve, en particular a las mujeres", sostuvo, sin profundizar, la exdiputada –partícipe del mismo debate en 2018–, y aseguró tener expectativas de que, esta vez, el aborto se convirtiera en ley.
Al recinto también accedieron la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y su par bonaerense, Estela Díaz; la asesora ad honorem del presidente Alberto Fernández, Dora Barrancos; y la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, entre otras funcionarias convocadas por la presidenta del Senado, Cristina Kirchner.
"Junto a Dora Barrancos, imprescindible en esta lucha, estamos en el Senado viviendo esta sesión histórica por el aborto legal, seguro y gratuito. Tenemos la posibilidad de cambiar para siempre la vida de las mujeres y otras personas gestantes de nuestro país", tuiteó Gómez Alcorta, en una foto junto a Barrancos, desde los palcos de la Cámara Alta.
La presencia de la Izquierda sí fue algo más activa. El diputado nacional Nicolás del Caño y la excandidata presidencial del Nuevo Más e integrante de la agrupación Las Rojas, Manuela Castañeira, pivotaron entre el interior del Congreso y la calle. Esa agrupación feminista, de hecho, desembarcó en los alrededores de la Legislatura el lunes por la noche y sus referentes encabezaron una vigilia para recibir el inicio de la votación.
"La presión de la sociedad es lo que hoy puede hacer salir la ley, por eso el Presidente la eligió para terminar el año. Esta tendría que ser la victoria definitiva. De no salir, implicaría una crisis de coalición y de gobernabilidad", dijo a LA NACION Castañeira, y agregó: "El Gobierno tiene la responsabilidad de garantizar los votos. Si dicen estar a favor, tienen que asegurarse de disponer adeptos".
La dirigente rechaza el artículo del proyecto de ley que permite la objeción de conciencia de los médicos a quienes les competa la práctica del aborto. En ese sentido, indicó: "Si sale el proyecto, esperemos que no haya maniobras que restrinjan el derecho al aborto. El momento de la implementación va a requerir que la sociedad esté alerta; se vendrá la guerra, y ahí estaremos".
Hasta última hora de la tarde, Cristina Kirchner también había decidido alinearse con los oficialistas que mantuvieron un bajo perfil. Dio inicio a la sesión, pasadas las 16, y tras dar la palabra a los cuatro primeros legisladores, cedió su turno a la presidenta provisional, Claudia Ledesma Abdala. Desde entonces, su despacho estuvo vigilado y no trascendió qué tipo de intercambios mantuvo.
Dos hitos fueron, probablemente, los que movilizaron las primeras horas de una jornada que, pese a la expectativa social y las movilizaciones callejeras, se mantuvo calma. La senadora de Juntos por el Cambio, Silvia Elías de Pérez, denunció "presiones intolerables" del Presidente, minutos antes del inicio de la sesión.
"Lo que está haciendo el presidente Fernández ha superado todos los límites de lo tolerable. Está presionando él, personalmente, a distintos senadores y senadoras. Hay un empecinamiento del Presidente contra los más vulnerables", manifestó la tucumana, quien ratificó su rechazo al proyecto del Ejecutivo.
Los rumores acerca de la posible participación de Carlos Menem, desde el sanatorio Los Arcos –en donde se encuentra internado–, también provocaron revuelo, dado que el expresidente podría aportar un voto celeste clave para un recuento ajustado. La versión, sin embargo, fue negada por miembros de la familia de Menem consultados por LA NACION.
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