Aborto: trastienda del proyecto libertario que la mayoría de los diputados niega haber firmado
Cuatro de los cinco legisladores de LLA que figuran en el texto de Rocío Bonacci dijeron a LA NACION que no lo autorizaron y consideraron que no es el momento para presentar una iniciativa así; esta mañana, el vocero presidencial ya había despegado a Javier Milei
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La propuesta para derogar la ley de aborto generó un nuevo tembladeral en La Libertad Avanza (LLA), todavía con las esquirlas de la vuelta a comisión del proyecto ómnibus. Es que mientras avanzaban las tratativas para esa abultada iniciativa que la Casa Rosada giró al Congreso pero que no consiguió los avales, la diputada santafesina y oficialista Rocío Bonacci avanzaba con su propio texto para dar de baja la interrupción voluntaria del embarazo, que luego acompañó con firmas de otros cinco legisladores, entre ellos la del presidente de bloque, Oscar Zago.
Pero al menos cuatro del grupo aseguraron este jueves a LA NACION no haber prestado consentimiento para incluir sus rúbricas. Todos dijeron ser provida, pero entendieron inoportuno el momento para discutir este tema. E incluso una parte de ellos aseveró haberse enterado de lo ocurrido por los medios.
El escrito de diez hojas llegó a las más altas esferas de la Casa Rosada, hasta al presidente Javier Milei, de gira por Israel. Su vocero, Manuel Adorni, aclaró esta mañana que en Balcarce 50 no tenían nada que ver con la presentación.
Una de las afectadas por la movida fue la diputada nacional Lilia Lemoine, de las figuras libertarias de más alto perfil. “Yo estoy dispuesta a acompañar un proyecto para derogar la ley del aborto, pero no en este momento. Estamos en extraordinarias, hay prioridades, sabemos lo difícil que es ese tema, la seriedad con la que se tiene que encarar”, explicó a LA NACION la referente mileísta.
Dijo, además, que nunca leyó el proyecto en que aparece su firma como acompañante antes de que se hiciera público. “Ella [por Bonacci] puso mi nombre ahí abajo y yo le dije que era para más adelante. Yo misma entiendo que no es el momento para presentar proyectos propios. Esto requiere contenido y tiempo: yo no conocía el contenido y no nos pusimos de acuerdo sobre cuándo, lo mandó de una. No tiene que pedir permiso para presentarlo, pero sí para poner mi nombre. No puede involucrarnos en algo tan serio sin pedir autorización. No es saludable para la discusión”, sentenció la representante bonaerense.
Posturas similares se repitieron en otros lugares de la Argentina, ya que Bonacci englobó a dirigentes de distintas provincias en la polémica presentación. El entrerriano Beltrán Benedit fue uno de los que se anotició por la prensa de que era firmante de un proyecto de esta índole, que generó amplia repercusión sobre todo en los sectores verdes. “Quedamos como firmantes cuando no firmamos y no fuimos avisados”, marcó el ingeniero agrónomo a LA NACION.
Según indicó, la diputada de Santa Fe le contó en un diálogo informal en la Cámara baja que quería presentar una iniciativa para la derogación del aborto. Dijo que él le preguntó cuántos apoyos tenía y que la legisladora le habría referido “algunos”, porque otros colegas avanzaban con textos propios. Ante esto, Benedit expresó que le recomendó debatirlo internamente para darle una mejor forma. “No sé si ella quiso ganar primereando, como decimos en el campo”, especuló el dirigente ruralista sobre la premura y la falta de consensos que marcaron el contexto de esta iniciativa.
“Estoy a favor de la vida, pero este proyecto es particular de la diputada y la decisión de ingresarlo ayer, también. Para que tenga éxito una iniciativa tiene que tener acuerdo sobre la redacción. No me parece mal que lo haya presentado, sino que lo haya hecho con las firmas nuestras. No estamos de acuerdo en que se haga ahora, ni hemos trabajado en la redacción”, indicó en sintonía con Lemoine el diputado que, en realidad, pretende ir contra la legalización del aborto por la vía de la inconstitucionalidad. Con Bonacci, de momento, no se comunicó. Sí lo hizo con sus colegas que están en la misma situación. “No fuimos avisados de que lo iba a presentar”, insistió, desmarcándose.
La historia se repitió con Manuel Quintar, que comía mientras miraba televisión y se despachó con la novedad de había firmado un proyecto de ley. “Si bien comparto defender las dos vidas, entiendo que no es ni el tenor y, por sobre todas las cosas, el momento oportuno para plantear la modificación. Yo no firme ningún documento ni físico ni digital, ni tampoco vía mensaje autoricé”, aseguró a LA NACION.
El legislador jujeño ni siquiera recordó con exactitud el momento preciso en que tocó el tema con Bonacci. “En alguna reunión habremos hablado de la postura que tenemos, y habrá trascendido mi postura públicamente, pero nunca se habló de un proyecto de ley y menos de presentarlo”, remarcó el diputado, que sí se comunicó con la santafesina, quien por la madrugada, ya desatado el escándalo, aclaró en X (ex Twitter) que la iniciativa era suya y no del Ejecutivo. LA NACION intentó contactarla, pero no respondió.
El proyecto es mi iniciativa no del Ejecutivo y ha sido puesto a la consideracion del cuerpo que integro. Defiendo la vida. Ni más, ni menos. pic.twitter.com/PwDslhdSIX
— 🇦🇷 Rocío Belén Bonacci (@RocioBonacci) February 8, 2024
“En lindo brete nos metieron”, se quejó, por su parte, la porteña María Fernanda Araujo. En medio del debate por la ley ómnibus la dirigente libertaria recibió, de acuerdo a lo que contó a este medio, el proyecto de derogación del aborto por WhatsApp de parte de su compañera de bancada. “Me escribió: ‘¿Apoyás?’. Le puse que sí, en medio de todo el lío. Pero era para leer el proyecto, corregirlo. Nunca le dije ‘poné mi firma’, nunca me dijo ‘lo voy a presentar’”, explicó.
Convencida, al igual que sus otros tres colegas, de que el tema es “sensible” y por lo tanto debe tener otro tratamiento, la legisladora aclaró incluso que no está de acuerdo con imponer penas de uno a tres años para las mujeres que abortan, algo que Bonacci propone en el artículo 5 del texto. “Es triste que haya sucedido esto, quiero creer que hubo un malentendido”, indicó Araujo, quien también se enteró por la prensa.
En medio del malestar que generó la cuestión hasta en diputados mileístas que no se vieron implicados, Araujo indicó taxativa, sobre sí misma: “La diputada nacional por CABA María Fernanda Araujo no autorizó la firma”.