Aborto: para los "verdes", una noche histórica, entre pañuelos y al grito de "¡Será ley!"
El Senado rechazó esta madrugada el proyecto de legalización del aborto que tenía media sanción de la Cámara de Diputados y cerró -por ahora- el debate parlamentario.
Lejos de lo que podría pensarse, el voto no se sintió como una derrota entre quienes reclamaron la aprobación de la ley en las inmediaciones del Congreso . En el balance, hubo más expresiones de bronca y de esperanza que de tristeza. "Es un Senado que no está a la altura", fue la síntesis que encontraron muchos frente al resultado. "Esto no se apaga, ya nada será igual", resumieron otros. "¡Será ley!", coincidieron todos.
Lejos de lo que podría pensarse, el voto no se sintió como una derrota entre quienes reclamaron la aprobación de la ley en las inmediaciones del Congreso . En el balance, hubo más expresiones de bronca y de esperanza que de tristeza.
El rechazo del Senado era esperable. No sorprendió en el "sector verde", que montó una suerte de fiesta callejera a la espera de la votación de la Cámara alta. Pasadas las 2.43, la iniciativa recogió 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones. En ese momento, mientras el "sector celeste" festejaba el resultado con fuegos artificiales y gritos de júbilo, miles y miles de personas del otro lado de la plaza del Congreso alzaron sus pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, responsable del proyecto, y gritaron: "¡Será ley!".
No fue ley esta vez y en términos legales todo seguirá, pero el debate parlamentario abrió discusiones que seguirán sobre el tapete. "El rechazo de la Cámara alta no implica volver a foja cero", reconoció a LA NACION un senador que votó en contra del aborto legal.
Esa sensación fue compartida por muchos. Nunca antes en la historia argentina se había llegado a esta instancia de que el aborto esté tan en agenda; de las audiencias públicas y los cientos de oradores que dieron argumentos a favor y en contra de la interrupción voluntaria del embarazo; del tratamiento parlamentario; de la media sanción de Diputados. Sobre todo, nunca antes hubo tantas personas en calles de todo el país -y del exterior- que manifestaron su apoyo a una u otra postura, especialmente a favor de la legalización del aborto.
Durante su discurso en el recinto, el senador Fernando Solanas les habló a los "muchachos y muchachas que están afuera", en referencia a la calle. "Sea cual fuera el resultado de esta noche, hoy no es una derrota. Es un triunfo monumental, porque hemos logrado instalar el debate de una causa que estaba prohibido", dijo. Sus palabras fueron celebradas en las avenidas Callao, Rivadavia y De Mayo, donde estaban los "verdes".
El senador Miguel Ángel Pichetto también se refirió a las diferencias entre los integrantes de la Cámara alta y los manifestantes en favor del aborto legal. "Este Senado no está a la altura de las demandas sociales", soltó. Luego citó al escritor y filósofo Miguel de Unamuno. "Dijo: 'Vencerán pero no convencerán'". Finalmente, el legislador rionegrino remató: "El 'no' va a ganar esta noche, pero el futuro no les pertenece".
Tras una vigilia de horas y horas bajo la lluvia, entre paraguas y pilotos, y a pesar del rechazo del Senado, prevalecieron esas ideas acerca del "triunfo" y del futuro. "La primera sensación es de desilusión, defraudación, frustración, pero a su vez, un inmenso orgullo por quienes sí defendieron las vidas y la salud de las mujeres hoy, y por todos las y los jóvenes que le pusieron el cuerpo hasta el último segundo", dijo a LA NACION la dirigente radical Pamela Martín García, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
"Vamos a seguir de pie, luchando, porque acá lo único que se cae es el patriarcado. Esperábamos tener un dolor menos y una libertad más, pero vamos a seguir en ese camino y lo vamos a lograr", agregó.
Luciana Peker, periodista especializada en género y autora de La revolución de las mujeres no era sólo una píldora, planteó que el rechazo del Senado abrió "una crisis de representación de género y generacional", porque el promedio de edad de los senadores es de 57 años y el promedio de "las chicas en la calle" es de 18.
Esas chicas, estudiantes secundarias y universitarias, pidieron masivamente por la legalización del aborto. Cuando el Senado rechazó la iniciativa, se fueron en grupos, de a cuatro, de a cinco, tomadas de la mano. Fueron cantando "¡Será ley!".
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