Aborto: Alberto Fernández define la letra chica del proyecto que enviará al Congreso
"No habrá sorpresas", dicen en el Gobierno sobre el proyecto que el Presidente enviará al Congreso, entre el viernes y el lunes próximos, para avanzar con la legalización del aborto.
Alberto Fernández en persona trabaja en estas horas en la revisión de la iniciativa, que propondrá habilitar la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, en línea con el proyecto que se debatió en 2018 y que estuvo a punto de convertirse en ley.
El único interrogante que queda es el alcance que tendrá la objeción de consciencia, esto es, la posibilidad de que los profesionales de la medicina se nieguen a llevar adelante la práctica. Se permitirá a nivel individual, es decir, a médicos y enfermeros. Pero, en principio, no se convalidaría a nivel institucional.
"Las instituciones de salud están para hacer cumplir las normas de salud pública", dijo la semana pasada Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica, cuando la consultaron sobre el punto, uno de los más discutidos durante el debate de 2018. El ministro de Salud, Ginés González García, declaró, en cambio, que esa cuestión todavía no terminó de definirse.
Ibarra y González García trabajaron en la elaboración del proyecto junto con la ministra de Mujer, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, bajo la coordinación del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Se esperaba que estos funcionarios se reunieran ayer con el Presidente para definir la letra chica de la iniciativa para enviarla al Congreso este jueves o, a más tardar, el viernes. Ese cronograma se corrió un día, por lo que el proyecto solo llegaría al Parlamento entre el viernes y el lunes.
La demora obedece a que Fernández está analizando, punto por punto, la última versión que le hizo llegar el equipo de trabajo. El Presidente hará una devolución por escrito y después sí podrán avanzar en la redacción del texto definitivo.
Pese a que las fuerzas están muy parejas en el Senado, en la Casa Rosada esperan que la postura del Poder Ejecutivo incline la balanza a favor de la legalización. "La diferencia con el debate de 2018 es que esa vez el gobierno operó en contra y esta vez va a operar a favor", dijo a LA NACION un funcionario con despacho en la Casa Rosada. En ese sentido habrá que estar atentos a las ausencias que puedan producirse durante la sesión en el Senado.
El plan de los mil días
Otra herramienta con la que el Gobierno pretende hacer la diferencia es el plan de los mil días, una iniciativa que se debatirá en simultáneo a la legalización del aborto.
Se trata de un programa que consiste en garantizar asistencia estatal para las mujeres de bajos recursos, desde el inicio del embarazo hasta los dos años de vida del niño en gestación.
De esa manera, sostiene el Presidente, se dará garantía a las mujeres que quieren seguir adelante con el embarazo y no tienen los recursos para hacerlo.
La discusión empezará a darse la semana que viene en la Cámara de Diputados.
La intención de la Casa Rosada es que sea un debate rápido y que el tema se defina lo antes posible. El tratamiento en las dos cámaras no se prolongaría más allá de abril, según los planes del Poder Ejecutivo.
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