A un mes del “bastón de mariscal”. El kirchnerismo entra en etapa de definiciones con una certeza: obturar al Presidente
El enfrentamiento entre De Pedro y Fernández ocurre en un momento donde muchos referentes kirchneristas quieren un candidato K puro; los dilemas existenciales del kirchnerismo y la marcha del 24 de marzo; la tensión entre Máximo y Kicillof
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Se cumplió ayer un mes exacto desde la última aparición pública de Cristina Kirchner, aquella en Avellaneda donde le pidió a sus dirigentes que agarren “el bastón de mariscal” y dijo que está proscripta por la Justicia. La cúpula K luego se tomó un breve receso veraniego. El impasse terminó esta semana. El kirchnerismo volvió a operar políticamente, e inauguró la etapa de definiciones electorales con una certeza: quiere fulminar un eventual plan de reelección de Alberto Fernández y consolidar el quiebre definitivo con el Presidente.
El enfado de Eduardo “Wado” De Pedro con Fernández por no haber sido invitado a una reunión con Luiz Inácio Lula da Silva y organismos de Derechos Humanos fue la última escena de esa ruptura sin retorno. Ya hubo otras apedreadas verbales contra el jefe de Estado, pero ahora el desplante es directamente del ministro que es sinónimo de vicepresidenta en el gabinete. “No se disimula más nada”, dijo un colaborador al tanto de esa decisión.
La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, devenida en principal alfil de Fernández, cruzó a Wado al señalar que si está incómodo “debería dar un paso al costado”. Cerca de De Pedro aseguraron que no se irá. El episodio de confrontación con el jefe de Estado -que trascendió intencionalmente- ocurre cuando De Pedro se alista como potencial candidato a presidente por el kirchnerismo puro. Lo que hizo fue conversado con Cristina el martes en el Senado. Por eso puede ser tomado, en el marco de las definiciones electorales, como una señal.
El episodio tiene un condimento más: el entorno de la vicepresidenta culpa a Fernández y a la Cancillería -comandada por Santiago Cafiero- por el encuentro fallido entre Lula y Cristina. “El problema no es Lula, con Lula todo bien”, dijo un colaborador del campamento K que consideró que, por cómo fue diagramada su estadía, una visita del líder del PT al Senado hubiera implicado un desaire a su anfitrión, Fernández.
El kirchnerismo piensa lo peor del Presidente. Quienes dialogaron hace poco con Cristina saben que hay un comentario que la irrita sobremanera: que la responsabilicen por haber elegido a Fernández en 2019. La experiencia del gobierno actual, así, pesa mucho en la definición de la estrategia electoral de este año, que está plagada de dilemas existenciales para el kirchnerismo. Según intendentes, funcionarios y dirigentes bonaerenses consultados por LA NACION, la vice no tiene una decisión 100% tomada sobre cómo diagramar la oferta electoral, aunque empieza a dar pistas.
Paso táctico
En el kirchnerismo, en principio, definieron un paso táctico antes de oficializar candidaturas. Lo dijo Andrés “Cuervo” Larroque: “Antes de definir la estrategia electoral hay que romper la proscripción de Cristina”. “Lo que está diciendo el Cuervo es que el peronismo no puede mirar para otro lado y seguir como si no hubiera pasado nada, es un antecedente muy serio lo de la Justicia con Cristina”, dijo un referente bonaerense con diálogo directo con La Cámpora.
Para hacer una demostración popular contra la “proscripción”, el kirchnerismo prepara una movilización masiva para el 24 de marzo. Un intendente K dijo que aspiran a ver una manifestación “similar a la de repudio contra la Corte por el 2x1″. La consigna será “Democracia sin proscripciones y sin mafias”. Un botón muestra fue el escrito que presentó el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, ante la ONU en donde dijo que el sistema democrático está en peligro por el “lawfare”.
“¿Romper la proscripción significa que ella va a ser candidata? Probablemente no. La única chance sería que se presente Mauricio Macri”, reflexionó el dirigente del conurbano. Otro colaborador del kirchnerismo aportó: “De mínima se gana tiempo para las definiciones y se suma en centralidad política”.
“Bastón de marsical”
La otra instrucción que bajó Cristina a los suyos es que agarren el “bastón de mariscal”. La consigna generó desorientación en el firmamento K: mientras que algunos apostaron a un operativo clamor para que la vice revea su decisión de no ser candidata “a nada”, otros comenzaron a jugar más fuerte para posicionarse.
Un intendente del conurbano que está en el primer grupo dijo a LA NACION: “Romper la proscripción es que ella se presente y gane. Tomar el bastón de mariscal es ganar en volumen político para ella”.
Entre los que creen que hay que “soltar la pollera” de la vice se encuentran, por caso, los referentes de Patria Grande, referenciados en Juan Grabois. El líder del MTE dijo que quiere que De Pedro sea el candidato y que, caso contrario, se postulará él mismo. “A Cristina le gusta la actitud de Juan. Ella ya dijo que es preferible pedir perdón a pedir permiso”, aseguraron en su entorno.
Cerca de De Pedro, en tanto, apuntaron: “Cristina hace un llamado para que los cuadros salgan a la cancha, dice que todos son responsables. No es contradictorio el clamor por el liderazgo de CFK con cuadros intentando ganar volumen. Wado acumula políticamente si eso decanta en una candidatura lo definirá ella”.
Alternativas
En un contexto de fuerte incertidumbre el kirchnerismo aguarda definiciones de su jefa. Mientras tanto, otros actores del PJ -como la CGT, los movimientos sociales y un grupo de intendentes- ponen fichas en Sergio Massa para que llegue al “número mágico” de una inflación de menos de cuatro puntos en abril y así impulsarlo como candidato único.
Esa alternativa genera resquemores en muchos actores K. Un dirigente de diálogo directo con Máximo Kirchner apuntó: “Cristina tiene que definir si va con un candidato K puro que construya a futuro o si va de nuevo con un candidato moderado, en este caso, Massa. Repetir esa fórmula puede implicar la licuación definitiva del kirchnerismo”. Un intendente ultrakirchnerista fue más tajante: “Massa de ninguna manera tiene que ser candidato único ¿Cómo se reconfigura el kirchnerismo en 2027? ¿Cómo lo explicamos? Nos morimos”.
Los interrogantes también abarcan a la provincia de Buenos Aires. Mientras que muchos intendentes y dirigentes dan por sentado que Axel Kicillof irá por su reelección porque es “el que más mide”, La Cámpora le hace el camino más difícil. Un referente del conurbano aseguró que Máximo Kirchner tuvo un encontronazo con Kicillof porque el gobernador se subió demasiado pronto a la campaña.
No fue casualidad que el jefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, socio estratégico de Máximo -y con aspiraciones a la gobernación- publicará en Twitter la misma frase que dijo Larroque. El argumento elegante es que fue un mensaje para Fernández. Pero el verdadero destinatario fue Kicillof. En la provincia algunos creen que no está dicha la última palabra y que podría subir a Kicillof a la categoría presidencial. Todas especulaciones que esperan una definición de la vicepresidenta.
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