A tres días del fallo de Casación | Las conexiones de Cristina Kirchner con Lázaro Báez en la causa Vialidad
En esos contactos, que no siempre fueron directos, radica una de las claves de la sentencia que el tribunal dará a conocer el próximo 13 de noviembre; cesiones de terrenos, permutas, fideicomisos, y contratos para explotar comercialmente hoteles
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“También quiero señalar: Lázaro Báez no es mi amigo ni socio comercial”, sostuvo Cristina Kirchner al declarar en la Justicia a fines de octubre de 2016. Repitió algo similar tres años después, en el juicio oral y público de la causa Vialidad, aunque sin negar ya los lazos comerciales que la unían con el empresario patagónico. “No soy amiga de Lázaro Báez. Nunca fui amiga de Lázaro Báez. Nunca”, afirmó frente al Tribunal Oral Federal N°2.
En las pruebas que dan cuenta del vínculo entre ambos radica una de las claves de la revisión que la Cámara de Casación realiza sobre el fallo del TOF 2, que sentenció a Cristina Kirchner y a Báez a seis años de prisión por administración fraudulenta en perjuicio del Estado.
“Lo relevante aquí es determinar si existía una relación entre la primera mandataria y el empresario susceptible de anteponerse […] por sobre el interés público”, dice el fallo del tribunal.
Por fuera de los contactos indirectos y las alusiones que allegados y funcionarios hacen de ambas figuras (”el Negro” o “la Señora”, por caso), existen documentos que dan cuenta de numerosas conexiones comerciales entre ambos: cesiones de terrenos, préstamos, compra-venta de propiedades, constitución de fideicomisos y contratos de locación y explotación de sociedades a su nombre.
Aunque en ocasiones mediado por personas, sociedades o instrumentos legales, el vínculo comercial entre Báez y Cristina está probado por la Justicia, al menos, en la sentencia que moldearon los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso. “El volumen de la evidencia a ese respecto es realmente inmenso y lo cierto es que la existencia de aquellos negocios como tales no fue controvertida por ninguna de las defensas”, dice la sentencia de diciembre de 2022.
Cesiones de terrenos y fideicomiso
En junio de 2005 se registra el primer contacto entre ambos, aunque como en la mayoría de los casos, es indirecto. Se trata de la constitución de un fideicomiso para la construcción de 10 unidades funcionales. Finalizada la obra, la unidades se dividirían en partes iguales: cinco para Néstor Kirchner y cinco para Austral Construcciones SA. En esta operación, la expresidenta solo prestó asentimiento conyugal.
En septiembre de 2006, durante el mandato de Néstor Kirchner, Cristina le cedió a Austral Construcciones –la empresa insignia de Báez– los derechos de un lote de aproximadamente 6000 metros cuadrados en la ciudad de Río Gallegos. Los firmantes de aquel acto fueron Máximo Kirchner –que haría de representante legal de su madre en muchos de ellos– y Fernando Butti, contador del conglomerado empresarial que forjó Báez.
Con Máximo y Butti como representantes, en febrero de 2007 Cristina y Néstor Kirchner realizaron un contrato de permuta con la empresa de Báez. Austral le entregó a Cristina un inmueble de la ciudad de El Calafate y la expresidenta –en ese entonces senadora– se comprometió a entregarle el 50% de otro inmueble, ubicado en la misma ciudad. Se concretó, en julio del 2008, y la firma de Báez estuvo representada por su hijo Martín.
Un mes antes, el matrimonio y el empresario realizaron otras tres operaciones, aunque solo una involucró exclusivamente a la expresidenta: el 19 de junio le vendió a Austral Construcciones –esta vez representada directamente por Lázaro Báez– un lote de 220 metros en la ciudad en Río Gallegos por el monto de 317.000 pesos. Por el mismo monto, Néstor Kirchner le vendió otros dos inmuebles a la empresa.
Al día siguiente se registró otro movimiento inmobiliario: un boleto de compra venta entre Néstor Kirchner y Báez por la parcela, sin la participación directa de Cristina, aunque en su posterior formalización, en junio de 2009, la expresidenta figura junto a Néstor Kirchner como vendedora. Báez le entregó al matrimonio $1.331.400 en solo dos días de movimientos.
Lo mismo sucedió un mes después, con otras dos operaciones –venta y cesión de lotes– entre Néstor Kirchner y Martín Báez, en cuya operatoria Cristina Kirchner figura solo a través del asentimiento conyugal. La primera fue en marzo, por $381.600, y la segunda en agosto de 2008, cuando el expresidente, siempre a través de su hijo Máximo, acordó con Butti la venta de otro lote en la capital santacruceña por $349.800 que se concretaría en abril de 2009 con Martín Báez como apoderado de Austral Construcciones, operación de la cual Cristina Kirchner solo participó indirectamente, al igual que en otras oportunidades.
En diciembre de 2008, Néstor Kirchner concretó otra venta con Austral, pactada en agosto. Fue un lote que cambió por poco más de 1,2 millones de pesos. Máximo Kirchner representó a su padre y brindó el asentimiento conyugal por su madre.
Cristina sí participó de la venta que el matrimonio Kirchner le hizo a la empresa de Baez de una parcela en Río Gallegos en junio de 2009 por 380.000 pesos. Máximo fue el representante de ambos y por la empresa constructora puso la firma Martín Báez.
En agosto de 2008, por intermedio de Máximo, su padre le vendió a Epelco, otra de las empresas pertenecientes a Báez, una propiedad por más de 3 millones de pesos. Nuevamente, Cristina tuvo una participación indirecta en la venta.
Ninguno de estos movimientos fue negado por los abogados de la exvicepresidenta.
Hoteles, las sociedades familiares
Los contactos entre Cristina y las empresas constructoras de Báez se dieron también a través de las sociedades familiares de los Kirchner. En noviembre de 2008, la entonces presidenta le cedió a Los Sauces, empresa que fundó junto a Néstor y Máximo Kirchner, un terreno en Río Gallegos, valuado en 13.500 pesos, sobre el cual se encontraba construyendo un edificio de cuatro departamentos una de las firmas de Báez. En diciembre, el edificio fue entregado en locación a Kank y Costilla –otra firma del empresario–, y Los Sauces le facturó un total de 1.652.422 de pesos entre enero de 2009 y octubre de 2015.
La operación se repitió en noviembre de 2008, pero fue Néstor quien le cedió a Los Sauces este otro lote, donde también se encontraba construyendo una empresa de Báez. Austral Construcciones terminaría alquilando los departamentos.
A través de Los Sauces los Kirchner también le compraría a Austral Construcciones en junio de 2010 un terreno de 1250 metros por el valor de 97.000 dólares. Máximo y Martín Báez aportaron sus firmas para este nuevo intercambio.
Por fuera de las operaciones inmobiliarias, existen distintas transferencias, más cuantiosas, entre las empresas de las partes. Entre 2009 y 2016, Kank y Costilla, Loscalzo y Del Curto y Austral Construcciones –todas de Báez- realizaron numerosos pagos a la firma Los Sauces. “Carecemos de elementos para brindar mayores explicaciones en relación a ese flujo de dinero”, dice el fallo del TOF 2.
En el expediente existe un tercer cuerpo de contratos que vincula a Cristina con Báez. Son aquellos por cuales el empresario patagónico –fundamentalmente a través de la empresa Valle Mitre– se hace cargo de la locación de la hostería Las Dunas -de Néstor Kirchner-; del hotel Alto Calafate, perteneciente a la firma Hotesur SA; y La Aldea Chaltén, de la empresa Los Sauces. Son hoteles cuyas acciones, tras la muerte de Néstor Kirchner en octubre de 2010, quedaron en manos de Cristina y sus hijos.
En noviembre de 2008, Valle Mitre se hizo cargo durante un año de la locación y explotación comercial de Hotesur por un canon mensual de 120.000 dólares.
“El 17 de mayo de 2011 ambas firmas formalizaron nuevamente el acuerdo de locación por el hotel Alto Calafate por un plazo de doce meses y un valor de $408.000 mensuales. Nuevamente, la continuidad de los pagos indica que el acuerdo se prorrogó al menos tácitamente”, dice el fallo que revisa la Casación.
Entre 2008 y 2013, Valle Mitre le pagó a Hotesur un total de $2.859.7624, según un peritaje que cruzó la totalidad de las facturas emitidas por la firma hotelera, movimientos que representaron pérdidas para la empresa.
Algo similar ocurrió con la hostería las Dunas, adquirida por Néstor en 2008, y cuya explotación y locación fue concedida de manera retroactiva a Kank y Costilla SA al 1 de junio de aquel año por un total de 10.000 dólares mensuales. A partir de marzo de 2009, Néstor Kirchner comenzó a alquilarle directamente a Austral el hotel. Tras su fallecimiento, Máximo Kirchner se encargó de renovar el contrato.
“El 17 de mayo de 2011, en representación de su madre y su hermana prorrogó la locación con Valle Mitre SA por el término de un año contado retroactivamente desde el 1 de marzo de 2011 hasta el 28 de febrero de 2012″, se lee en la sentencia, cuya instrucción estuvo en manos de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques.
El último pago registrado fue en mayo de 2013, en coincidencia con la emisión del programa “La Ruta del dinero K”, del programa Periodismo Para Todos, que hizo público parte del entramado.
Por su parte, la sociedad Los Sauces firmó un contrato con Valle Mitre en mayo de 2009, con un canon que osciló entre los 10.000 y 15.000 dólares mensuales. “Los Sauces SA se hizo de US$150.000 en el término de un año, lo que da cuenta de la conveniencia del negocio celebrado con Báez a la luz del monto de la inversión realizada en la compra del hotel (US$200.000)”, dice el expediente.
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