A pesar de la renovada presión del kirchnerismo duro, el Gobierno descarta estatizar la hidrovía
El sábado, un grupo de leales a la vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a reclamar por “recuperar la soberanía” de esa vía navegable clave en el comercio exterior
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Al presidente Alberto Fernández no le sorprendió la proclama que, en defensa del “Paraná soberano”, firmaron anteayer medio centenar de referentes del kirchnerismo cercanos a Cristina Kirchner. El senador Jorge Taiana, uno de los referentes de la iniciativa de estatización de la hidrovía, esa extensa vía navegable por el que pasa el 80 por ciento del comercio exterior argentino, estuvo esta semana en Casa Rosada, por lo que la ofensiva contó con aviso previo.
“No nos sorprendió. Es lo que vienen diciendo hace rato. Por ahora no hay cambios”, afirmaron a LA NACION cerca del Presidente, y reiteraron que el Ministerio de Transporte que encabeza el massista Alexis Guerrera seguirá con el plan previsto, buscando “un mayor control del Estado”, sobre todo en el cobro de peaje a las embarcaciones que transitan por el paso marítimo Paraná-Paraguay, pero sin la estatización del dragado del río, que desde ese ministerio consideran “imposible” en el corto plazo.
“El próximo 30 de julio se abre la oportunidad de recuperar, para el Estado y para todos los argentinos y las argentinas, el imprescindible control y administración de la ruta fluvial más importante del país”, subrayó el Grupo 25 de Mayo, que además de Taiana integran la diputada Fernanda Vallejos, el titular de la CTA, Hugo Yasky; el diputado José Luis Gioja; el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Guillermo Moretti; el gremialista Juan Carlos Schmid; Juan Grabois, de la CTEP, y el exvicepresidente Amado Boudou, intelectuales y hombres y mujeres de la cultura.
“Lo ideal, a veces, es enemigo de lo bueno. Nadie discute el tema de fondo, pero hoy con la situación económica que tenemos no podemos improvisar”, comentaron a este diario desde el gabinete de Guerrera, quien ni bien asumió el cargo (luego del fallecimiento de Mario Meoni) dejó en claro que quitarle la concesión a la empresa belga Jan de Nul y estatizar la hidrovía no está “en los planes” de su ministerio.
Recordatorio
Más punzantes, otros referentes del massismo calificaron de “muy raro que ahora Taiana y otros dirigentes promuevan la estatización porque cuando les tocó firmaron los 10 años de prórroga a la privatización”, en relación a la decisión tomada por el entonces gobierno de Cristina Kirchner que alargó la concesión a Jan de Nul, cuyo primer contrato fue firmado en tiempos del menemismo en el poder.
Desde el Gobierno reiteraron que están a la firma dos decretos del Poder Ejecutivo. El primero de ellos establece el “control nacional” de “todas las vías navegables”, incluida la hidrovía, pero no solo ella. Y el segundo le da atribuciones a la Administración General de Puertos para convocar a una “licitación corta” para una concesión “de transición” –que puede ser la misma empresa belga– hasta estar en condiciones de tomar el control por parte del Estado.
“Se va a llamar a licitación pública internacional con nuevos parámetros, con la participación de todas las provincias que intervienen en la Hidrovía, con la participación también de todo el Consejo Consultivo, con la participación ciudadana de las organizaciones y sobre todo de las autoridades”, dijo el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, el miércoles a AM530. “Nunca corrió peligro la soberanía, menos ahora que habrá un control como nunca”, aguijonearon desde otra oficina clave.
La ofensiva por la hidrovía comenzó a principios de año con un pedido de informes del excanciller Taiana (cercano a la vicepresidenta) hacia el Ministerio de Transporte que encabezaba el fallecido Meoni, tomó estado público, y hasta el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, reclamó el “control absoluto” de los centenares de kilómetros de vía navegable, aunque días después comenzó a hablar de un “mayor control del Estado”, que se haría cargo del cobro de peajes de las embarcaciones, para luego darle un porcentaje al concesionario.
“No cambia nada. Ellos tienen su postura, pero seguimos adelante y no habrá conflictos”, afirmaron, con altas dosis de optimismo, desde el oficialismo.