A un año de la jura de Axel Kicillof en provincia de Buenos Aires: ¿El mejor gobierno o el regreso de los peores?
LA PLATA.– Axel Kicillof cumple un año en el gobierno de la provincia de Buenos Aires y los balances no parecen admitir tonos medios. "Es el mejor gobierno imaginable en el marco de la pandemia", aseguró a LA NACION el jefe de Gabinete, Carlos Bianco. "Prácticamente paralizó al gobierno", contrastó Maximiliano Abad, jefe del bloque de diputados provinciales de Juntos por el Cambio. Su compañero de bloque, Alex Campbell, cercano a María Eugenia Vidal, fue más allá: "Volvieron los peores".
Más allá de las sentencias políticas, lo cierto es que el coronavirus signó el primer ejercicio de Kicillof al frente del Poder Ejecutivo bonaerense: 21.000 muertos es el saldo de la pandemia, pese a que se multiplicaron por tres las camas de terapia intensiva en la provincia y se desplegaron nuevos hospitales.
En el marco de un proceso de recesión y caída del producto bruto hubo más de 400 intentos de tomas de tierras, una sublevación policial que llegó a las puertas de la Quinta de Olivos y paro de médicos enojados por el maltrato en pandemia. También disputas políticas y económicas con los intendentes propios y ajenos por deudas aún pendientes.
Queda otro desafío por resolver: un acuerdo general con los acreedores en moneda extranjera. La Provincia no logró cerrar aún un acuerdo por US$7148 millones de deuda. El plazo para negociar se extendió esta semana por décima vez, hasta el 4 de enero. Mientras, los acreedores analizar iniciar juicios en jurisdicción extranjera, ya que se dejó de pagar vencimientos de capital en mayo.
Por su parte, Kicillof planifica tomar deuda en 2021 por $65 mil millones, enfocado en organismos multilaterales de crédito, para afrontar el cierre de mercados.
El gobernador defiende su gestión y carga las culpas en la herencia recibida de María Eugenia Vidal: afirma que el peso total de la deuda heredada –por un total de US$10.900 millones– es insostenible. Propone comenzar a pagar en tres años, con quitas de más del 55 por ciento a los acreedores.
Reitera que este año hubo otras prioridades: asegura que ni un habitante de este territorio se quedó sin atención médica digna en pandemia y que se llegó con clases virtuales y cuadernillos para sostener la escolaridad de 5,2 millones de estudiantes en casi 15.000 escuelas. Pondera, además, que su gobierno reactivó 255 obras paralizadas o abandonadas durante la gestión de Vidal.
En medio están los intendentes y los sindicatos. El gobierno aún sostiene el apoyo de Roberto Baradel, titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) y referente del Frente de Unidad Docente. Un respaldo invaluable en una provincia donde aún no volvieron, mayormente, las clases presenciales. Sí hay encuentros de revinculación escolar y actos de graduación al aire libre.
Baradel hizo una evaluación positiva. "Recibió una provincia devastada en algunos sectores, como la infraestructura escolar, salud, ayuda social. Y con un gran endeudamiento. El endeudamiento más grande en dólares que tuvo la provincia. Aún así, el gobernador dio respuesta a la pandemia: invirtió en salud, reforzó los respiradores, los insumos, en educación, en programas de reparación de escuelas. Creó programas para docentes que se quedaban sin cargos. Triplicó la ayuda social en comedores escolares. Y priorizó una paritaria que impacta en todo el sector docente para no perder frente a la inflación".
Baradel agregó: "Kicillof defiende los intereses de los bonaerenses en el canje de la deuda, no el interés de los acreedores". Rescató, además, "el buen vínculo con el gobierno nacional para enfrentar la pandemia".
Pese a tener el aval de los sindicatos docentes, Kicillof enfrenta durísimas críticas de la Asociación de Profesionales de la Salud de Buenos Aires (Cicop), que ya hicieron paro en medio de la pandemia. También subsiste el malestar de los policías que se sublevaron: tampoco quedaron conformes y buscan sindicalizarse.
"Teniendo en cuenta la pandemia, nos preocupa que no se haya resuelto la situación del personal de salud. Sí procuraron mejorar insumos y dotación de camas. En particular, las camas críticas. Pero no se avanzó coherentemente con el tema personal. Los salarios son muy bajos y las condiciones son deficientes. Hay mucha distancia entre lo que se dijo que iba a ser prioridad y lo que finalmente pasó", evaluaron desde la Cicop.
Intendentes
Además de definir a su gobierno como "el mejor imaginable en el marco de la pandemia", el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, evaluó en diez puntos el vínculo de Kicillof con el presidente Alberto Fernández y los intendentes.
Coincidió el intendente oficialista Ariel Sujarchuck. "Fue un año muy difícil para el gobernador: en materia de gestión de salud se sacó un diez. Nuestra relación con él es cálida y fluida. Alberto es el presidente ideal para este momento donde cada paso requiere un especial equilibrio: equilibró lo mercados y ahora se están volviendo a abrir las industrias. Lo veo en mi distrito".
En tanto, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse (Juntos por el Cambio), opinó: "Es difícil evaluar a un gobierno que a 50 días de asumir lo encontró la pandemia. El acuerdo respecto de la utilización de fondos del gobierno nacional a la provincia y de la provincia a los 135 municipios se hizo con un sistema objetivo, no discriminatorio". Pero agregó: "Ahora estamos pidiendo que no se cobren las deudas a los municipios contraídas durante la pandemia".
Lo cierto es que a lo largo del año Kicillof mantuvo tensos intercambios con los alcaldes, en especial los de la oposición, que exigieron la condenación de giros anticipados por el Covid-19 y la cancelación de deudas por 500 millones de pesos.
Pero las críticas más fuertes provienen de los legisladores. Maximiliano Abad dijo: "El gobernador hace equilibrio entre la necesidad de acudir al Presidente cada vez que se vio en dificultades y su referencia política real [por Cristina Kirchner]. Lo mismo sucede con los intendentes. Ahora estamos debatiendo el presupuesto del año que viene y vemos discrecionalidad en la asignación de recursos para obra pública".
Alex Campbell, diputado bonaerense y exsecretario de Asuntos Municipales de Vidal, opinó: "El año 2020 va a quedar en la historia marcado por la pandemia que nos tocó atravesar. Lamentablemente, en nuestra provincia se sumó la indecisión de un gobierno que en doce meses no pudo o no quiso tomar las riendas de su gestión. Una provincia paralizada que fue gobernada más por los prejuicios de Axel Kicillof y su equipo que por él mismo".
"Se plantearon disyuntivas vaciadas de fundamento, como salud versus educación, negándose a comprender que se gobierna sumando, no dividiendo y restando. Esta misma dinámica se vio en todas las decisiones del gobernador. Basta tomar como ejemplo la relación con los intendentes y la burda discriminación con aquellos que no son de su mismo color político donde los fondos solo llegan a quienes se alinean con el pensamiento único del kirchnerismo extremo", completó.
Campbell aportó datos concretos: "Según el presupuesto 2021, en la primera sección electoral cada 100 pesos que reciba un municipio gobernado por el Frente de Todos, un intendente opositor recibirá 16 pesos. Volvieron los peores".
Buenos Aires fue la provincia más beneficiada en los giros de aportes del tesoro, por más de 126.000 millones de pesos. "Por el aumento de recursos dispuesto por Mauricio Macri, la ciudad recibió entre 2016 y 2019 unos 63.000 millones de pesos más que lo que hubiera percibido si se respetaba el coeficiente de coparticipación del 1,4%, más el costo de la transferencia de las funciones de seguridad (0,92%)", aseguró a LA NACIONTeresa García, ministra de Gobierno provincial.
"De acuerdo a las estimaciones, para lo que resta de 2020, el 1,18% extra para la provincia implicaría $12.000 millones y en 2021 alcanzaría los 449.962 millones", detalló la funcionaria. "Alberto no se lo quitó a CABA. Macri se los había dado por decreto sin discusión parlamentaria", aseguró la funcionaria.
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