8M: solo cuatro sindicatos cumplen con la ley de cupo femenino
La foto del sindicalismo se repite año tras año en el inconsciente colectivo: una mesa redonda inalterable de hombres corpulentos que toman decisiones dentro de un sector. Esa imagen se refleja en las estadísticas: la Ley de Cupo, que prevé una participación del 30 por ciento de las mujeres en la cúpula de las organizaciones sindicales, solo se registra en cuatro gremios.
De hecho, según el informe "Las mujeres en el mundo del trabajo", que elaboró el Ministerio de Trabajo de la Nación, las mujeres están a cargo del 18% de secretarías, subsecretarías o prosecretarías de los sindicatos, de las cuales, el 74% corresponden a áreas de igualdad, género o servicios sociales.
Entre de los 26 sindicatos que se registran en el informe oficial, solo cuatro cumplen con el 30% de secretarías y subsecretarías a cargo de mujeres. Se trata del gremio de la Alimentación, Bancarios, Entidades Deportivas (Utedyc) y Sanidad.
En contrapartida, el área de choferes de camiones, madereros, metalúrgicos y químicos no registran mujeres a cargo en puestos de jerarquía. "En las ramas de actividad con menores tasas de empleo femenino, no hay mujeres ocupando cargos en las comisiones directivas", detalla el informe del organismo que encabeza Jorge Triaca .
Cuando escaló el enfrentamiento con los gremios, el ministro había prometido activar una auditoría general y ejecutar sanciones a los gremios que incumplan con el cupo femenino. Sin embargo, las penas no se efectivizaron a pesar del avance de la revisión.
Si bien la Ley de Cupo Sindical Femenino intenta garantizar la participación de las mujeres en cargos electivos y comisiones negociadoras en un 30%, en la práctica ocurren situaciones dispares. Por ejemplo, en la Confederación General del Trabajo ( CGT ) solo dos mujeres encabezan secretarías del consejo directivo: Sandra Maiorana, que se encuentra en la de Salud y proviene de la Asociación de Médicos, y Noemí Ruiz, que integra la de Igualdad de Oportunidades y Género y proviene de la Asociación de Modelos Argentinas. Ruiz integró recientemente la comitiva de sindicalistas aliados que Triaca invitó a una gira de trabajo a Europa.
"A la mujer le cuesta mucho, a nivel sindical como a nivel social. El sindicalismo está acostumbrado a estar manejado por hombres y es difícil que se ceda a las mujeres. Esto es cultural, de siglos en el mundo. Se está revirtiendo de a poco, pero no llegamos al ideal", reconoció Maiorana.
Estela Díaz, de la secretaría de Igualdad de Género y Oportunidades de la CTA, dijo a LA NACION que "lo cierto es que estamos por debajo en las conducciones sindicales y mucho más por debajo en las mesas de negociación". Y agregó: "Es un ámbito muy masculino, que está en cierta relación con la discriminación del propio mundo del trabajo, que para las mujeres sigue siendo muy difícil la llamada ‘triple jornada’ - que incluye el trabajo, la familia y la militancia-".
"Ese imaginario, que nada tiene que ver hoy con el trabajo ni con la familia, sigue presente y la negociación colectiva también convive con esta idea, del poder viril de negociar. Hay algunos sindicatos que dicen orgullosos que hace cincuenta años que están a cargo de los gremios. Esa foto se construye, pero no es la militancia sindical", aseguró Díaz, de la CTA.
Otro ejemplo particular ocurre en el ámbito de los tripulantes de cabina, que cuenta con una participación femenina del 70%, pero sólo hay cuatro mujeres de las 11 personas que integran la comisión directiva del gremio. Natalia Fontana, secretaria de prensa del sindicato de Aeronavegantes, asumió que el sindicalismo está atravesando un momento de cuestionamiento a las estructuras verticales, que históricamente determinaron el funcionamiento de los gremios.
"Los sindicatos suelen ser hostiles en la participación. Lo que suele suceder es que las mujeres en esas estructuras cerradas suelen adaptarse para sobrevivir. Creo que la estructura es un ambiente muy machista porque en el mundo del trabajo, en la historia se relegaba a las mujeres a trabajos más informales, esto que se ve en la diferencia salarial", opinó Fontana, de Aeronavegantes.
En el mismo sentido, Silvia León, secretaria de Organización de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), reconoció que si bien existe un crecimiento en la participación femenina en los sindicatos, aún no se expresa en los cargos de conducción.
"La ley de cupo ha marcado un piso del 30% en los sindicatos y ámbitos paritarios, pero terminó convirtiéndose en un techo. Esto pasa por distintas cuestiones: son organizaciones estructuradas en base a pactos y conducciones entre hombres históricamente, hay también una valoración social por parte de los trabajadores que prioriza más la voz de los varones y después hay una cuestión de las otras jornadas de trabajo que limitan a la mujer a acceder a los cargos de conducción", analizó León.
Además, evaluó León: a medida que los gremios se acercan a la órbita nacional, la participación femenina disminuye. Y cree que difícilmente una mujer repita el lugar en un cargo o se perpetúe en un puesto de jerarquía.
"Hoy es muy difícil reformular los estatutos de los sindicatos en función de transformaciones que ayuden a renovar modelos sindicales porque cada estatuto tiene que pasar por el Ministerio de Trabajo. Eso forma de parte de un movimiento burocrático, pero desde las propias bases hay clamor por un cambio de modelo sindical que tenga como principios la democracia, para elegir la representación", consideró León, de ATE.
Estela Díaz, de la CTA, coincidió en que el sindicalismo está atravesando un cambio, ligado a la interrelación con las organizaciones sociales, que permite generar una articulación intersindical en muchas regiones, incluso las confederaciones han cambiado sus modelos históricos. "Ahora la CGT tiene un triunvirato, la CTA está dividida en dos. Todavía falta en las nuevas configuraciones más mujeres que accedan a las cúpulas mayores", cerró, con aires de deseo.
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