24 de marzo: las Fuerzas Armadas forman a sus oficiales con el plan de estudio que reformó Sabina Frederic

La incorporación de materias específicas de derechos humanos, derecho internacional público, derecho humanitario y nuevos escenarios de las relaciones internacionales, entre otras, marcan un giro en la formación de los militares, a 45 años del golpe de 1976, la última y más traumática interrupción de gobiernos constitucionales en la Argentina. Ese cambio es el resultado de la reforma introducida por el kirchnerismo en los planes de estudio de los institutos militares, diseñados y ejecutados por quien hoy es la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic.

Antropóloga, investigadora del Conicet y con fuertes choques con su par bonaerense y médico militar Sergio Berni, Frederic fue subsecretaria de Formación en el Ministerio de Defensa entre 2009 y 2011, durante la gestión de Nilda Garré, a quien luego acompañó como asesora en la cartera de Seguridad. Desde entonces se sigue aplicando el plan de estudios diseñado por el kirchnerismo en el Colegio Militar de la Nación, en la Escuela Naval Militar y en la Escuela de Aviación Militar, aunque los contenidos ya se venían renovando desde fines de la década del ochenta, tras la recuperación de la democracia.

Actualmente, unos 1200 cadetes se forman en el Colegio Militar, de El Palomar, donde egresan unos 150 subtenientes por año. En la Escuela Naval se gradúan cada año un promedio de 60 guardiamarinas, 35 profesionales y 12 Técnicos. Y la Fuerza Aérea prepara 301 cadetes en la Escuela de Aviación Militar, de los cuales egresan 65 por año.

Más allá de los cambios en los programas, que sumaron también materias como Derecho constitucional, Derecho administrativo, Sociología de las organizaciones y Derecho internacional de los conflictos armados, los militares egresan con título universitario, en sintonía con la nueva estructura de las instituciones que los forman, además del grado militar inicial correspondiente a cada fuerza. Todas ellas están integradas en la Universidad de la Defensa Nacional, creada en 2014, durante la primera gestión de Agustín Rossi como ministro de Defensa.

Así, los militares se forman desde 2012 con los planes diseñados por Frederic, que sistematizaron las reformas introducidas desde 2008 por la entonces ministra Garré, con asignaturas como Estado, sociedad y mercado, Historia argentina 1810/1990, Derecho militar, Código de Justicia Militar y Derecho aplicado a cada fuerza, entre otras. Se agregaron entre seis y ocho materias comunes a los tres institutos de oficiales de las Fuerzas Armadas, además de otras asignaturas específicas, como Táctica, Mando, Liderazgo y Cartografía, por ejemplo.

Eso no quiere decir que los graduados antes de 2012 tengan exclusivamente una formación profesional acotada, sin enfoques humanísticos. Desde mucho antes de Garré y Frederic, los contenidos de distintas materias fueron incorporando temas de derechos humanos y derecho internacional humanitario en las materias existentes. Además, reciben formación en esas áreas en los cursos que siguen en la Escuela Superior de Guerra de cada fuerza y en la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, donde realizan especializaciones, maestrías y diplomaturas para formarse en estrategia militar y planeamiento conjunto, y capacitarse en el ejercicio de la conducción militar y la participación en misiones de paz.

El origen de los cambios

En los primeros años de la recuperación de la democracia, en un contexto político complejo, el gobierno de Raúl Alfonsín, atendió la cuestión militar desde distintas perspectivas. Al tiempo que impulsó el Juicio a las Juntas Militares, que había anticipado en la campaña electoral, el presidente radical encaró una renovación del plantel de profesores del Colegio Militar y el resto de los institutos castrenses, para afianzar la concepción de la vigencia de la democracia, de común acuerdo con las conducciones de las fuerzas.

Se alentaban, por caso, viajes de intercambios de cadetes y jóvenes oficiales, para que conocieran de primera mano cómo era la formación militar en otros países del mundo.

A comienzos de los años 90, en la presidencia de Carlos Menem, se estableció el sistema universitario en el Colegio Militar de la Nación egresando con título de pregrado en Relaciones Internacionales o en Ingeniería. Y se permitió cursar licenciaturas en Matemática aplicada, Administración y Contador público. A partir de 2000 se habilitó la licenciatura en Conducción y gestión Operativa, además de la carrera de Enfermería para el personal que cumple ese servicio.

Así, los primeros cambios curriculares fueron ejecutados en la etapa menemista, en la década del 90, cuando las Fuerzas Armadas lograron que los establecimientos de formación militar fueran reconocidos como institutos universitarios. Alcanzaban de este modo reconocimiento académico y conservaban cierto grado de autonomía. Por el contrario, con las reformas de Garré y Frederic, estas instituciones pasaron a tener una mayor dependencia y un control más directo del Ministerio de Defensa.

El Colegio Militar, la Escuela Naval Militar y la Escuela de Aviación Militar no solo tienen ahora una mayor dependencia de las autoridades civiles, sino que debieron aplicar en los últimos años los cambios introducidos por tres mujeres: Cristina Kirchner, Nilda Garré y Sabina Frederic, una circunstancia muy poco probable décadas atrás.

La propia Frederic explicaba en esos años que se apuntaba a lograr “un perfil del militar en democracia como ciudadano, funcionario y profesional, junto con el principio de integrar la formación y capacitación militar al sistema de educación civil pública”.

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