24 de marzo: inédita autocrítica de la DAIA por “errores y desaciertos” durante la dictadura militar
El presidente, Jorge Knoblovits, dijo que cumplía una deuda que arrastraba la entidad y recordó especialmente a los judíos desaparecidos en esa “trágica página de la historia argentina”
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En vísperas de un nuevo aniversario del golpe de 1976, la comunidad judía presentó una fuerte autocrítica. “Durante los años de la dictadura militar nuestra entidad ha cometido errores y desaciertos que debemos reconocer”, afirmó el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, tras recordar de manera especial a “los judíos desaparecidos en esa trágica página de la historia argentina.”.
El escenario fue el Seminario Rabínico Latinoamericano, que lleva el nombre del rabino norteamericano Marshall T. Meyer, figura emblemática de la comunidad hebrea y uno de los principales referentes de la defensa de los derechos humanos en la Argentina.
Se trata de la primera vez que la institución representativa de la comunidad judía revisa su rol en los años de la dictadura militar y reconoce oficialmente “errores y desaciertos” en esos años difíciles.
“Todos somos sobrevivientes”, dijo Knoblovits, tras admitir expresamente que “la DAIA reconoce desaciertos durante la dictadura”.
La autocrítica fue el momento más saliente de un encuentro que reunió al jurista Ricardo Gil Lavedra, la doctora Mónica Pinto, exdecana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires; el juez Sergio Torres, miembro de la Corte Suprema de Justicia bonaerense; Hernán Najenson, referente de la Asociación de Abogados Judíos de la República Argentina, y el rabino Ariel Stofenmacher, anfitrión y rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, cuya sede se encuentra en el barrio de Belgrano.
“Vengo a cumplir una deuda que tiene la Comisión Directiva que conduzco desde 2018. No vine a condenar a las gestiones pasadas, pero reconozco que tuvimos desaciertos. Nunca hubo tanto ensañamiento hacia los judíos como en la dictadura”, dijo el titular de la DAIA en su mensaje.
“Callarse la boca nunca debe ser una opción. Tenemos que traer la memoria al presente para que en el futuro no vuelva a suceder” concluyó, a modo de enseñanza.
Knoblovits dio la palabra a un familiar de desaparecidos, Javier Bedne, quien contó la historia de su hermano Darío y, tras agradecer a la DAIA, transmitió su deseo de poder encontrar a su hermano “para que pueda descansar en paz”.
El papel de la Conadep
Al abrir el acto, Stofenmacher recordó unas palabras del rabino Meyer: “Dondequiera que un ser humano sufre de la privación de su libertad, todos los seres humanos se hallan amenazados”. Meyer integró la Conadep y su compromiso con los derechos humanos fue reconocido en 1984 por el presidente Raúl Alfonsín, con la entrega de la Orden del Libertador San Martín.
La doctora Pinto repasó el camino de las políticas de memoria, verdad y justicia en la Argentina y destacó el valioso papel de la Conadep.
Gil Lavedra sostuvo que la dictadura militar “fue la más cruel, sanguinaria y feroz de la historia argentina” y puso de relieve la realización del Juicio a las Juntas, que no tenía antecedentes.
“La Justicia es clave porque la democracia se basa en la ley. Los juicios aumentan la viabilidad de los sistemas democráticos y son indispensables para transmitir la memoria a través d las generaciones”, apuntó, en tanto, el juez Torres.
El doctor Najenson analizó las similitudes de la dictadura y el nazismo en el trato a sus víctimas y destacó que la DAIA propuso con este acto un sano ejercicio de introspección.
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