2021: Larreta confía en que evitará una interna con Bullrich y espera a Vidal
El jefe de gobierno porteño sostiene que Juntos por el Cambio debe competir con los candidatos que mejor midan; la lista de nombres que analiza el jefe de gobierno
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En la intimidad de Parque Patricios, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, desdramatiza las tensiones con la titular de Pro, Patricia Bullrich, por el armado de las listas en la Capital. En modo zen, el alcalde confía en que logrará evitar una interna con el ala dura del macrismo en el principal bastión opositor con una receta pragmática: los números de las encuestas ordenarán la discusión.
Rodríguez Larreta atraviesa uno de los momentos más tensos de su administración tras el desborde en el operativo de vacunación para adultos mayores y las complicaciones políticas que le generó su viaje familiar a Brasil. Mientras pide a los suyos enfocarse en la gestión, el alcalde evalúa el tablero electoral de este año, con la mira puesta en su armado presidencial para 2023.
Frente a la presión de Bullrich y del macrismo duro para acordar la estrategia en la Ciudad, Rodríguez Larreta pretende postergar las discusiones por las candidaturas. Está convencido de que Pro debe evitar “el desgaste” de una interna en plena escalada de la pelea con el kirchnerismo, que ya se trasladó al terreno judicial. Pese a los tironeos constantes con el ala dura, en la cúpula de la Ciudad no descartan que Bullrich tenga su lugar en las listas en el distrito. Pero aún no tienen claro qué pretende la exministra de Seguridad. “No veo una interna. Por ahora no nos dijo que quiere encabezar la lista”, remarca un alto funcionario porteño.
Más allá de las diferencias con Bullrich y el ala dura, en la administración porteña creen que deberán diseñar una lista “competitiva” en la Ciudad, con los candidatos que “midan mejor” en la previa de la contienda. En el larretismo subrayan que el objetivo es evitar que el kirchnerismo alcance la mayoría de votos en la Cámara baja. “Necesitamos candidatos competitivos en cada casillero”, repiten en la mesa chica del acalde.
Con esa premisa, Rodríguez Larreta no descarta utilizar su carta electoral más preciada en las legislativas: el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. Pese a que el funcionario se muestra reticente a la posibilidad de competir en los comicios, en la Ciudad remarcan que es el dirigente que “mejor mide” en las encuestas. Su eventual postulación, anticipan cerca de Larreta, dependerá de la evolución de la pandemia. Si hubiera una segunda ola que complicara aún más el cuadro sanitario en la antesala de las PASO, Quirós se mantendrá en su cargo. En cambio, si la situación estuviera controlada, el exdirector del Hospital Italiano, que cumple a rajatabla con el manual de estilo del larretismo moderado, podría subirse al ring.
En el bolillero de candidatos de Rodríguez Larreta para la Ciudad también aparecen la diputada nacional Graciela Ocaña (Juntos por el Cambio), referente de Confianza Pública y aliada del alcalde desde 2017, y la ministra de Educación, Soledad Acuña. Los aliados porteños tendrán su lugar.
Mientras algunos de sus laderos se inquietan por la hiperactividad de Bullrich, Larreta minimiza los matices con “los halcones”. Y, por más que aumente el nivel de confrontación con el Gobierno, el alcalde no cambiará su discurso “antigrieta”: “Está bien que haya un sector que le hable al núcleo duro. Pero ese no debe ser el tono general de Juntos por el Cambio”, analizan en la Ciudad.
Rodríguez Larreta tampoco se inquieta con la vuelta al ruedo de Mauricio Macri, quien levantará el perfil para presentar su libro Primer Tiempo. Percibe que el expresidente no tiene intenciones de ser candidato ni en 2021 ni en 2023.
El rompecabezas bonaerense
En paralelo, el alcalde mira con atención el armado de Juntos por el Cambio en Buenos Aires y aguarda una definición de María Eugenia Vidal, quien duda entre volver a competir en terruño bonaerense, regresar a la Ciudad o no postularse este año. Ella también piensa en 2023. El jefe de gobierno preferiría que Vidal jugara en la provincia y encabezara la lista de diputados de la coalición en el distrito. La postulación de Vidal, entienden en el entorno de Larreta, permitiría ordenar la interna y “alinear” la tropa bonaerense.
¿Y si Vidal no juega? En el Ejecutivo porteño ponen en duda que Elisa Carrió, que se ofrece a encabezar la nómina, termine siendo candidata en las legislativas. “No es clara”, dicen en el larretismo. En ese marco, Rodríguez Larreta sugiere a los suyos que no le parecería mal que Jorge Macri se probara el traje de candidato en ese distrito. Y, pese a las cada vez más frecuentes incursiones de Diego Santilli en la provincia, el alcalde preferiría no prescindir a su vice, quien tiene un rol clave en la Ciudad. Es vocero de la gestión y tiene a su cargo la cartera de Seguridad. “Sería una pérdida muy importante”, evalúan en Uspallata. Por sus números en las encuestas, Santilli también suena para la nómina porteña.
Una alianza con el peronismo
Rodríguez Larreta, que aspira a construir a nivel nacional “una alianza de gobierno”, explora acuerdos con peronistas para ampliar el espacio. Tiene diálogo con dirigentes como Florencio Randazzo y Juan Manuel Urtubey, pero en la Ciudad ponen paños fríos a un eventual acercamiento: “No sabemos qué quieren hacer”.
Ante sus interlocutores, Rodríguez Larreta destaca el surgimiento de Peronismo Republicano, el espacio que lanzaron Joaquín De la Torre y Miguel Ángel Pichetto en la provincia. También pondera el armado del sector de Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, a quienes quiere mantener bajo el paraguas de Juntos por el Cambio.
Mantiene además la sintonía con Martín Lousteau -se ven o almuerzan una vez por semana-, quien comienza a mostrar un perfil nacional. Esos movimientos no alarman por ahora al larretismo. En la jefatura de gobierno creen que el economista está muy “metido” en la interna del radicalismo.
A la hora de examinar el escenario electoral en Buenos Aires, el jefe de gobierno considera que la coalición deberá diseñar un mensaje orientado al futuro, sin necesidad de hacer un revisionismo sobre las desaventuras económicas de la etapa macrista. Si bien el conurbano es el principal bastión electoral de Cristina Kirchner, Larreta prevé una elección pareja. Está convencido de que la crisis y la falta de resultados de las políticas económicas de Fernández tendrán “un efecto decisivo” en el resultado de los comicios. “El asado no llegó”, chicanean en el entorno del jefe de gobierno.
En la Ciudad están convencidos de que la radicalización del discurso del Presidente beneficia a Larreta. Por eso, el alcalde decidió que no entrará en un intercambio de golpe por golpe con el Gobierno y que saldrá a marcar sus diferencias con la Casa Rosada en los temas “gruesos”, sobre todo, institucionales. Durante los últimos días faltó a un acto de Fernández para no cruzarse con el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y criticó con dureza la idea de crear una comisión bicameral para controlar a jueces y fiscales.
Al jefe de gobierno porteño, que prevé que el fallo de la Corte sobre la quita de fondos de coparticipación se va a dilatar, no le preocupan eventuales embates del Gobierno a la Ciudad. “No nos puede desestabilizar con nada”, aseguran en el larretismo.
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