17A. Aníbal Fernández dijo que la marcha fue "una enorme sesión psiquiátrica"
Siempre fiel a su tono provocador, Aníbal Fernández descalificó a quienes asistieron ayer a la manifestación del 17A, a la que consideró una "enorme sesión psiquiátrica". El exjefe de Gabinete y actual interventor en Yacimientos Carboníferos Río Turbio acusó a los asistentes de actuar con "absoluta falta de responsabilidad".
"No existe ni el Pro ni Juntos Por el Cambio; existen aquellos que no votan peronistas",dijo el funcionario en declaraciones a Radio Con Vos. Y le apuntó en especial a Patricia Bullrich, presidenta del Pro: "Hay dirigentes que se quedan adentro del auto y mandan a manifestar porque ni en pedo quieren contagiarse. Bullrich es una cabeza de frasco".
El banderazo del lunes constituyó la protesta más multitudinaria desde que gobierna Alberto Fernández, con concentraciones en cientos de ciudades y pueblos del país, y con epicentro en el Obelisco porteño. Las principales consignas fueron el rechazo de la reforma judicial y el hartazgo con la extensión de la cuarentena por el coronavirus.
Aníbal Fernández siguió la línea crítica que se impuso en el discurso del kirchnerismo desde antes del inicio de la marcha, consistente en acusar a la oposición de poner en peligro a la sociedad por los eventuales contagios que pudieran ocurrir en las calles. Y también le apuntó a Mauricio Macri, como presunto impulsor de las marchas.
"Si Macri habla de trabajo es poco serio porque no trabajó en su vida. Es un tipo de cero estatura moral, es ruin, vendedor de humo, deshonesto, y un mamarracho que no puede estar orgulloso de nada", lo descalificó.
Además, se mostró desafiante al hablar de la capacidad de movilización del peronismo: "Nosotros como fuerza política podemos hacer manifestaciones muchísimo más multitudinarias que la de ayer. No las hacemos porque queremos cuidar a nuestros viejos", dijo. Y le quitó relevancia a los reclamos ciudadanos: "Te hablan de la reforma de la justicia y no saben de qué hablan. Una consigna era que 'todos somos Vicentín’. Todos no somos Vicentin. Eran unos chorros que se quedaron con la guita pública".
Antes de Fernández, el primer funcionario que habló sobre la marcha fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Su postura consistió en pedirles "perdón" a los trabajadores de la salud "por no haber logrado evitar que la oposición buscara otra manera de protestar" que no pusiera "en riesgo" la salud de la población.
Horas más tarde, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, siguió en esa línea: "Fue un acto de irresponsabilidad política. Una marcha claramente convocada por los sectores más violentos desde lo discursivo de la oposición".
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