Yellowstone, el parque que no es puro humo
Esta gran área protegida de Estados Unidos, que demanda cuatro días para recorrerla, tiene más de cien géiseres que entran periódicamente en ebullición
La ansiedad de los turistas suele ser incontenible. El murmullo de los mayores y las preguntas de los más pequeños se multiplican a medida que se aproxima la hora señalada, esa que nunca falla, esa que siempre llega a tiempo. Alguien mira su reloj en forma repetida, sin ocultar la impaciencia, mientras las cámaras se preparan para el espectáculo tantas veces anunciado. Y entonces, la tierra tiembla y desde sus entrañas escupe un colosal chorro de agua hirviendo que borronea el paisaje con una bruma muy húmeda. Puntual e inevitable, el Viejo Fiel detona su leyenda entre gritos de euforia y asombro.
El Viejo Fiel es el más famoso de los cientos de géiseres que forman parte de la maravillosa geografía de Yellowstone. Creado en 1872 en una época en la que la preservación de los ámbitos naturales no era más que la utópica preocupación de algunos pocos, Yellowstone es no sólo el parque nacional más antiguo de los Estados Unidos sino también del mundo. Aquel lejano y ya casi legendario nacimiento lo ha convertido en un símbolo inequívoco de naturaleza, tanto para los estadounidenses como para el resto del planeta. “Resulta increíble que un parque nacional haya podido crearse hace casi un siglo y medio, especialmente sabiendo que aún hoy existen lugares en los que se pone en tela de juicio la idea de la preservación del medio ambiente. Convertir en pleno siglo XIX a Yellowstone en un lugar de naturaleza protegida fue algo revolucionario. Y por eso todo lo que tiene que ver en la actualidad con el cuidado de los ecosistemas bien puede ser considerado como su legado”, señala el investigador y conservacionista estadounidense Michael Wood.
La principal atracción de Yellowstone son sus géiseres, que se pueden encontrar por cientos a lo largo de los más de nueve mil kilómetros de superficie que tiene el parque. En todos los rincones, tanto en lo alto de las colinas como en las orillas de los ríos, es posible ver cortinas de vapor cálido elevándose de forma fantasmagórica y chorros de agua vomitados con fuerza desde la tierra misma. Como una inmensa caldera en estado de permanente hibernación, Yellowstone posee algo más de 300 cuencas geotermales que permanecen dormidas durante horas o días hasta despertar y hacer erupción, a veces de manera imprevista y otras en intervalos regulares. Un espectáculo único en el mundo para los dos millones y medio de turistas que el parque recibe anualmente. En su área protegida es posible hallar más géiseres activos que en el resto del planeta junto.
De ese enorme imperio de géiseres, ninguno resulta tan atractivo como el Viejo Fiel. Situado en la llamada Zona de la Cuenca del Géiser Superior, en la parte sudoeste del parque, su nombre hace referencia a la increíble regularidad de sus erupciones, que se producen cada ochenta minutos y convocan diariamente a varios miles de curiosos que se amontonan en las pasarelas cercanas para maravillarse con el puntual espectáculo. “Esta es la cuarta vez que vengo a Yellowstone y nunca me he perdido el show del Viejo Fiel. Es una tradición, casi como un ritual que nadie que venga al parque debe perderse, porque es algo que no se puede ver en ningún otro lado que no sea aquí”, cuenta Alex, un ingeniero de Denver que debe conducir más de 800 kilómetros con su auto desde su ciudad hasta el parque, ubicado en el noroeste del estado de Wyoming. “Siempre he venido en auto a Yellowstone. Las primeras veces con amigos y ahora con la familia. Y siempre ha valido la pena”, agrega Alex.
Nieves densas
Conocer Yellowstone en su totalidad resulta imposible dada la inaccesibilidad a los puntos más remotos del parque. De cualquier manera, perderse por las decenas de senderos y rutas que lo atraviesan posibilita acceder a la mayoría de sus atracciones. Existen cinco ingresos al parque por carretera, dos de ellos en el Norte, uno en el Este, otro al Oeste y el restante por el Sur.
Sin embargo, debe considerarse que sólo el camino de la zona de Cook City que ingresa por el Norte está abierto todo el año, mientras que gran parte de los restantes se cierran de noviembre a abril, en la época invernal en la que el parque se cubre de colosales mantos de nieve que pueden llegar a los tres metros de espesor en las zonas más bajas y alcanzar los diez metros en la zona de las altas cumbres, especialmente en las laderas del Eagle, el pico más elevado de Yellowstone cuya cima alcanza los 3462 metros de altura. Durante ese período del año, las temperaturas nocturnas suelen descender más allá de los veinte grados bajo cero.
Por su enorme superficie y las largas distancias que cubren sus caminos internos, contar con un vehículo resulta imprescindible en el Parque Nacional Yellowstone. De todas formas, incluso sobre ruedas, se necesitan cuando menos cuatro o cinco días para conocer tan sólo lo esencial. La oferta de atractivos es enorme, por lo que es aconsejable ir a alguno de los Centros de Visitantes del parque y planificar allí la visita, ajustando rumbos a los consejos de los guardas forestales y muy especialmente a los horarios estimados de las diferentes erupciones de los géiseres.
“En el parque contamos con mapas muy detallados de cada una de las zonas principales y también ponemos a disposición de los turistas un periódico que brinda información sobre el estado de los caminos, lo que es muy importante en los meses en los que comienza a nevar”, informa el guardaparques Robert Thomas. Rubio y de mirada muy serena, es parte de la enorme legión de tres mil personas que trabajan en el parque para la atención de los visitantes. “Podemos parecer muchos, pero Yellowstone es un lugar extremadamente grande que exige un servicio especial para la gente que llega a conocerlo”, completa Robert.
Tierra de bisontes
Pese a no contar con la fama y la regularidad del Viejo Fiel, el Steamboat Geyser es otra de las grandes atracciones de Yellowstone. Ubicado en la zona de mayor concentración geotermal del parque, este géiser es considerado el mayor del mundo por la descomunal altura que alcanzan sus chorros de agua hirviendo que en ciertas ocasiones han superado los 90 metros de alto. “La mayoría de las erupciones que tiene el Steamboat son menores, con chorros de cuatro o cinco metros de altura, pero en lo que va de este siglo ha tenido ya no menos de diez erupciones de las gigantescas. Y cada una de esas erupciones puede llegar a durar hasta cuarenta minutos, cubriendo el lugar de una capa de vapor de agua muy densa que casi no deja ver el paisaje por un día entero. Presenciar una de estas grandes erupciones es un espectáculo fenomenal”, cuenta Robert Thomas.
Más allá de sus géiseres, la geografía de Yellowstone se caracteriza también por sus numerosos manantiales de aguas termales que corren sobre zonas de roca caliza y posibilitan la formación en la superficie de esculturas naturales de tonos muy diversos. De estas particulares formaciones calcáreas, sin dudas la más asombrosa es la Mammoth Hot Springs, cuyas aguas calientes tienen temperaturas superiores a los 70 grados y caen sobre las rocas como una cascada, labrando a su paso largas terrazas de colores blancos, rojizos y amarillentos. No lejos de la zona en la que se desparraman la mayoría de estos manantiales se encuentra el maravilloso Gran Cañón del río Yellowstone, considerado por muchos como el sitio de mayor espectacularidad de toda el área protegida de Yellowstone. Cavado por las aguas en la misma roca volcánica, este cañón es el sitio preferido para los miles de fotógrafos que llegan hasta allí para dar testimonio de un mundo casi onírico en el que las praderas, los valles, los lagos y los pantanos encierran siluetas lejanas de bisontes.
Justamente los bisontes son el símbolo viviente de Yellowstone. En peligro de extinción en los comienzos del siglo XX cuando su población superaba apenas los cincuenta ejemplares en todo los Estados Unidos, el bisonte puede verse hoy en las llanuras y praderas del parque, en especial aquellas que tienen acceso directo a los valles fluviales. Se estima que en la actualidad hay casi cinco mil bisontes en el área protegida, un número que está en continuo crecimiento pero que es aún muy lejano al de las poblaciones de la especie en el siglo XVIII. “Antes de que comenzara su caza indiscriminada, había alrededor de treinta millones de bisontes en Estados Unidos y Canadá. No creo que alguna vez se pueda recuperar esa población, pero la preservación de su hábitat y la prohibición de su caza han posibilitado encaminar definitivamente la recuperación”, señala el guardaparques. Junto a otras especies de fauna protegida como lobos y osos, el bisonte es el resultado palpable de aquella revolucionaria decisión que permitió la creación del parque en 1872, en aquellos tiempos en los que hablar de conservación era casi un sinsentido. “Nada de lo que ocurrió después podría haber sido sin ese primer paso que fue Yellowstone”, concluye el investigador y conservacionista Michael Wood. La historia de este último siglo y medio le da la razón.
Datos útiles
Cómo llegar. El Parque Nacional Yellowstone está en el estado de Wyoming, casi en la frontera con los estados de Idaho y Montana. Las ciudades más cercanas a la zona de Yellowstone son Jackson y Cody, ambas en Wyoming y a las que se puede acceder por vía aérea. Desde ellas, se necesita de un transporte terrestre para llegar al parque. Para recorrerlo es recomendable contar con un vehículo, ya que las distancias a cubrir son enormes. Para esos fines, existen dentro del área protegida rutas de doble vuelta, que forman un ocho y permiten conectarse con los diferentes puntos de atracción con suma facilidad.
Cuándo ir. El Parque Nacional Yellowstone está abierto todo el año, aunque la mayoría de sus rutas internas están cerradas en la época invernal. La entrada tiene un valor de 25 dólares para cada vehículo motorizado y permite una estadía de siete días. Aquellos que ingresan a pie o en bicicleta deben pagar 12 dólares. No es necesario reservar con anticipación el boleto de ingreso.
Dónde dormir. En carpa. Existen doce áreas para acampar con todos los servicios imaginables. La admisión depende de su capacidad y la hora de llegada, lo que obliga a buscar lugar lo más temprano posible. De todas maneras, algunos de estos campings admiten reservas, que deben hacerse a través de la gente de Xanterra Parks &Resorts, operadora del parque en el rubro de alojamientos. Además, quienes quieran acampar en zonas más remotas pueden pedir la autorización correspondiente en los Centros de Visitante.Hoteles. Un grupo de concesionarios administra nueve hoteles dentro del área protegida, con un total de 2238 habitaciones disponibles. La mejor y más buscada es el Old Faithful Inn, una reliquia histórica construida en 1904 y cuyas habitaciones conservan aún los atractivos propios de las edificaciones de hace cien años. Está ubicado a muy pocos metros del famoso géiser Viejo Fiel y alojarse allí, en una habitación doble, cuesta 209 dólares, aunque pueden conseguirse cuartos individuales con baño exterior por 96 dólares. Reservas, www.yellowstonenationalparklodges.com
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