Salsas picantes, servilletas, y cubiertos debieron abrirle paso este martes al repelente de mosquitos en las mesas del negocio de tacos más concurrido del turístico barrio de Wynwood, en Miami
Un comensal hace una pausa y deja su burrito esperándolo en la mesa para salir a la terraza a rociarse el químico en los brazos y las piernas. Lo hace para evitar el virus del Zika, cuya transmisión local de momento solo se ha detectado en esa zona de Miami, situada al norte del centro financiero de la ciudad y atractiva por sus murales, bares, galerías de arte y restaurantes.
Las autoridades sanitarias estadounidenses emitieron una alerta "sin precedentes"el lunes para que las mujeres embarazadas no acudan al lugar, en el que se han detectado 15 casos en los últimos cinco días. La advertencia va para las embarazadas porque se ha confirmado que el zika causa severos defectos de nacimiento, incluida la microcefalia, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Los funcionarios de los CDC dijeron que no recuerdan que en los 70 años de historia de esa institución se haya prevenido a los ciudadanos para que no visiten algún lugar de Estados Unidos.
A pesar de que fue declarada como una emergencia sanitaria global a principios de este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos visitantes y residentes de Wynwood no lucen muy preocupados. Varios turistas procedentes de países de Latinoamérica, donde se registraron miles de casos de zika este año, le dijeron a BBC Mundo que la situación es mucho peor en sus lugares de origen.
"En Venezuela el zika es como el dengue y se contagia bastante. Lo que hacemos es ponernos repelente", dice Lisbeth Alcalá, residente en Estados Unidos que pasea por Wynwood con sus parientes venezolanos que vinieron de vacaciones.
Lo mismo opina la guatemalteca de 19 años Gigi Vascónez, quien lleva un rato fotografiándose frente a los murales artísticos del barrio y planea quedarse un par horas más por la zona. Vascónez, plenamente consciente de la advertencia sobre la presencia del zika en Wynwood, prefiere no alterar sus vacaciones.
Y un matrimonio de mexicanos no tiene problema en hacer el recorrido con su pequeño hijo en brazos. "En México hay muchos casos de zika. Ya sabemos de qué va", dicen. Sin embargo, hay visitantes que no están tan habituados a escuchar del mosquito Aedes Aegypti.
Como Cedric y su familia, quienes vinieron desde Francia para pasar parte del verano en Miami. "¿Esa es la enfermedad de Río de Janeiro?", pregunta Cedric sorprendido. Al decirle que en el área se han detectado 15 casos del virus, responde: "Si antes no estábamos asustados, ahora sí".Eso dicen, pero su reacción, lejos de la alarma, es pedir recomendaciones de galerías para visitar.
"No nos vamos a parar"
El ambiente es de normalidad si no fuera por los tres camiones de televisión aparcados en la principal arteria del barrio, uno en cada esquina. La mayoría de los comercios están abiertos. Galerías de arte, tiendas de ropa de diseñadores emergentes, restaurantes y un sitio llamado "Wynwood Walls", en donde se concentra la mayoría de los característicos murales urbanos del lugar.
"No nos vamos a parar, aunque sí estamos siendo cuidadosos", dice Jeffrey Romero, quien trabaja en el taller mecánico que su familia fundó en 1985, cuando no existían sino almacenes en el área y esta no era llamativa para el turismo.
Romero vio hace unos tres días a fumigadores en las zonas aledañas a su taller. Aunque dice tener miedo de contraer el virus, su camiseta no tiene mangas y no se puso repelente. Y eso que trabaja al aire libre reparando automóviles.
Uno de los dueños de la taquería Coyo Taco, Sven Vogtland, ha decidido tomar medidas para que su negocio no se vea afectado por el reciente brote. Dispuso varios repelentes de mosquitos en las mesas donde se sientan los clientes. "Es preocupante que el gobierno haya recomendado que la gente no visite Wynwood", le dice a BBC Mundo. Vogtland cree que todavía es pronto para medir si el número de clientes que visitan su taquería ha disminuido por causa de la alerta. Le toca esperar para ver si las cosas cambian el fin de semana, cuando unas 2.000 personas frecuentan el restaurante regularmente.
Equipo en acción
Un equipo de emergencia del CDC llegó al vecindario luego de que el gobernador de Florida, Rick Scott, lo solicitara el lunes. Se han encargado de informar a la comunidad sobre cómo prevenir la infección y detectaron 10 de los 15 casos reportados hasta ahora luego de ir de puerta en puerta realizando pruebas diagnósticas.
Ayer martes solo caminaban visitantes por la zona y no apareció ningún empleado del CDC en la avenida más turística del barrio. Sí llegó un camión de drenaje de alcantarillas, otra de las medidas para erradicar la propagación del mosquito, que se desarrolla en aguas estancadas. Hoy se espera la fumigación aérea de la zona por recomendación del CDC.
La autoridad sanitaria teme que los esfuerzos realizados hasta ahora no hayan sido efectivos y la situación en la zona pueda empeorar. En principio, la fumigación aérea no requiere de los vecinos ninguna medida especial.
Y allí estará en su taller mecánico Jeffrey Romero, confiado en que la situación no pasará a mayores. "He visto cómo crece este barrio y cómo se ha convertido en un sitio muy cool de Miami. La gente no va a dejar de venir".
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