Viajeterapia: para poner tu mente en modo avión
Porque, a veces, hay que subirse a un avión para lograr una buena conexión interior
La realidad es que un viaje no es una fórmula mágica: no te va a transformar si no hay algo en vos que se transforme primero o que esté dispuesto a hacerlo. Para que un viaje sane, antes tenés que empezar a sanarte por dentro. Un nuevo destino puede convertirse en el escenario más amable para esa transformación interna: lo importante es que tomes ese lugar como un aliado en tu proceso de cambio y no como una vía de escape.
Viví el viaje como un proceso
Quizá te separaste de tu pareja de toda la vida, no estás feliz con tu trabajo o estás atravesando un duelo y necesitás frenar, ponerte en modo avión (¡literal!) y conectarte con vos misma. Para empezar ese viaje interior, lo primero que tenés que hacer es definir qué de lo que te está angustiando depende de vos y tomarlo como un desafío para empezar a pulirlo y vivirlo como un proceso. Cuando encarás un viaje como una herramienta más dentro de ese proceso, automáticamente experimentás un cambio de actitud. Ese clic en tu cabeza es el que va a ayudarte a dar el volantazo necesario hacia tu mejor versión. De esta manera, el viaje se transforma en un proceso de (re)descubrimiento personal, sin prejuicios ni expectativas ajenas ni las miradas que cargabas antes de despegar.
Creá tu propia pista de aterrizaje
Un viaje siempre es terapéutico: la terapia tradicional es un proceso de búsqueda personal, en un espacio neutral y libre de prejuicios, que te ayuda a descubrirte y a mejorar tu vida. Y los viajes te hacen salir a descubrir (¡y descubrirte!) en un escenario nuevo, ¡tu propia pista de aterrizaje!
La clave está en no buscar ese bienestar solamente afuera porque corrés el riesgo de volver a tu vida diaria y encontrarte de nuevo con el malestar o esa sensación de que “todo sigue igual”. Tenés que aprovechar el envión de ese nuevo despegue y estar dispuesta a cambiar, si no, ¡nada cambia!
Animate a ser la piloto de tu vida
Un viaje no va a hacer que los problemas desaparezcan. Pero sí te va a ayudar a atravesar esa crisis, a enfrentarla y no escaparte, a tener otra perspectiva de las cosas, a verlas de lejos y entenderlas de otra manera.
Cuando salís de viaje, te alejás de las miradas de afuera y comenzás a darte cuenta de que no tenés que satisfacer exigencias ajenas, sino que las que realmente importan son las propias. Así, paso a paso y sin forzarlo, comienza el verdadero viaje con vos misma. Ya sea con un pie en el avión, durante la aventura o cuando volvés a tu casa, empezás a sanarte y a descubrir el verdadero sentido de tu viaje.
Los mejores aliados para tu viaje interior (¡mientras viajás!)
- Escribí un diario de viaje. Comprate el cuaderno que más te guste y tenelo a mano para usar cada vez que estés inspirada o quieras tomar apuntes de algo que llame tu atención o anotar nuevas ideas que surjan durante el camino. Escribir te va a ayudar a ordenar tus pensamientos y a destrabar inseguridades. A la vuelta, te va a servir para reconectarte con las sensaciones de ese viaje.
- Armá una playlist. ¡La música es sanadora! Armate una playlist con esas canciones que más te representan, que te inspiran o te ponen de buen humor. Cuando necesites una dosis de motivación, enchufate los auriculares y conectate con esa vibra. Vas a tener un subidón de energía instantáneo y te vas a conectar con tu proceso interior de una manera menos dramática.
- Desconectá el GPS y perdete por un rato. Dicen que es necesario perderse para encontrarse. A veces, aflojar con lo megaplaneado te ayuda a romper con los esquemas mentales, a descubrir nuevos caminos y llegar a destinos aun mejores de los que imaginabas. Por un día, olvidate del mapa y salí a explorar la ciudad sin planes.
- Compartí tu experiencia. Instagram y WhatsApp ¡no cuentan! Probá compartir las experiencias del viaje con otras personas de manera más real e intensa: abrí un blog, escribí un mail a tu grupo de personas favoritas o mandate cartas a vos misma. Cualquier espacio sirve para apropiarte de la energía viajera.
- Agradecé. Antes de irte a dormir o apenas te levantes, repasá en tu cabeza 5 cosas del día por las que estés agradecida. Aprendé a reconocer los pequeños milagros que te rodean.
Literatura viajera
Por Aniko Villalba *
“En el camino de vuelta a Coquimbo, (...) pensé en que hay lugares donde lo que importa es situarse de manera física y mental en esa latitud, permitir que el tiempo real y el interno se alineen y vivir el presente. Y mientras el colectivo avanzaba por la tierra y los pueblos se achicaban en la ventana, fui consciente de que estaba en un momento único, viajando por un camino que nunca más volvería a transitar, y me dije: ‘Estás acá, sos acá’, y tomé ese momento de presente absoluto como una de las claves de la viajo-terapia”.
* El síndrome de París es el segundo libro de viajes de Aniko Villalba, escritora, fotógrafa y autora del blog Viajando por Ahí.
BENEFICIOS
- Tenés mejor calidad de vida. El cambio de escenario es un gran aliado para dejar hábitos malos y animarte a un nuevo estilo de vida.
- Te conectás con tu mejor versión. Vivís cada experiencia como una enseñanza, que te vuelve más alegre y te despierta valentía.
- Valorás más lo que sos y lo que tenés.
- Comenzás a disfrutar y experimentar las cosas de cada día como si fuera la primera vez.
- Mirás los problemas con otra perspectiva.
- Tus problemas dejan de ser problemas y ya nada es tan grave como pensabas.
¿Cómo fue para vos?
Lupe Casais. 30 años, Coordinadora de experiencias
“Sin planes previos ni ahorros, decidí irme sola a vivir un tiempo a París. El viaje me brindó herramientas, y la principal fue la capacidad de adaptación. Con la mente liberada y recargada de energías, volví a Buenos Aires y decidí cambiar mi rumbo profesional”.
Milagro Pereyra Iraola. 28 años, Psicóloga
“Me fui a Kenia para encontrarme con lo más lindo y lo más aterrador que tiene el viajar: mi ‘yo’ sola. Me encontré con mi ‘yo’ más valiente y aventurera. Eso me ayudó a reconciliarme con mi pasado y aceptar con amor el día a día y lo que vendrá”.
Josefina Bazterrica. 27 años, Licenciada en Comunicación
“Después de vivir un año en Dinamarca, me encontré con nuevos cuestionamientos, desafíos y mucha incertidumbre. De vuelta en Buenos Aires, comencé a procesar las experiencias de ese viaje y a trabajar las etapas inconclusas de mi búsqueda personal”.
Expertas consultadas: Licenciada Gabriela Müller. Psicóloga y exploradora constante. ma.gabriela.muller@gmail.com . Licenciada Iara Trujillo. Master coach & psicóloga. Cofundadora de Estación ID, que acompaña los procesos de cambios personales. info@estacionid.com / www.estacionid.com. Aniko Villalba: escritora, fotógrafa y bloguera. Da talleres de escritura, creatividad y documentación.
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