Torta galesa con 150 velitas en Chubut
Es un momento especial para recorrer esta provincia, mientras se conmemora un siglo y medio del desembarco de colonos galeses, que dio origen a poblaciones como Trelew, Gaiman y Trevelin,histórico. En Trevelin, a pocos kilómetros de Esquel, un completo museo resguarda la memoria de hechos y protagonistas de la migración galesa
A pocos minutos del centro de Puerto Madryn se encuentra Punta Cuevas, un cabo esculpido por las excavaciones naturales que produce la marea. Su vecindad con el Monumento al Indio Tehuelche contagia un aliento de postal a los viajeros en marcha hacia los confines donde retozan las ballenas. Sólo unos pocos, los últimos penitentes del tabaco o tortolitos en trance de descubrir el sur, paran a hacer la foto que se perderá en el fárrago de otras miles y que imprimen, fuera de foco, el lugar donde 150 años atrás se produjo el desembarco del velero Mimosa.
El 28 de julio de 1865, aquella embarcación puso fin a una travesía de dos meses a lomo de mar sobre los ocho mil kilómetros que separaban la ribera criolla de una Liverpool todavía inscripta en la era geológica anterior a los Beatles.
La historia del mundo es el cuaderno de bitácora de los migrantes que huyen de la miseria y las persecuciones. Los 153 tripulantes que bajaron a la costa argentina también rubricaron esa fórmula. El grupo, compuesto por hombres, mujeres y niños provenientes de distintos condados, huía de las hambrunas producidas por el cierre de las minas de carbón en las islas, llegó a estos parajes en busca de refugio y con lo puesto estableció la primera colonia en la Patagonia. Una nueva Gales al otro lado del océano.
Los cincuenta años que sucedieron a la migración de los europeos terminaron de poner los cimientos de las ciudades de Puerto Madryn, Rawson, Gaiman, Trelew y Dolavon, en el valle del Chubut, y Trevelin en el Valle Hermoso en los Andes. Algunos descendientes atravesaron las tranqueras de Esquel, Comodoro Rivadavia, en Colonia Sarmiento, y hay evidencia de mudanzas de muebles por todo el país.
En homenaje a la epopeya, la provincia de Chubut se pone sus mejores vestiduras y tira la casa por la ventana. Diferentes organizaciones, incluso desde la propia Gales, programaron una serie de eventos hasta el final del calendario, para evocar y poner al día una tradición que se prolonga hasta hoy a través de su lengua y el ritual del té.
Manteca al techo
Desde el siglo pasado, la celebración de la Fiesta del Desembarco entronizó como ritual integrador de la población local, entre importados y locales. Los festejos, originalmente reservados a las capillas, incluían juegos y entretenimientos, y la religiosa tradición de la infusión de las 5.
En esta oportunidad, el acto principal del sesquicentenario tendrá lugar mañana, desde las 17, en Puerto Madryn, con la anunciada presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el primer ministro de Gales, Carwyn Jones, y el gobernador de la provincia, Martín Buzzi. Ese día sobrevendrá la performance Corazón pionero, que relata aquel primer encuentro entre la cultura galesa y la de los pueblos originarios, un acercamiento que se menta como uno de los pocos casos de colonización pacífica en la historia del continente.
Fiel a la tradición, el 28 tendrá lugar en Puerto Madryn la Fiesta del Desembarco con todos los sacramentos. Las pompas oficiales saludarán una recreación histórica del arribo de los colonos, además de diversas veladas de gala en Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, Trelew, Trevelin, Gaiman y Esquel. Es decir, aquellas ciudades donde la comunidad galesa extendió su influencia, que hoy llega al 10% de una población de 550.000 personas en la provincia.
Durante la semana de la efemérides también tendrán lugar los llamados Cymanfa Ganu -culto de canto- en asociaciones de la comunidad que comparten un nutrido cronograma de actividades para la celebración del 28 de julio, bautizada en galés como Gwyl y Glaniad, con servicios de té previstos en las capillas del valle.
La Fiesta del Desembarco tendrá su versión en Esquel el 1º de agosto, otra muestra de un tropel de actos culturales y concursos de poesía. En tanto, el 30 y 31 de octubre, el Coro Nacional de Jóvenes de Gales se presentará en la capilla Bethel de Gaiman, como parte de su gira por el continente.
Fuera de la agenda del aniversario, jalonada por intercambios académicos, conciertos y representaciones teatrales, los destinos que recibieron inmigración galesa componen una oferta heterogénea que reluce toda la temporada.
La visita del siglo
Gaiman selló su suerte la tarde en que Diana Spencer, más conocida como Lady Di, traspasó la puerta de Ty Te Caerdydd, una visita que, para sus habitantes, cobró con el tiempo estatuto de Día D. Aquel 25 de noviembre de 1995, la princesa de Gales se apersonó en la casa de té luego de realizar un avistamiento de ballenas en Puerto Madryn y puso, fuera de protocolo, la piedra fundamental de uno de los mayores atractivos del pueblo más galés de la provincia. Si la ceremonia del té ya era una tradición puertas adentro, Lady Di le concedió el placet de circuito turístico por excelencia, junto a Ty Nain, Ty Gwyn, Plas y Coed-Tea Room y Gaiman, las otras cinco casas que completan la oferta. Cada una en su estilo, son responsables de tunear su propia versión de la receta de plato de la inmigración -la torta galesa- que en Gales, en rigor, no se conoce.
Su paso es recordado como una procesión de leyenda. Primero la recibió el coro del pueblo y una vez allí, la princesa tomó el té, acompañado por variedad de tortas, scones, sándwiches y tartas exclusivas. Cada año, miles de viajeros se acercan al poblado para emular a la madre del príncipe Guillermo y probar las delicias caseras de la finca de estilo mediterráneo.
En uno de los salones, para estar a la altura del mito, destella una vitrina con la vajilla que utilizó aquella jornada. Cientos de turistas, además, aprovechan el 31 de agosto, aniversario de su trágico fallecimiento en un accidente en el túnel del Alma, en París, para acercarse a este reducto patagónico y rendirle tributo sin que medie ninguna convocatoria.
Tierra y libertad
En Gaiman y Trevelin, los galeses encontraron la tierra prometida que ambicionaban sus primeros pasos. El valle del río Chubut, a pie de la Cordillera, daba el piné para que los pioneros se reinventaran una existencia en la que no tuvieran que temer por la pérdida de su cultura e identidad. Si buscaban una réplica de su mundo con chances de autogobierno, la dinámica social favoreció la asimilación. Sus poblados devinieron grandes ciudades, como Trelew, Rawson y Puerto Madryn. Allí se dedicaron a la agricultura, sustento de su desarrollo ulterior.
Los balidos de las ovejas de la Patagonia empezaron a hacerse oír cuando la guerra civil norteamericana interrumpió la producción del algodón, principal materia prima para los telares victorianos. Gran Bretaña empezó a reclamar lana y la Patagonia empezó a proporcionársela a través de los primeros ovejeros galeses en el sur.
Así y todo, su necesidad de consuelo era infinita y lo atestigua la sucesión de capillas protestantes del siglo XIX: Seion, Bry Crwn, Salem, Bethseda, Bethlehem, Nazareth Glan Alaw y el templo Bethel. Bellas y austeras construcciones de arquitectura inglesa para atemperar la morriña. Hoy ofician de espacio de reunión para la comunidad.
El Camino de los Galeses, inaugurado en 2013, congrega a sitios históricos como el Museo Histórico Regional Galés, el Antiguo Correo, la Biblioteca Ricardo Berwyn, el Museo Antropológico y la Casa de Piedra, la primera de la ciudad, que data de 1874 y que también funciona como museo.
El festival tradicional Eisteddfod de la Juventud, en septiembre (Gaiman), y el de Chubut, en noviembre (Trelew), linkean con la patria de origen. En galés, su nombre significa permanecer sentado y es la contraseña que deben respetar los participantes de los concursos de canto, poesía y danza. El encuentro está inspirado en una festividad galesa del siglo XII, en la que los competidores disputaban un lugar en la mesa del príncipe que organizaba el certamen, garantía de bienestar a futuro. El primero se celebró en Rawson el año del desembarco.
Aquella atmósfera que sucedió a la odisea de ultramar impregna de un tono lisérgico el film Separado!, el viaje mental que encaró Gruff Rhys, el líder de los galeses Super Furry Animals, banda de pop independiente y buque insignia de la escena salida del país del dragón rojo. El cantante va en busca de la saga familiar a través de las huellas de un tío celta de poncho y termo, en un western de vocación crepuscular.
En el film conversa y canta su música imposible en radios y ateneos comunitarios ante la mirada, entre tierna y desconcertada, de los miembros de la colectividad. La pulsión del músico por la búsqueda de las raíces galesas lo llevó nuevamente a perseguir el paso de los ancestros por las carreteras de Estados Unidos en su reciente película American Interior.
Hay otra vida más allá de los arrebatos líricos. Cerca de Gaiman, en el paraje Bryn Gwyn, se encarama el Primer Parque Paleontológico de Sudamérica, un museo a cielo abierto que alberga los restos fósiles en los estratos correspondientes que habitaron durante 40 millones de años, una de esas sorpresas de lustre que la Patagonia convida a sus expedicionarios.
Y encima las ballenas
El viajero tentado por la llamada del tea party tiene ante sí un vendaval de atractivos para saciar el apetito de tres vacaciones. Una vez que se consuman las brasas de las celebraciones del desembarco, un mundo por delante lo espera para brindarle emociones aun sin domesticar.
Hacia la ribera oriental, la oferta de la costa refulge en avistamientos de ballenas, buceo y visitas a la gran colonia de pingüinos de Punta Tombo y Punta Norte.
Los cetáceos honran el paisaje de la Península Valdés con su contubernio de vida familiar a cuerpo de rey en otra película que dura hasta diciembre. Hay patrimonios de la humanidad para todos los gustos. Áreas naturales protegidas, snorkel con lobos marinos.
El mar abre el juego frente al muelle del puerto de Rawson, capital de la provincia y primera ciudad que fundaron los galeses. De allí parten las lanchas hacia Playa Unión, donde decenas de toninas overas deslumbran con sus destrezas de circo.
Hacia Punta Norte, límite septentrional de la península, la estancia San Lorenzo invita a compartir vida y obra de la colonia de pingüinos de Magallanes, frente al golfo San Matías. En esta provincia, los galeses dan fe de ello, todo es así.
Datos útiles
Cómo llegar. Andes Líneas Aéreas tiene vuelos directos a Puerto Madryn desde Buenos Aires. Desde 2253 pesos (+ tasas e impuestos). www.andesonline.com
Dónde alojarse. Hotel boutique Territorio. En Punta Cuevas, sitio histórico de la ciudad de Madryn. Espacios naturales con servicio de excelencia. Habitación en base doble desde 210 dólares. www.hotelterritorio.com.ar
Más información de los festejos, www.patagonia150.org, www.galesesenpatagonia.com.ar
www.chubut.gov.ar
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