Tiene 22 años y creó un ecosistema gastronómico con 1 millón de seguidores
A partir de un blog de comida, este joven centennial creó una comunidad gastronómica e ideó varios negocios relacionados al tema.
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Con 22 años, Tomás Calvagna creó Club del Bajón, una guía gastronómica con una comunidad de más de 900 mil seguidores en Instagram, que primero dio lugar a una agencia de marketing y luego, con la explosión del COVID-19, se convirtió en un emprendimiento de productos de pastelería. No solo supo relanzar su marca, sino ayudar a los locales gastronómicos a volcarse hacia lo digital. Para este año proyectan unidades de negocios paralelas (como Darks Kitchens y franquicias) y lanzar su propia app móvil.
¿Cómo lo hizo?
Mientras estudiaba Marketing, Tomás se reunió con uno de los dueños de Restorando (ahora The Fork) para proponerle una idea. Pero de allí salió algo mejor: un consejo que daría inicio a su éxito. “Me recomendó que empezara con algo fácil y que no requiriera mucha inversión inicial”, recuerda. “Salía a comer todo el tiempo y decidí mezclar mis dos pasiones: las redes sociales y los restaurantes. Se me ocurrió un blog de comida, justo en el boom de las hamburgueserías y cervecerías”. Así surgió Club del Bajón, como una guía gastronómica que evolucionó hasta transformarse en lo que es hoy: una empresa con distintos modelos de negocio.
Al principio, subía fotos de sus recorridas y hacía recomendaciones como si le hablara a un amigo. Como buen millenial supo captar a su audiencia. A la par, salieron las “líneas bajoneras”, productos co-creados con los comercios. Esto le dio un diferencial importante respecto a otras páginas. Armó equipo, sumó descuentos y promociones y hoy la marca es un traccionador de clientes a los locales gastronómicos.
Un evento de promoción en un bar de Palermo los llevó a lanzar la agencia de marketing digital. “Fueron como 600 personas y hubo fila todo el día. Después nos contactaron varios lugares para hacer lo mismo. Nos dimos cuenta de que les costaba mucho vender online mediante las redes”, explica. El boca en boca hizo el resto.
Cuando comenzó la cuarentena, el negocio estalló. Para los gastronómicos la única fuente de ingresos era el delivery. “Empezaron a darle mucha más bola a las redes, pero no sabían cómo utilizarlas y la única forma de vender que tenían eran por las aplicaciones, con comisiones muy altas”, señala Tomás. Desde la agencia les enseñaron cómo hacer un buen uso de ellas y a vender con un delivery propio.
Escuchar al consumidor
Además, lanzaron “Club de Bajón Dulce” con productos de pastelería. “Sabemos cuáles son los gustos de nuestros seguidores, porque ellos mismos nos escriben, así que empezamos a hacer productos especialmente para ellos”, asegura. La venta de chocolates, tortas y boxes explotó y ya están trabajando con un plan para franquiciar la marca.
“Para nosotros es fundamental estar en contacto todo el tiempo, porque son el público que nos sigue y que nos banca”, explica Tomás. Club del Bajón es más que una marca, es una comunidad. “La misma gente elige seguirnos, se siente identificada con nosotros, con el tipo de comida que mostramos, por la forma de comunicarnos, por la forma de expresarnos. No lo veo como algo propio de lo que soy dueño, sino como una comunidad que la hacemos entre todos”, afirma.
Los consejos de Tomás
- “Rodearse de buena gente es fundamental, armar un buen equipo. Eso va a llevar un proceso, conocer la gente adecuada, pero es fundamental para el crecimiento”.
- “La imagen que vos mostrás en tus redes es tu currículum. Buscá siempre la mejor. En el caso de gastronomía, buscar tentar a la gente, que les den ganas de consumir eso. Es tratar de pensar como pensaría tu cliente”.
- “Sumá millenials a tu equipo. Saber cuáles son las tendencias de hoy es clave. Por ejemplo, si sale un tema nuevo de moda, poder utilizarlo en las redes sociales. Eso te mantiene fresco, activo y que tu marca no pase de moda”.
- “Para delegar, la mejor manera es enseñar. Tomarse el tiempo de explicar cada cosa para que el otro lo pueda hacer de la mejor forma. Es fundamental escuchar a cada miembro del equipo, enseñarles y tomarse ese tiempo para que ellos puedan trabajar más tranquilos”.
En números
- Inversión inicial: $60.000 en gastos de publicidad
- 930.000 seguidores en Instagram
- + de 1.500 huevos de pascuas fue la primera venta de @clubdelbajondulce
- Los precios arrancan en $600 y hacen envíos a CABA y GBA
- 30 personas trabajan en el equipo
- Asesoran a + de 30 clientes en marketing gastronómico
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