The French Dispatch: 10 curiosidades sobre la última película de Wes Anderson que llega a Star+
Pintorescos pueblitos franceses, una revista neoyorquina y pantuflas, son algunos de los secretos de este éxito
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Las películas de Wes Anderson se distinguen a la distancia. Su estilo visual tan particular, sus personajes arquetípicos y sus historias tragicómicas crean un universo propio, un poco diferente al mundo que nos rodea, pero conectado a través de emociones y sensaciones fácilmente reconocibles para el público.
The French Dispatch no es la excepción y ahora llega al catálogo de Star+. Aprovechamos este estreno para compartirte algunas curiosidades de esta película que vas a amar.
1. Un relato en cuatro actos
Según Wes, uno de los elementos claves que originó la película fueron sus ganas de explorar un formato con diferentes historias breves que se conectan. De esta manera, nos pasea por una colección de ‘artículos periodísticos’ especialmente seleccionados para el último número de The French Dispatch of the Liberty, Kansas Evening Sun, los que cobran vida gracias a un gran elenco y esa puesta en escena espectacular tan característica.
- The Cycling Reporter: Herbsaint Sazerac (Owen Wilson) recorre las callecitas de Ennui-sur-Blasé en bicicleta, los lugares más sórdidos y también los más pintorescos, comparando pasado y presente.
- The Concrete Masterpiece: J.K.L. Berensen (Tilda Swinton) relata la apasionante historia de Moses Rosenthaler (Benicio del Toro) -criminal peligroso y artista dotado-, su musa y guardiacárcel Simone (Léa Seydoux) y la obra maestra que todos desean.
- Revisions to a Manifesto: Lucinda Krementz (Frances McDormand) debe cubrir las protestas estudiantiles que paralizan la ciudad, y su trabajo la lleva a intimar con el ‘revolucionario’ Zeffirelli (Timothée Chalamet).
- The Private Dining Room of the Police Commissioner: Roebuck Wright (Jeffrey Wright) recuerda esta intrincada crónica policial plagada de secuestros, extorciones y la alta cocina del chef Nescaffier.
2. Una carta de amor al periodismo
Anderson buscaba una excusa para homenajear a The New Yorker y a los periodistas que inundaron sus páginas con diferentes relatos, una publicación de referencia desde sus días en la escuela secundaria. Arthur Howitzer Jr. (Bill Murray), editor de The French Dispatch, está inspirado en dos figuras de la revista neoyorquina, Harold Ross (cofundador) y William Shawn, su sucesor; así como varios personajes se construyeron en base a cronistas destacados como Joseph Mitchell, S.N. Behrman, James Baldwin, A.J. Liebling, Mavis Gallant y Jill Krementz.
“En esta película, la relación con la palabra escrita ocurre en muchos niveles diferentes. Está lo que ves en la pantalla, están los subtítulos, está la textura de la revista y está la importancia de la relación con los redactores y con una forma de escribir que la gente siente que se está perdiendo. El héroe de cada historia es un escritor” - Wes Anderson
3. ¿Por qué Francia?
El tercer pilar de la película se apoya en el amor de Anderson por Francia, su cine y la cultura francesa en general. Un festejo, hasta ahora postergado, para el director radicado en el país europeo desde hace varios años. Por eso, la nostalgia de vivir lejos de casa y el desarraigo también son reflexiones recurrentes a lo largo del film. Claro que esta es la Francia vista a través de los ojos y la mente de Wes: “Podemos decir que es Francia, pero es una Francia poética, con muchos detalles y referencias que a veces no son ciertos, pero parecen ciertos. ¿Es la verdadera Francia? No, pero de alguna manera, es francesa”, comenta Alexandre Desplat, compositor habitual del cineasta.
4. Aburrimiento-sobre-apatía
La historia está ambientada en la ficticia ciudad de “Ennui-sur-Blasé”, palabras de la lengua inglesa que comparten significado, algo así como “Aburrimiento-sobre- apatía”. El diseñador de producción Adam Stockhausen recurrió a Google Maps para encontrar la locación perfecta de rodaje, en este caso, Angoulême (en la región sudoeste de Nueva Aquitania), que tenía la antigüedad y arquitectura adecuadas: “Queríamos que se sintiera como París o Lyon, pero no como son hoy, más como una especie de recuerdo de París, el París de Jacques Tati”.
5. La ciudad es el escenario
“Convertimos la ciudad en un set, usando tanto espacios interiores como exteriores que a veces reparábamos o construíamos”, cuenta el productor Jeremy Dawson. Así, Angoulême se transformó en estudio y locación, donde los actores iban y venían, además de convivir en el día a día. Hay unos 130 sets diferentes, todo un récord para una película de Wes. Cada uno tiene su estilo propio y la única manera de acomodarse al presupuesto era mantener la cercanía y reutilizar los elementos siempre que fuera posible.
6. La capital de las historietas
El cine francés no es la única influencia, las novelas gráficas también tuvieron algo que ver. Clásicos como Las Aventuras de Tintín o Blake y Mortimer se utilizaron como referencia para crear las escenas animadas en The Private Dining Room of the Police Commissioner. Angoulême es la capital de los libros de historietas y este amor se puede ver por toda la ciudad representado en estatuas y murales. La secuencia fue realizada íntegramente por ilustradores locales, unas 15 personas que trabajaron a lo largo de siete meses.
7. Arte de verdad
Rosenthaler tarda una eternidad en crear la obra pictórica que termina adornando las paredes de la prisión. En la realidad, los frescos fueron realizados por el artista Sandro Kopp, pareja actual de Swinton. Al igual que su alter ego de ficción, para Kopp fue todo un desafío, pero también uno de sus encargos más gratificantes: “Llegué a Angoulême sabiendo que tenía dos meses y medio para crear diez cuadros inmensos que debían verse como si un genio hubiera pasado tres años trabajando en ellos”. Para Anderson valió la pena el esfuerzo, aunque nadie comprenda muy bien su abstracto significado .
8. Que nadie se mueva
Las poses de Simone, modelo y musa del artista encarcelado, tampoco son azarosas. La producción tuvo ayuda de Philippe Decoufflé, un reconocido coreógrafo francés que guió a la actriz para crear sus estrafalarios posturas. Pero Seydoux no fue la única que tuvo que jugar a las ‘estatuas’ durante el rodaje. Para las secuencias de ‘naturaleza muerta’, Anderson les pidió a sus intérpretes que se quedaran congelados en el lugar en vez de recurrir a herramientas digitales. “Es genial ver a los actores volver a su infancia y ponerse a jugar a ‘Simón dice’. Hay algo liberador en eso. Y sentí que sumaba algo diferente a la película”, asegura Benicio del Toro, protagonista de uno de los momentos más divertidos del rodaje… y la película.
9. Todos quieren sus pantuflas
Wes y su equipo le sacaron todo el provecho a la locación y sus habitantes, muchos de los cuales actuaron como extras durante la filmación. Los artesanos del lugar también crearon las piezas de cerámica realizadas por los reos, pero la estrella improbable de la utilería es una especialidad local. ¿Algún manjar culinario? No, pantuflas de fieltro. “Una de las cosas por las que es famosa esta ciudad es la elaboración de Charentaises, que son las clásicas pantuflas francesas que usa todo abuelo”, cuenta Dawson. Se pueden ver en las escenas de la prisión, pero también resultaron ser el mejor suvenir para el elenco.
10. Muchas caras conocidas
Anderson es conocido por repetir mucho a sus actores. Esta es su novena colaboración con Murray, la octava con Wilson y séptima con Jason Schwartzman, también coescritor del guion. Otros reincidentes: Anjelica Houston, Willem Dafoe, Adrien Brody, Swinton, Edward Norton, McDormand, Mathieu Amalric, Saoirse Ronan y Seydoux. Todos quieren trabajar con Wes, aunque sean unos segundos en pantalla.
“Creo que es difícil hacer atractivo el proceso creativo, hacerlo cobrar vida, pero eso es lo que Wes logra hacer en esta película” - Owen Wilson
A partir de mañana, 9 de febrero, The French Dispatch va a estar disponible en Star+
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