Sufrió violencia de género y transformó su experiencia en una novela gráfica para ayudar a personas que pasaron por lo mismo que ella: “Fingía que todo estaba bien y que ese pasado no me había afectado”
Convirtiéndose en una de las artistas más reconocidas de la novela gráfica argentina, su historia es un camino de resiliencia y autosanación
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A veces pasa que un artista patea el tablero y pone sobre la mesa temas que son incómodos. Ese es el caso de Julia Inés Mamone (ella/él/elle) —mejor conocida como Jules— dibujante que con un estilo muy personal comparte su experiencia como persona no binaria. Crudas y sin algodones que las suavicen, sus historietas tratan sobre las relaciones sexuales, la identidad de género, la soledad, la violencia y los vínculos disfuncionales.
Ganadora del Premio PROA “Todos los tiempos el tiempo” (2020), Jules se transformó en una de las nuevas voces de la novela gráfica argentina. Desde los seis a los 12 años vivió en un pueblo del partido de Zárate, en donde no tenían televisión por cable ni Internet pero sí una biblioteca muy grande. Recuerda que en esa época le gustaba mucho leer, especialmente Luna roja (historieta que venía en la revista Genios).
Dejar el secundario atrás y empezar su carrera
Después del secundario, Jules empezó a estudiar sociología, aunque no perdió de vista su amor por el dibujo. Se anotó en varios talleres de arte con el objetivo de ilustrar libros, paso que la llevó a descubrir el mundo de las historietas. De la mano de Salvador Sanz y Enrique Alcatena aprendió los gajes del oficio y las técnicas necesarias para explotar este lenguaje. También tuvo otros profesores que en lugar de alentarla a crear algo nuevo la empujaban a repetir fórmulas gastadas. El mundo de la historieta es masculino y suele tener una visión muy estandarizada: “Cuando te enseñan anatomía te enseñan cómo deberían ser las corporalidades feminizadas y cómo deberían ser retratadas. El problema es que eso no es real, hice el ejercicio de mirar a las personas que me rodeaban y notar que la mayoría no se ajustaba a ese modelo que me habían enseñado”, nos contó Jules. Esa disconformidad hizo que se alejara de lo que le habían enseñado y buscara un estilo propio ¿El resultado Los cuerpos que Jules pinta no están idealizados y a primera vista no se distingue si son —o se identifican— como hombres o mujeres.
Sus primeros pasos como artista
De a poco se animó a subir algunas de sus obras a internet bajo el alias de “Femimutancia”, seudónimo que le propuso un amigo para resguardarse de posibles haters. Este miedo no solo no se cumplió sino que la reacción de los usuarios fue muy positiva. Ese envión la llevó a publicar Les niñes, un fanzine inspirado en la violencia de género que sufrieron las mujeres de su familia: “Durante mucho tiempo tuve que no contarlo. Fingía que todo estaba bien y que ese pasado no me había afectado. Fue una necesidad decir ‘Che, me pasó esto’ y creo que también sentía que dentro de las historietas y fanzines que consumía no se representaba esa temática.” Del otro lado de la pantalla varios se vieron reflejados en esa historia. Nos comenta, “fue muy loco la cantidad de personas que lo leyeron y me escribieron diciendo que a ellas o a alguien cercano les había pasado lo mismo.” Ese fue un momento de cambio para Jules, sintió que sus historietas tenían que hablar sobre lo que había atravesado para que aquellos que pasaron por lo mismo no se sientan tan solos.
En 2018 Jules estaba redescubriendo su identidad de género y su primera novela gráfica, Alienígena, nació como un acompañamiento de ese proceso. Lo que empezó como un proyecto personal se convirtió en una publicación autogestionada. “Fue un libro que necesitaba hacer para mí. Una vez que lo terminé dije ‘Puse mucho trabajo ahí voy a animarme a hacer una tirada corta’”. En ese momento estaba trabajando en animación y había ahorrado lo suficiente como para poder hacerlo.” recuerda Jules. Al poco tiempo de publicado, el libro agotó todos los ejemplares; hecho que no pasó desapercibido por el mundo literario. Hotel de las ideas —una de las editoriales gráficas más importantes del país— compró los derechos y sumó a Femimutancia a su catálogo de autores.
Su presente
A Alienígena le siguieron Piedra Bruja (2019), Banzai (2021) y la recientemente publicada La madriguera (2022). En sus novelas, se tocan temas con los que todos podemos identificarnos como los vínculos familiares complicados, el sentirnos solos aún rodeados de gente, las relaciones amorosas, el sexo y el querer escapar a otra realidad menos compleja ¿En dónde encuentra la inspiración para crear sus historias? En sus propias experiencias, ese es el punto de partida pero después estas se transforman en una ficción que toca fibras sensibles. Los personajes de sus novelas están enojados, tristes o frustrados por el mundo que los rodea pero, en el libro también hay espacio para el amor y la ternura. “Es por la manera en la que me tocó habitar el mundo —explica Jules— tratar de encontrar belleza en lugares que son oscuros”
Hace menos de un mes que salió su último libro y ya está preparando el próximo que va a tratar sobre la maternidad como deseo, el aborto y los duelos. “Siento que quiero hacer 50 mil libros, todavía tengo muchos otros traumas” dice entre risas. En cuánto a qué efecto le gustaría generar en sus lectores nos responde “Cuando hago una historieta, como siempre toco temas personales, me transformo. Me gustaría que las personas que lo lean también se transformen, que puedan encontrar un refugio, aunque sea por un ratito.”
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