Soñar despiertos. Una práctica útil para fomentar la creatividad
¿Viste que muchas veces se te ocurren ideas mientras estás en la ducha? Hay personas que tienen un anotador en la mesa de luz porque se les prende la lamparita justo cuando están por quedarse dormidas. Es algo parecido a cuando estabas estudiando en tu casa y recién entendías un concepto cuando te ponías a preparar el mate o te ibas hasta el chino en una escapada oxigenada. No es casualidad, resulta que en esos momentos de "desenchufe", algo especial sucede en el cerebro. Cada vez que te dispersás con pensamientos ajenos a lo que estás haciendo, se enciende una onda eléctrica que te permite combinar conceptos de una forma nueva.
Ese "soñar despierto", en neurociencia, se llama mind wandering y tiene que ver con un estado mental en el que el cerebro baila entre ideas inconsistentes, sin prestar atención a lo que sucede alrededor. Si bien se suele asociar a una pérdida de tiempo, tu cerebro está ejerciendo una actividad que es coherente y organizada, más allá del contenido de los pensamientos tal como los ves, porque las mismas redes neuronales que se emplean para realizar una tarea se activan cuando no las estás utilizando también.
PROCESO CREATIVO
Mucho tiene que ver el mind wandering con la posibilidad de crear cosas nuevas o de encarar un proceso creativo de manera exitosa. El estado "errante" de la mente te permite abrir varias categorías a la vez y asociar temas distintos. Hay cuatro etapas por las que la mente humana transita cuando piensa una idea:
- 1. Te focalizás en el afuera: si tenés un restaurante y querés crear una nueva receta de cocina, vas a buscar inspiración. Mirás las nuevas tendencias en gastronomía, qué les gusta a los clientes a los que apuntás, cuáles son las materias primas disponibles y qué platos están de moda.
- 2. Momento mind wandering: después del "research" llega la etapa en la que te desenfocás de tu idea y seguís con tus cosas. Las ideas del punto anterior pasan a tu inconsciente, y empieza un loop en el que estás con tus tareas y de repente se te cruza por la cabeza una forma de hacer la receta nueva; seguís en tus tareas y se te vuelve a cruzar una idea, hasta que volvés al exterior.
- 3. Momento ajá: es cuando por fin llega la tan esperada idea para desarrollar la receta. La solución que estabas buscando aparece en tu vida y sentís que descubriste lo que necesitabas.
- 4. Hora de seleccionar: ves si tomás la idea o la dejás y seguís pensando.
ACTIVÁ EL MIND WANDERING
En general, la cultura empresarial actual está diseñada para que estemos en el afuera. La manera en que pensamos nuestras actividades y diseñamos nuestras tareas del día a día hace que no queden espacios para que las ideas corran solas y se prendan estas otras ondas eléctricas. Carecemos de tiempo para estar en "flow", de hecho, está mal visto sentarse a mirar por la ventana en la oficina y colgarse tomando un café. Sin embargo, puede que en ese momento estés incubando una idea que aporte mucho más valor a la empresa que si te quedaras frente a la computadora todo el día.
Por eso, si sos emprendedora o podés manejar tu agenda, activá el modo mind wandering:
- Bloqueate espacios de dos horas seguidas afuera de la oficina (para estar sola).
- Luego de un brainstorming (sesión de generación de ideas) grupal, dejá espacios para que las personas se vayan a sus casas con sus cuadernos, piensen y mediten las ideas en soledad. Si no hay momento para el adentro, no dejás que otra onda eléctrica se prenda.
Usalo a tu favor
Si querés aprovechar al máximo este talento que tiene tu cerebro, buscá espacios donde puedas desenfocarte, colgarte, procesar y prender las redes de la imaginación. Algunas ideas:
- Manejá hasta un lugar conocido, por un camino que te sepas de memoria.
- Caminá por el mismo lugar por el que vas todos los días al trabajo.
- Ordená algún rincón de tu casa.
- Escapate a tomar un café durante el finde.
- Si trabajás en equipo, salí a almorzar sola un día de la semana.
- Practicá la observación en algún espacio verde.
- Salí a correr o a caminar.
- Aprovechá el tiempo "muerto" como un viaje en colectivo o la espera en el banco.
- Bloqueate cierto tiempo en tu agenda, sin fijarle una tarea específica.
Estas actividades suelen ser "restauradoras", es decir que te renuevan a tal punto que hacen que sigas en equilibrio. Te devuelven la energía y, además, hacen mind wandering con las ideas.
Tu cerebro solo gasta un 5% más de energía cuando hacés una tarea específica, en comparación con no hacer nada.
Dale un Cierre
Eso sí, tenés que estar atenta al tipo de pensamientos que dejás fluir y saber frenarlos a tiempo. Si la "rumiación" se vuelve muy negativa, podés terminar en un estado de ansiedad o depresión. En cambio, si sos buena filtrando lo que entra a tu cabeza y los contenidos que consumís, la mente errante puede llevarte a puertos increíbles.
Que la mente la pase bien
Por Fabiana Renault, experta en innovación y profesora en la Universidad Siglo 21.
Toda tendencia tiene su contratendencia. A la era del estrés le llegó el movimiento slow, a la hiperconectividad le llegó el "no tenemos wifi, charlen entre ustedes", y al vivir el presente le llegó la "mente errante". La neurociencia descubrió que hay zonas del cerebro que funcionan a todo motor cuando –aparentemente– no estamos haciendo nada. Pero no creamos que el proceso es sencillo: para que el fenómeno de la mente errante ocurra, tenemos que poder hacer algo que es maravilloso pero que nos cuesta bastante: permitirnos divagar, ir sin rumbo, soltar los objetivos y los pendientes.
La semana pasada tuve una reunión de trabajo cerca del Museo de Arte Decorativo. Cuando salí, en modo automático me subí al auto para volver a mi oficina corriendo a contestar los mails, entregar pendientes, etc. Pero de pronto vi que había una muestra interesante en el museo, y me permití retomar, desafiando a mi agenda, que en off me recordaba todo lo que debía estar haciendo en ese tiempo.
El desafío de esta nueva tendencia será vencer los paradigmas establecidos, incluso desafiar al mismísimo mindfulness, que nos habla de estar presentes en el aquí y ahora. No será tarea sencilla, hay que vencer el mal marketing que tiene "perder el tiempo". Además, para que la magia acontezca en esa red neuronal, antes debo haber alimentado bien mi cerebro. Si querés que tu mente vuele, revisá tu dieta y tratá de incluir actividades placenteras, museos repentinos, caminatas sin rumbo, livianas charlas con amigas, relojes sin agujas, agendas menos despóticas y procrastineadas sin culpa. En definitiva, la vida y las ideas son mejores si la pasamos bien.
Expertos consultados: Lucas Sedeño. Director del laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias (LPEN) de Fundación INECO. Sofía Geyer. Terapista ocupacional especializada en creatividad, coordina el departamento de innovación en una empresa multinacional.
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