Sexo trampolín: cómo saltar hacia lo nuevo
Te separaste y no sabés cómo tirarte a la pileta otra vez. ¿La clave? Soltar los miedos y divertirte.
Sentís que es momento de volver al ruedo, estás envalentonada, pero también te tiemblan las piernas. Desde que te separaste, no saliste con ningún hombre. No lo sentiste, no lo necesitaste, ni se te cruzó por la cabeza. Ahora floreció el deseo de encontrarte con alguien, de seducir y también dejar que te seduzcan. Pero junto con el impulso aparece el miedo, porque hace mucho que no estás con alguien que no conocés y que te desconoce. ¿Vas en busca de un guardavidas o querés zambullirte en un mar de historias nuevas? Vos elegís cómo va a ser esta próxima temporada de pileta.
¿Te ponés las antiparras?
Estás solita arriba del trampolín. Mirar hacia abajo te da terror, pero tampoco querés bajarte. Es momento de quedarte un rato con vos, superar los miedos y trabajar tu autoestima. Ver qué es lo que te pasa. Si de movida creés que vas a estar comparando a cada hombre que conocés con tu pareja anterior, date más tiempo. En una sociedad en la que las emociones parecen tan devaluadas, vos hacé valer las tuyas y continuá con tu duelo, saná aquello que todavía sigue doliendo.
Si te desataste del pasado, subiste la escalerita con seguridad y estás firme en el trampolín, podrás dejar atrás el “modo noviazgo” para abrazar el “soltera mood”. Tu vínculo con los hombres ya será otro. Y lo mismo va a pasar con tu actitud: cuando tenés ganas de transgredir límites que nunca cruzaste, con la curiosidad como motivación, tu energía es otra.
¿Cómo te tirás a la pileta?
Antes de saltar, tenemos que sincerarnos y saber qué nos significa el sexo y qué es lo que estamos buscando. No desesperes si no descubrís con exactitud qué es lo que querés, pero sí tené presente qué es lo que no querés. Con esto en claro, ahora sí, zambullite. ¿Con qué estilo?
-Bomba: hacés mucho ruido mientras en tu cabeza no para de sonar “las chicas solo quieren divertirse”. Activás por todos lados para chonguear a lo loco. Tus amigas y tus compañeros de laburo saben que estás dispuesta a que te presenten gente y ya te bajaste Tinder y Happn. En esta etapa, el sexo para vos se trata solo de pasarla bien, de conectarte con el otro desde lo físico. Si hay buena química, le das para adelante.
-De cabeza: apuntás a donde querés. Ponés el ojo y ponés la bala en un hombre que ya conocés. Se trata de un “pendiente”, un ex sex buddy o incluso una ex pareja. Es una opción más segura porque es alguien con quien tenés historia. Hay cierto vínculo emocional que te brinda contención. Es tu baywatch. Igualmente, estate atenta: si es alguien que sabe de tu pasado reciente, puede que te inhiba un poco y que no te permitas la libertad que estás buscando.
-Te vas metiendo de a poco: te sentís fortalecida emocionalmente, pero entendés que para tirarte a la pileta no es necesario hacer una triple mortal. Bajás del trampolín y te sentás en la orilla, a ver qué pasa. Charlás un poco con uno, te mirás con otro, pero no tenés ningún apuro. En este momento, te divierte más el hermoso juego de la seducción y una conversación chispeante que lo literalmente sexual. Si alguien te interesa de verdad, sabés que no vas a dudar en pegar el salto.
-Palito: preferís ir sin levantar demasiado la perdiz porque lo tuyo no es el touch and go. Si bien no estás buscando una relación seria, necesitás un lazo afectivo con el otro. ¿Cómo lo lográs? Nadando en busca de personas con intereses afines a los tuyos. ¿Te gusta el teatro? Empezá alguna actividad relacionada: un seminario de crítica teatral o un taller de actuación, por ejemplo. Van a poder planear algunas salidas en las que ambos la pasen bien... para después mover la cama con más ganas.
Saltes en el estilo en que saltes a la pileta, no te olvides de hacerlo con forro. Incluso aunque ni siquiera planees ponerte la bikini, acordate de que una mujer soltera siempre lleva un preservativo en la cartera.
ALGUNOS salvavidas
Hay que pensar en el “sexo trampolín” como una elección para pasarla bien o como una transición hacia lo nuevo, pero no como el escenario ideal para encontrar pareja, porque demasiado trampolín también tiene sus riesgos, como todo tipo de relación. ¿Cualés son?
-Que la pileta esté vacía: podés ir con toda la actitud y las ganas pero que él no aparezca, que ningún hombre te convenza lo suficiente. No desesperes. La soltería no solo se trata de chonguear y seguramente vos tampoco estés muy dispuesta a hacerlo.
-Que él se enganche: aclará de entrada qué es lo que estás buscando si no querés confundirlo. Siempre fijate que haya empatía y cuidado, tanto de un lado como del otro. Si no nos vamos a ver más, lo decimos –aunque la razón sea una mentira piadosa–. Ni vos ni él tienen que quedarse esperando.
-Que sientas que él es el amor de tu vida: saliste tres o cuatro veces, él no te llamó y de repente caés en un mar de lágrimas, pero no por él, sino por la posibilidad que no fue. ¿Qué puede acomodar el impacto? Ajustar tus expectativas al juego que estás jugando.
-Que te pierdas en el revoltijo de las olas: pecho, espalda, crawl..., dale el estilo que quieras, pero no te pierdas vos. No nades por todos lados escapando de tu soledad, porque lo único que vas a encontrar va a ser más vacío. Si te sentís sola, una relación casual va a profundizar ese sentimiento.
Ponete la medalla
Volviste al ruedo y te reencontraste con vos, con tu ser sexual y sensual. No importa si querías chonguear o solo necesitabas cambiar tu actitud para sentirte más poderosa. Reconocé que ganaste porque te animaste a iniciar un juego: conociste gente, la pasaste genial y no tanto, te ilusionaste y desilusionaste. La vida misma, ¿no? Seguí nadando y dejá que ser fiel a vos misma sea tu única brújula. Seguila. No te vas a perder.
Nuevas libertades
Es fuerte pasar de estar con alguien que te conoce, que ya sabés cómo disfruta y viceversa, a encontrarte con un desconocido. No solo desnudás tu cuerpo, también evidenciás tu vergüenza, tus ganas, tu deseo. Frente a la incertidumbre, recordá que ellos también se sienten evaluados y relajá en ese aspecto. Pensá también que una separación te abre a nuevas libertades. Muchas veces, con una pareja, hay cosas que querés probar y no te animás: este es el momento. Cuando las relaciones se ponen muy tiernas, a veces se apaga lo que es más hot.
Salir con una tanga animal print –esa que ya habías dejado de usar– le suma puntos a tu actitud. Ojo, no es que tengas que cambiar tu ropa interior. Pero sí intentar sacar a la sex-bomb que hay en vos.
Expertas consultadas: Patricia Faur , Psicóloga especialista en vínculos y pareja. María Silvina Valente , Sexóloga.
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