Ser padres: el deseo más fuerte
Por Carolina Piacentini
Tengo 38 años y hace 1 año que comencé a transitar el estado más lindo que pude experimentar como mujer: ¡ser mamá! Muchas pensarán que la experiencia comienza con el embarazo, pero en mi caso comenzó hace muchos años, cuando ya soñaba con ser madre, con tener un hijo, con estar embarazada. Pero a veces esos sueños tardan en cumplirse y caemos en la cuenta de que no es tan simple o tan fácil. El camino recorrido hasta tener a mi hijo en brazos tuvo sus curvas y contracurvas. Con mi marido buscamos durante más de 2 años hasta que decimos consultar a un especialista en fertilidad. Esos años de búsqueda fueron muy dolorosos y angustiantes, me sentía culpable por no quedar embarazada, me daba pena por mí pero también por mi marido.
Un día, después de tanta angustia él se me acercó y me dijo: "Seremos padres igual, no te preocupes. Si el tratamiento no funciona, adoptamos". Para mí aquel día fue clave, lo importante era ser padres, no importaba el cómo, sólo queríamos ser una familia. De ahí en más yo me relajé muchísimo y creo que fue eso lo que permitió que el tratamiento funcionara. Tuve que tomar hormonas y aplicarme unas inyecciones para que mis óvulos fueran más grandes y maduros para luego poder hacerme la fertilización in vitro de 3 embrioncitos. De esos tres, ¡uno se aferró a mi útero! ¡Qué lindo milagro! Al primer intento, ¡quedé embarazada! Yo ese día no quise ir a buscar los resultados de los análisis, fue mi marido... Llegó a casa con un ramo de flores y un "Síiiiiii", nos abrazamos y lloramos juntos. Las 39 semanas de embarazo desataron en mí sentimientos muy dispares. Me sentí muy mal los primeros 3 meses y los últimos 3 meses. Tuve náuseas, migrañas insoportables, cólicos, acidez extrema, mucha retención de líquido, y un cansancio físico y mental muy intensos. Muchas veces tuve que dejar de hacer mi vida social por sentirme tan mal. Incluso me he sentido enferma de la cantidad de remedios que tomaba (Reliveran, Tafirol, Buscapina, Mylanta, Levotiroxina, progesterona, hierro, vitaminas, etc).
Pero nada de todo eso fue importante, ¡mi bebito iba creciendo sano y fuerte! Una emoción verlo crecer ecografía tras ecografía, ¡ni les digo cuando supimos que era varón! Ese mismo día pensamos nombres. El último mes me habían advertido que era el más largo (psicológicamente hablando), y al entrar en licencia laboral tenía mucho tiempo disponible. Así que aproveché para dormir hasta las 11 de la mañana, hacer el curso de preparto, conseguir la cuna, el cochecito, pintar, comprar las mamaderas, las pezoneras, buscar una linda cómoda para ordenar la ropita según la edad, etc, etc. Y poco a poco me empecé a conectar muy profundamente con mi hijo. Cuando me quise dar cuenta, estaba en un taxi rumbo al Otamendi. Así fue que el 30 de abril del 2014 a las 19:49 nació por cesárea la personita que más feliz me hace, Francisco Pablo es su nombre ¡y es muchísimo mejor que en mis sueños! Él me hizo y me hace mejor persona, su sonrisa, su risa, su llanto, su vocecita, su piel suavecita, son todo lo que quiero tener.
Cualquier camino es válido cuando el objetivo es noble, que nada ni nadie las detenga cuando de entregar amor de manera incondicional se trata. Tener hijos no debe ser un capricho o algo que se deba pensar a la ligera. Hay que traerlos a un núcleo familiar lleno de amor, no importa lo económico ni lo socialmente correcto. ¡Nunca dejen de soñar!
POR QUÉ ELEGIMOS ESTA HISTORIA CON PANZA
Tener un hijo no siempre implica un camino rápido y fácil. Por suerte cada vez hay más conciencia sobre el tema y distintas soluciones o avances médicos para ayudar a quienes tienen problemas de fertilidad. Hay mucha gente que pasa por procesos similares al de Carolina (o incluso mucho más largos y dolorosos) para llegar a su objetivo ansiado: ser padres. ¡Espero que testimonios como éste les den fuerza y esperanza a todas aquellas personas que siguen en la búsqueda!
Tema aparte: esta semana me escribió un lector, sugiriendo que también incluyamos algún testimonio de un hombre. Me parece una buenísima idea, así que si hay alguno por ahí que se anime a contar la experiencia del embarazo desde el punto de vista masculino, ¡bienvenido sea! Escríbannos a historiasconpanza@gmail.com .
Algunos también me preguntaron por mi embarazo; ¡ya estoy de 6 meses y medio! (semana 28, para las que están en tema) y definimos que se va a llamar Ignacio. ¡Así que muy feliz de poder hablarle a esta panza con nombre!
¡Gracias como siempre por todos sus comentarios y mails!
¿Alguna o alguno pasó por un proceso similar al de Carolina y su pareja? ¡Espero que se animen a comentar al respecto!
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