Salvavidas. 4 experiencias de emprendedores que transformaron su hobby en modo de vida
Hay una certeza: sabemos tanto de nuestro hobby como de la "carrera oficial". Todo el tiempo que dedicamos, las charlas que tenemos, lo que googleamos, los cursos, las horas en redes sociales investigando lo que sea que nos apasiona, se acumulan en toneladas de conocimiento listo para ser compartido. Si a eso le sumamos la experiencia laboral (la que sea, aunque pertenezca a otro mundo nada que ver), la idea de transformar un pasatiempo en medio de vida se vuelve una posibilidad real, sobre todo en este contexto. La cuarentena fue (sigue siendo) un huracán que nos puso patas arriba, pero estas cuatro makers la aprovecharon como viento a favor para emprender a partir de la actividad que les daba más placer.
Pastas artesanales con papá
Cata Dillon, 23 años. San Isidro. @fattiincasa.pastas
- El proceso. Surgió como un proyecto familiar, inspirado en la pasión de Eduardo, su papá, por la cocina. Él no podía ejercer su profesión de kinesiólogo con la pandemia, así que Cata le sugirió usar el tiempo libre para hacer lo que más le gusta y convertirlo en algo más que un pasatiempo. Ella, productora de moda, community manager y estudiante de Diseño de Indumentaria, venía con muchas ganas de arrancar con un Instagram de food styling, así que echó mano a todos sus conocimientos de marketing digital, producción y diseño gráfico y se metió de lleno en el plan. Así, fusionaron ambos hobbies y juntos le dieron forma a su proyecto de pastas frescas, artesanales y listas para cocinar. Durante un mes probaron recetas, evaluaron cada detalle del relleno y comieron sorrentinos sin parar –juran que todavía no se cansaron– hasta encontrar la fórmula perfecta, una versión que superaba a todas las que conocían con la mejor materia prima, súper abundantes y a un precio en sintonía con estos tiempos locos. Desde el primer día que lanzaron Fatti in Casa, la respuesta fue inmediata, los clientes quedaron copados pidiendo más, y ese fue el mejor indicador de que iban por buen camino. Eduardo cocina y Cata se encarga de las redes, el diseño y las ventas. "Me divierto armando el feed de Instagram. Para hacer la primera producción de fotos armé un set en la cocina con todo lo que encontré en casa porque estaba complicado salir a comprar. Intento transmitir que son sorrentinos 100% caseros". Como Fatti in Casa no para de crecer, están evaluando cómo gestionar esta evolución de la mejor manera y hasta comprar un freezer. "Y tenemos muchas más ideas en mente".
- El mayor aprendizaje. "Estuvo bueno animarnos en medio de toda esta incertidumbre y ofrecer algo que a la gente realmente le encanta. El mayor mérito es de mi papá, que se puso las pilas para arrancar a los 60 años y con cero conocimiento de redes sociales. Yo aproveché la oportunidad para aplicar toda mi experiencia en un rubro nuevo y aprender más del tema".
Textiles estampados
Renata Würschmidt, 38 años. Chacras de Coria, Mendoza. @renatawur_shop
- El proceso. Antes de la pandemia, la carrera de Renata como artista plástica estaba ligada al turismo: sus obras estaban expuestas en bodegas y el 90% de sus cuadros se exportaba. Intervenía barricas, pintaba murales y trabajaba con empresas. Durante la cuarentena, bien abastecida de telas, desempolvó su vieja pasión por el diseño y el mundo textil y linkeó todo eso a su proyecto de arte digital aplicado. Así desarrolló una línea de nuevos productos con sus estampas que cosió ella misma, minipiezas de arte para uso cotidiano: buffs deportivos, lonas, individuales, servilletas, caminos de mesa, fundas para bolsas de agua caliente, pañuelos, llaveros, delantales, posavasos, agendas, cuadernos. Aplica sus diseños a todo lo que le da curiosidad pensando también en la utilidad, le dio un nuevo uso a la infraestructura disponible y generó tres puestos de trabajo armando un miniequipo porque no da abasto. A mediados de abril, cuando el tapabocas se volvió obligatorio, diseñó un molde funcional de tres capas: "Los quirúrgicos me parecían horribles". Ya vendió más de 2000 y tiene más de 250 modelos disponibles.
- El mayor aprendizaje. "Estoy agradecida de las herramientas que junté en mi vida. Todo lo que aprendí me ayudó a hacer un negocio rentable, divertido y en mi casa".
Yoga online
Vero Purlis, 42. Monte Grande. @veropurlis
- El proceso. Cuando la cuarentena interrumpió su trabajo como maquilladora en un estudio de CABA, lejos de padecer el encierro y resistirse, se conectó con su casa y con sus prácticas de yoga como nunca. Vero había terminado el instructorado de yoga el año pasado y la pandemia la encontró cursando el profesorado. Después de tres años de práctica constante, el quiebre que significó el confinamiento la impulsó a conectarse con sus deseos. Un domingo se animó a dar una clase a través de un vivo de Instagram y esa fue la puerta para recibir consultas y pedidos de más. A partir de entonces, organizó clases grupales dos veces por semana en horarios fijos –que, si no llegás a hacer, te las manda grabadas– y clases individuales on demand, que diseña a la medida de cada persona. Además, armó una clase de regalo que envía por mail para mostrar el estilo de sus prácticas. "Confié en que compartir esta sensación de calma y felicidad iba a dar respuestas al estrés que genera todo esto. Además es accesible".
- El mayor aprendizaje. "Fue clave trabajar el desapego y no anclarme en lo establecido para liberar mi creatividad, transmutar lo que había aprendido en el mundo del make up y volcarlo acá. Y confiar en lo que sabemos: a veces ni sospechamos cuánto podemos ayudar con lo que tenemos a mano".
Pan de masa madre
Luciana Pretel, 31 años. Villa Mercedes, San Luis. @lucianapretel
- El proceso. Hace años, empezó a indagar en el mundo de la masa madre por curiosidad. Hizo cursos, probó panes y compró libros. El vínculo con el pan no era casual: Lu creció en La Boulangerie, la panadería que tienen sus papás en San Luis. Hace dos años, cuando su papá tuvo un problema de salud, se calzó el gorro de panadera y descubrió que lo suyo era meter las manos en la masa. El año pasado, cada vez más lejos de su carrera en Gestión Ambiental y fanatizada con el mundo de la fermentación natural, intentó incluir sus panes en el negocio, pero no tenían salida. Nadie sabía qué era eso y, para colmo, no le salían bien porque los hornos estaban siempre ocupados y los panes se pasaban de fermentación. En cuarentena, con tiempo e infraestructura –meses antes había invertido en un horno de piso ideal para esto–, convirtió el quincho de su casa en un laboratorio de harinas de colores, semillas y burbujas y siguió experimentando. Los panes le salían cada vez mejor, se animó a ofrecerlos por Instagram y fueron un hit total. Cuando terminó la cuarentena (allá están en fase 5), logró instalar su línea de panificados y generó su propio espacio en la empresa.
- El mayor aprendizaje. "Animarme a instalar un concepto que acá era desconocido. En mi ciudad fuimos los primeros".
EMPRENDER CON BUENA VIBRA
Por Pía Numer, coach energética. @elclubdelabuenavibra
Cualquier cosa que emprendamos nos invita a un viaje interior, de esto hablaron los sabios de diferentes civilizaciones. El viaje pone siempre en evidencia nuestras limitaciones internas, miedos y creencias. Es una oportunidad para liberarnos, para pulir el diamante que somos, para descubrirnos. Cuando emprendemos desde esta conciencia, el tránsito se volverá más fácil y fluido; en cambio, si no hay conciencia, nuestros programas internos tomarán el mando y se ocuparán de diseñar "como por arte de magia" escenarios repetidos (zona de seguridad) donde podamos tocar las mismas canciones de siempre (tener los mismos pensamientos, las mismas emociones, el mismo tipo de experiencias, el mismo tipo de relaciones). ¿Cómo elegís transitar tu viaje?
Te comparto dos máximas para emprender con conciencia (¡hacete un póster!):
- Cómo esté tu energía en el ahora define mucho de lo que vas a materializar.
- Cómo sean tus pensamientos y tus emociones define el tipo de decisiones que vas a tomar y actitudes que vas a tener.
Para lograr una buena impronta vibracional, hay algunas claves:
- Definir el propósito: diseñá en palabras, imágenes y colores hacia dónde estás yendo. En presente y en positivo. ¿Cómo me voy a sentir cuando eso suceda? ¿Cómo me voy a sentir en el proceso? ¿Cómo va a ser mi vida? Cuando hay imágenes estimulantes del futuro, mi energía cambia en el ahora.
- Elegir el tono energético del día: por las mañanas, es importante inducirnos a un estado de bienestar elegido en vez de poner el foco en todo lo que tenemos que resolver. Agradecer por todo lo lindo que llega y llegará a mi vida, escuchar una canción que me active, decretar cómo va a ser mi día y diseñar un plan de acción: "hoy tengo una reunión exitosa con Juan".
- Aceptar sin resistir las piedras del camino: aquello que resistes persiste, esta es una ley energética. Acá la frase que me gusta es "enamorarte del problema". Cuanto más te quejes de los problemas, más los odies y menos los quieras, más grandes se van a hacer.
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