¿Sabías que el lugar más sexy de Madrid está en un convento?
Estas son las coordenadas del rincón más sensual de la capital española
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Se sabe: Madrid es una ciudad ultra católica. Alcanza con perderse un rato por las callecitas más céntricas para descubrir o sospechar, detrás de los amplios murales de barrios super bohemios como La Latina, la existencia de decenas de conventos en donde aún hoy viven monjas de clausura, jamás tocadas por el solazo español (ni por nada). En Madrid Centro, una zona que mide apenas 5,2 kilómetros, hay exactamente 28 conventos de clausura en el que viven 300 mujeres (los hombres son minoría), abocadas a Dios mediante votos de pobreza, castidad y encierro.
Aunque, por supuesto, uno jamás se cruce con las religiosas por las calles, algo en la energía de la ciudad permite intuir enormes secretos y sacrificios detrás de las paredes medievales que suelen lindar con los espacios en los que todo el mundo se divierte. Por esta enorme tensión sexual inherente a la ciudad, los mismísimos Depeche Mode eligieron Madrid cuando buscaban una urbe que representara cien por cien el concepto de su disco “Songs of Faith and Devotion” (“Canciones de fé y devoción”), el trabajo más devoto ¡y sadomasoquista! de la banda. Finalmente, las fotos del arte del álbum, realizadas por Anton Corbijn, se hicieron en ese misterioso vórtice cargado de leyendas de fantasmas y ciervas que es La Plaza Mayor.
A pocas calles de ahí se encuentra el que es, según mi criterio, el lugar más sexy de la ciudad. Olvídense de las luces rojas, los sofás mullidos y las chicas desnudas. No importan los desnudos de El Prado ni los saunas de Chueca. La definición de lo verdaderamente sexual en esta ciudad es un espacio que emana una enorme carga de represión y, al mismo tiempo, provoca innumerables estímulos para los sentidos.
Situado en la Calle del Cordón 1, un pasaje escondido cerca del Palacio Real, la tienda que nos hace suspierar sexo se llama El Jardín del Convento. Se emplaza en el claustro trasero del Monasterio de las jerónimas del Corpus Christi, fundado en el siglo XVII y opera como la frontera perfecta entre nuestro mundo, el de los simples mortales cinicos y ariscos y el de aquellas mujeres que, a pocos metros, están entregandolo todo. Quién creó esta tienda es una vestuarista con un delicioso sentido estético y con un objetivo claro: agrupar los mejores productos realizados en monasterios y conventos de España, en un solo lugar. Y vaya que lo ha logrado.
El Jardín del Convento vende, como dicen muchos, repostería religiosa o pastelería celestial pero no se limita solo a delicias para suspirar a la hora del té. Sin darte cuenta, también podrías lanzar un gemido mientras te untás con algunas de sus cremas artesanales, o iluminas tu habitación con maravillosas velas aromatizadas con fragancias embriagadoras y afrodisíacas. Es difícil no perderse entre las postales botánicas pintadas siglos atrás por monjas, o elevarse ante el suave silencio que acompaña su estética sencilla y espartana. ¿Cómo pueden mujeres virgenes y consagradas saber tanto de sensualidad? ¿Cómo pueden estos productos emanar semejante energía?
Nadie sabe si es el recogimiento, la contemplación, la maestría o la receta. Quienes vamos a El Jardín del Convento solo sabemos que sentimos una ligera perturbación que nos hace querer llevarnos todo. Y aun asi, comprar todo no alcanzaría. Lo que en realidad nos gustaría es adueñarnos de esa asombrosa capacidad de creer profunda y sinceramente en algo al punto de consagrar nuestras vida a ello. ¿Existe algo más sexy que la devoción? Emanar el aura de la clausura me hace sospechar que tal vez sí, pero que igual deben ser pocas cosas. Tal vez porque precisamente nada en el espacio busca ser sexual es el que la sensualidad resalta tanto.
El Jardín del Convento
Situada en la parte de atrás del Monasterio de las jerónimas del Corpus Christi de Madrid, el Jardín del Convento está situado en una pequeña calle escondida alejada del turismo masivo y a dos pasos de otro gran referente de productos gourmet como es el Mercado de San Miguel. Esta coqueta tienda en pleno corazón del Barrio de los Austrias ofrece una gran selección de los mejores dulces de los conventos y monasterios de España.
La decoración es austera y espartana, donde el verdadero lujo está en sus productos: rosquillas, mermeladas, pestiños, magdalenas, chocolates, trufas y un largo etcétera que hará las delicias de los más golosos. Realizados con recetas tradicionales y a menudo secretas, es una oportunidad única para acceder desde un solo sitio a la gran variedad de la repostería religiosa de España, ya que tienen productos de gran parte de España: desde Burgos y León a Zaragoza, Soria, Badajoz…
Es muy fácil «pecar» y caer en la tentación de comprar una de sus muchas variedades de mermeladas artesanas. Nosotros nos decantamos por probar la mermelada de manzana con menta del Monasterio de Santa Paula de Sevilla. Son sabores diferentes conseguidos sin conservantes ni colorantes. No sé si es por el recogimiento, la maestría, la receta o todo a la vez, pero está riquísimo. Ésta y sus otras muchas «delicatessen» hay que degustarlas de manera tranquila y reposada, al igual que el ambiente que desprende esta tienda. Además tienen una Eco Room con una selección de productos ecológicos, con infusiones de Pukka, Clipper y muchas otras.
Si sos de aquellos que cuando visitan un sitio prefieren comprar de recuerdo algo que se coma, éste es un lugar perfecto, lo único malo es que te va a durar poco… reposteria celestial, pasteleria religiosa, placer devocional.
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