Rendirse a una obra
-Qué difícil publicar el post que tenía escrito después de esta película –le dije a Kariu, quien además de ser nuestra bloguera vecina, es amiga.
-¿Y si escribís acerca de ella?
Acabábamos de salir de una función privada de La Juventud, película que mencioné en el anterior texto, de Paolo Sorrentino.
Una película exuberante, excesiva, no es un filme para recomendar a cualquiera, no me animaría a hacerlo, lo que sí recomiendo es vivir una buena experiencia estética.
Darse, abrirse, sumergirse, rendirse a una buena obra de arte.
Sucede.
Como en el amor, ese encuentro sucede, no sirve que lo fuerces, sí ayuda que estés disponible.
-¿Sabés qué pasa, Kariu? Cuando una película me gusta me deja sin palabras. Necesito tiempo para elaborarla. No tengo ninguna intención de caer en una crítica.
Últimamente venía entre apática y aburrida, como espectadora y lectora. Bueno, tengo mis mañas. No soy de abrirme fácilmente. Ahora cuando me abro y dejo pasar, entra todo. La película me devora. Yo la devoro a ella.
Ah, sí, cuando se da, tengo una gran capacidad de absorción de una obra.
Hace un tiempo me pasó algo similar con una novela. Hace muchísimo que no me dejaba capturar por una novela (y viceversa). Cuando tenía una entre manos, por algún motivo me escabullía, siempre encontraba una excusa para distraerme con otra cosa.
Pero esta novela me sedujo por lo sencilla, poro fluida, por... ¿vieron cuando se sientan a tantear el libro en la librería y de golpe pierden completa noción de la hora, del espacio? ¡Se des-ubican! Ah, sí, la muchacha iba por la mitad del libro o más... y como estaba con tiempo (¿recuerdan esos días?), casi lo termina ahí mismo.
La delicadeza, de un tal David Foenkinos, francés y contemporáneo.
No es éste un post de recomendaciones, o no necesariamente. Mi sensibilidad es tan sui generis que por, favor, lo que yo diga tómenlo con pinza, no siempre me gusta lo que a la mayoría.
Y aquí la excepción que confirme la regla... Y además, tratándose del blog de la mamá, está bien que mencione esta otra experiencia:
Zootopia. La última de Disney.
La fui a ver con Paula y Ámbar (hijas de vacaciones) y lo de siempre. Disney es ese mago de quien ya se saben todos lo trucos... Sin embargo, cuando lo tengo en frente, caigo. Siempre caigo.
Me rindo a su encanto.
Zootopia es una película, sin dudas, recomendable para salida con críos, infalible. Tan divertida como emocionante.
La juventud, La delicadeza, Zootopia, son las tres obras -dos películas, una novela- que conmigo lo lograron: me cautivaron, me tuvieron presa un rato y me dejaron ligeramente distinta a la que era.
Con éstas u otras, como ya dije, recomiendo la experiencia.
¿Qué tal si usamos este post para recomendarnos películas, para niños o adultos, y novelas?
-¿Viste, Kariu? Al final te hice caso.
...
Una imagen de La juventud, de Paolo Sorrentino. Con Michael Caine y Harvey Keitel.
Otra de Zootopia:
PD: ¡Muy buen martes! Y como siempre, para contactarse por privado, me encuentran en FB.