¿Qué tenés que saber sobre el sexo anal?
Charlamos con una especialista quien nos compartió toda la información necesaria
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Mientras que ya la mayoría de nosotros entendemos que en el sexo hay que aprender a liberarse de ciertos preconceptos y que divertirse es un factor fundamental para disfrutarlo a pleno; también es verdad que ciertos temas o prácticas continúan siendo tabú en la mayoría de las conversaciones sobre sexualidad. Ya sea la masturbación femenina, la posibilidad de animarse a un trío o la incoporación de juguetes sexuales, entre todos ellos es quizá el sexo anal el tópico del cual menos se habla.
Frente a este escenario, volvimos a convocar a Vilma Rosciszewski, sexóloga, ginecóloga y conductora del podcast “No Googlearás” para que nos ayude a responder algunas de las preguntas más frecuentes sobre el sexo anal.
En tanto placer ¿en qué se diferencia con el sexo vaginal?
“Creo que lo que es clave entender es que el sexo anal es una práctica y, como toda práctica, tiene adeptos y no adeptos. Obviamente que vemos que cada vez son más las personas que tienen ganas de incorporarla dentro de su juego sexual. En cifras ya sabemos que más o menos existe entre un 22% y 40% de parejas heterosexuales que lo practican, un número que baja entre los adolescentes”, nos cuenta Vilma y agrega: “En cuanto a placer va mucho más allá de las zonas erógenas, sino que habla también de nuestro consentimiento, de nuestros derechos sexuales, de nuestras ganas. Por eso hay que destacar que el placer es tanto para para quien está siendo penetrado como para quien lo hace porque -por ejemplo- muchas mujeres encuentran un enorme placer al tocar el ano de su pareja, en penetrar con el dedo o algún juguete”.
“La vagina es un músculo entonces -como todo músculo- puede abrirse. El ano tiene un esfínter anal, tiene como un anillo y no es lo mismo. Por esto es clave saber que, antes de tener una práctica sexual anual hay ciertos consejos que deberían seguir”, nos detalla.
¿Qué tenemos que saber antes de hacerlo por primera vez?
“En el momento que decidís tener sexo anal, lo primero que tenés que tener a mano es un lubricante. Como el ano no tiene lubricación por sí mismo -como sí sucede con la vagina- necesitamos una lubricación externa. Así que lo primero es poner lubricante alrededor y, con pequeños mimos circulares muy suaves, hacer que se comience a relajar ese esfínter anal, antes de penetrar con el pene o un juguete. No puede penetrar de uno porque sí, ahí sí va a generar una molestia y puede traer alguna lastimadura”, nos explica Vilma y suma algo súper importante: “Además siempre, siempre, siempre tiene que ser con un preservativo. Ya sea el pene o los juguetes. Esto es para evitar las infecciones de transmisión sexual. También -sobre todo al principio- es clave que la persona que va a ser penetrada sea quien lleve el mando y el ritmo del movimeitno, así sucede de a poco y sin dolor”.
¿El sexo anal es doloroso?
“Es una de las creencias más difundidas. Lo cierto es que lo es si no lo hacemos de la manera correcta. Por eso es clave el uso del lubricante y empezar con pequeños mimos al ano” y agrega: “Ahora ¿qué pasa si duele? Si duele hay que parar. Por eso también es fundamental hablar mucho con tu pareja. Por ejemplo yo he tenido casos en el consultorio en donde no quieren tener relaciones sexuales vaginales porque saben que su pareja desea ir al ano y no les gusta. La comunicación es siempre lo primero”.
“Es una exploracion al comienzo. Hay que e star dispuestos a explorar, a confirar en la otra persona y sin presiones. Como siempre esto tiene que ser consensuado” - Vilma Rosciszewski, sexóloga y ginecóloga.
¿Tener sexo anal tiene alguna contraindicación para nuestro cuerpo?
“En tanto esta práctica, loq ue está muy discutido es el tema de hacer enemas previos a mantener relaciones con sexo anal. Estamos hablando del ano, el lugar por donde sale la maeteria fecal y -obviamente- va a haber materia fecal”, nos explica Vilma y suma: “Como a muchos esto les da vergüenza o no les gusta, incursionan en el enema, algo que se debate mucho pero que también existe cierto consenso en que es mejor no hacerlo. Básicamente porque si uno no sabe, se puede lastimar, puede traer infecciones. No hay que llenar el intestino de agua y lavar, porque eso tampoco nos asegura que no habrá materia fecal”.
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