Qué podemos hacer para salvar a las mariposas
Le dan belleza a la naturaleza, pero hoy sufren el impacto de la actividad humana y se alerta sobre su posible desaparición. ¿Qué podemos hacer?
Partamos de un interrogante: ¿hoy vemos tantas mariposas como cuando éramos chicas? Seguramente la respuesta sea negativa. Porque actualmente las distintas especies de mariposas –algunas en mayor medida que otras– están amenazadas por diferentes motivos y su número se redujo notablemente durante los últimos años. Por eso, los expertos coinciden en decir que la supervivencia de estas hermosas y aladas especies está en peligro.
¿Y por qué hacer algo para salvarlas es tan importante? Porque las mariposas son vitales para el medioambiente, ya que son los principales agentes polinizadores que existen: transfieren el polen de un lado a otro (del estambre al estigma) en la flor para garantizar la producción de semillas y frutos.
Pero hay otro elemento, quizá más sutil, pero no por eso menos crucial: su belleza. Las mariposas tienen una importancia desde el punto de vista estético: son fuente de inspiración y alegría. El vuelo de la mariposa inspira desde metáforas y canciones hasta poemas y es un símbolo universal de lo bello, que tiene una relevancia cultural. Nos enfocamos en tres interrogantes para entender el problema y, sobre todo, para actuar. ¡Hagamos que el aleteo de la mariposa continúe y se multiplique!
¿POR QUÉ ESTÁN EN PELIGRO?
La principal explicación se basa en una relación obvia, la de las mariposas y las plantas de las que se alimentan. ¿Por qué? La fórmula es sencilla: si no hay plantas nativas o autóctonas, no habrá mariposas.
Según los especialistas, las mariposas tienen un vínculo particular con las plantas, de hecho, algunas de ellas son muy específicas y se alimentan de alguna especie puntual o, cuando están en estadio de oruga, solo pueden alimentarse de las hojas de determinadas plantas. Por ejemplo, la mariposa bandera argentina es propia de la región rioplatense y se alimenta únicamente del árbol coronillo, entonces, donde no hay coronillo, no hay mariposa bandera argentina. Es lo que en biología se llama “especies paraguas”, es decir, conservarla implica conservar también las especies vegetales que se relacionan con ellas.
Si hay algo que el ser humano debe aprender de la naturaleza, es que en ella nada es casual, todo tiene un motivo. Y por eso, una alteración en cualquiera de los elementos que la componen genera un cambio en todo el proceso. En este caso, el famoso “efecto mariposa” se vuelve real: por ejemplo, si no hay mariposas, hay aves que también se ven afectadas. Porque para muchas de ellas, las orugas de mariposa son una fuente de alimentación muy importante.
Por eso, la principal causa tiene que ver con la falta de árboles nativos; la inserción de especies que no pertenecen a una región o territorio genera un impacto negativo y hace que las mariposas no encuentren su alimento. También hay algo cultural: las tradiciones de paisajismo que tenemos acá suelen ser británicas, entonces, cuando venían los paisajistas de Europa, traían las especies que ellos utilizaban allá, sin intención de conocer las propias.
La segunda causa tiene que ver con el clima; según la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC), la variación de las temperaturas también influye en la supervivencia de las mariposas, porque ellas necesitan de una estabilidad en los ambientes para sobrevivir.
¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA?
Según un estudio del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), 15 de las 19 especies nativas de mariposas de la zona mediterránea están a punto de desaparecer. Las causas están en la transformación del uso de los suelos donde habitan, es decir, en la alteración de las plantas que polinizan. A esto se suma el uso de pesticidas que afectan las plantas. Y de acuerdo con el reporte “En guardia por ellos”, de The Nature Serve Canada, 517 especies y subespecies de mariposas están en peligro de desaparecer.
A nivel local, la situación es parecida; en Buenos Aires, por ejemplo, deberíamos poder ver más de cien especies diferentes de mariposas y, sin embargo, hoy es raro llegar a ver 10, y en escasas cantidades. Por eso, las recomendaciones apuntan a rediseñar el concepto contemporáneo de paisaje, pensando en la biodiversidad en general. Es decir, pensar y elegir las mariposas que queremos que estén y sembrar las plantas afines para que eso suceda.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Si la fórmula del problema es cuidar el vínculo planta-mariposa, acá también está la solución. Tenemos que garantizar, cuidar y promover que haya plantas nativas en las ciudades, y podés empezar por tu casa, en tu balcón, jardín o el techo verde de tu edificio. Otra punta es participar de las actividades de concientización de las ONG que hacen conservación, como Aves Argentinas, que no solo organizan charlas, sino que también entregan semillas y plantines de plantas autóctonas, como la pasionaria o la planta trepadora mburucuyá, una de las preferidas de la mariposa espejito. O la planta dama de noche, el atractivo de las mariposas nocturnas que hacen el proceso de polinización bajo la luz de la luna.
Entonces: ¿poniendo plantas tendremos más mariposas? ¡Sí! Aunque parezca raro, ese puede ser nuestro pequeño gran aporte para salvar a la especie, y que las mariposas sigan volando y embelleciendo el planeta.
Algunas especies amenazadas
- Bandera argentina: lleva su nombre por los colores de la bandera. vive en los ambientes selváticos de américa del sur.
- Del puerto del lobo: es una de las especies meditarráneas amenazadas. es muy delicada y registra las alteraciones del clima.
- Monarca: es una de las especies más destacadas, pero también la más amenazada (el 90% de su población desapareció).
- Baza: fue una especie endémica, pero hoy quedan menos ejemplares. Vive en varias zonas de España.
- Karner azul: vive en EE.UU. y está en peligro de extinción porque las tierras en las que habita están urbanizadas.
Expertos consultados: Francisco González Táboas. Responsable de Prensa y Comunicación de Aves Argentinas. Fabio Márquez. Lic. en Diseño del Paisaje y director de Gestión Académica de la Fac. de Artes de la Univ. del Museo Social Argentino.
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