¿Qué hacer y cómo reaccionar cuando una ex-pareja reaparece en tu vida?
Cuatro preguntas claves que deberías hacerte si estás en esa situación
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Pasaron aniversarios, pasaron fechas importantes, pasaron chongas, chongos y relaciones formales, pasó incluso una pandemia y no sabemos cuántas devaluaciones ya y ustedes, tu ex y vos, se las arreglaron para mantener caminos separados. Sin embargo, cuando creías estar a salvo de los replanteos existenciales y las conmociones internas, vino el sacudón. Un like, un fueguito, un saludo casual o un simple “¿cómo estás?” y el cuerpo se te llenó de preguntas que no pudiste ni formular.
¿Te pasa algo con tu ex? ¿Le pasa algo a él o ella con vos? ¿Podría esto volver a comenzar o sus gestos son, simplemente, como decía Cerati, “espasmos después del adiós”? Intentemos averiguarlo.
1. ¿Qué onda? ¿Qué quiere?
La vida no viene con un catálogo de deseos y probablemente te tome un tiempo de observación terminar de entender qué mueve a otra persona a volver a gravitar hacia vos. Sin embargo, no está de más que contemples algunas posibilidades. Un ex que vuelve a aparecer puede querer:
- Saber que todavía estás ahí. Algunas personas jamás pueden cerrar historias del todo, ¡incluso cuando ellas mismos decidieron terminarla! Necesitan tocar a tu puerta alguna que otra vez para ver si respondés, para ver que estás, para comprobar si, tal vez, podrían lograr que todo vuelva a empezar. Si realmente lo desean o no es un verdadero misterio. Pero atenti: si nunca nada pasa más allá del “toque”, es probable que esté todo dicho.
- Mostrar que todavía está ahí. Cuando pasa justamente al revés y quizá fuiste vos la que cerró la historia de forma tajante, el estilo de ex “mosquita de la fruta”, que nunca termina de desaparecer del todo es una forma, por ahí un tanto pesada, de demostrar que, si vos quisieras, todo podría volver a encenderse.
- No lo sabe ni él. Que una ex pareja te escriba, te hable, te pregunte cómo estás y te haga preguntas profundas, a veces es solo producto de cierto mareo existencial. ¿Cómo podés saber si es el caso? Intentando no cargar de significado gestos que son, más bien, ambigüedad.
- Boludear. A veces uno simplemente está aburrido y juega, como esos chicos que tiran piedras a los avisperos, a crear adrenalina. Para cierta clase de personas, un like en Instagram puede ser similar a surfear la ola más grande del Pacífico. Y listo, ya tuvo ahí su cuota de aventura. Por algo rajaste de ahí, ¿no?
- Psicopatear un touch. Si te separaste de ese ex porque era psicópata y mala leche, mirá sus gestos como una extensión de esa lógica. De todas formas, ojo, la psicopateada, esta vez, tal vez ni siquiera esté dirigida a vos. Él ahora podría estar agitando los fantasmas de su nueva pareja o incluso ¡de la tuya! para boicotear tu felicidad. Esa es una característica de los psicópatas, nunca se puede saber a ciencia cierta qué esperar de sus maniobras desequilibrantes.
- Volver. ¿Puede un ex haber caído en la cuenta de lo tonto que fue en dejarte ir, lo que valías como persona y en la gran idea que sería volver? Claro, puede. Si tenés esta ilusión a un nivel muy profundo y también creés que podría ser buena idea, no dejes que los likes y los fueguitos se extiendan por mucho tiempo. Activá una buena charla y salí en busca del destino.
2. ¿Qué te pasa a vos con esto?
Existen muchas formas de decodificar la movida de piso que puede producirte el retorno de un ex. Para no flashear demasiado, mejor entender por qué te afecta tanto. Estas podrían ser algunas de las posibles razones:
- La historia quedó trunca. Había mucho por dar, había muchos planes, había pasión y afinidad. Las historias reviven cuando ambos sienten que quedó mucha tinta en el tintero. Y, como en la vida es horrible quedarse con las ganas, es lógico querer agarrar viaje.
- La historia fue completamente tóxica. El enganche con los vínculos tóxicos es muy difícil de cortar. Si el psicopateo, el control, los celos y las jugadas sucias eran parte de su manera de “construir” algo, esto es solo un nuevo capítulo. Sabelo.
- Después de esa relación, no llegó nada superador. Tal vez esa historia estaba desgastada, deslucida y apelmazada, pero, para ser honesta, el destino no te deparó nada mucho más reluciente. ¿Qué pasa si es mejor malo conocido? Es muy humano sentir esto.
- Él cumplió los proyectos de ambos... con otra. Cuando el hombre con el que alguna vez soñaste un futuro sigue adelante con otra persona, es tentador establecer cierta competencia imaginaria con su nueva compañera. Si tu ego quedó algo afectado, es probable que con estos coqueteos emerja en vos cierta reivindicación imaginaria al menos.
- Fue un gran gran amor. Si todavía pensás en él con una sonrisa en la cara y seguís teniendo ganas de compartir las cosas que te pasan en la vida; si pensás que esta historia tenía un enorme potencial y creés que sabés por qué no funcionó, entonces tal vez quieras avanzar lo máximo posible.
3. ¿Podría algo ser distinto?
Esta pregunta suele ser clave para definir si abrirte o no hacia un nuevo acercamiento. Como comentamos, si el vínculo fue tóxico y vos saliste desplumada, jamás puede ser buena idea volver a intentar construir algo sobre un terreno tan inestable. Si ya no sentís nada, pero entendés perfectamente qué es lo que querés rescatar (en estos casos, muchas veces lo que puede volver a engancharte suele ser el sexo), podés avanzar sin grandes riesgos. Ahora bien, si te parece que acá hay un potencial real que podría volver a embarcarte en un proyecto de pareja, no te estanques en likes e indirectas. Tomá el toro por las astas, encará esa conversación o acercamiento que anhelás y descubrí el potencial oculto detrás de tanto emoticón.
4. ¿Y si vuelven a intentar?
Si estás lista para soplar la chispita que volvió a emerger porque sentís que vale la pena y que es saludable para vos, no olvides armarte una red de protección. La verdad es que si esto ya falló una vez –esa es la razón por la que ambos pudieron prescindir uno del otro durante tanto tiempo–, las cosas pueden volver a fallar. Si vas a hacer movimientos que pongan en riesgo tu corazón, entonces intentá que tu vida esté resguardada para no saltar al vacío. La prudencia emocional es la consigna. Si vas a jugar con fuego, hacé una aproximación gradual, y si no estás segura, no muestres tus cartitas antes de entender de qué va todo esto, porque el riesgo puede ser salir lastimada otra vez. Si es cierto que donde hubo fuego cenizas quedan, mirá las brasas con atención y analizá bien qué vas a hacer. ¿Vas a soplar los restos candentes o preferís taparlos con arena? De esto se trata el arte de administrar a los ex, de elegir con consciencia y amor propio cuál será la próxima aventura.
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