¿Qué es el diet piggy, el polémico juguete que grita cuando abrís la heladera?

Estamos acostumbrados a pensar que la belleza es una construcción social pero, mientras que esto es 100% verdad, también es un bien comercial. Un producto de intercambio, impulsor de transacciones y generador de ganancias. La belleza es un elemento que forma parte de conversaciones sobre estrategias de marketing, creación de anuncios, producción de campañas y desarrollo de nuevos productos.

Este hecho tiene un impacto clave en el día a día de las personas: a medida que cada vez existen más movimientos que denuncian la toxicidad de los modelos de belleza impuestos y buscan promover cuerpos diversos, naturales y saludables; parte de la sociedad y las industrias en general todavía tienen una mirada anticuada y promueven mensajes dañinos. Prueba irrefutable de esto es el lanzamiento del polémico juguete, “Diet Piggy”.

¿Qué es el diet piggy?

Desarrollado por Toys’R (una de las empresas norteamericanas más importantes del mercado de juguetes), el diet piggy es -literalmente- un canchito. Del tamaño de un parlante mediano, está pensado para que los usuarios lo pongan dentro de la heladera o alacena y así, cuando la abren para (en teoría) picotear algo, grita en la búsqueda de desestimular este hábito. Es decir, funciona de manera muy similar a las alarmas de comercios que suenan cuando un nuevo cliente ingresa al local y ellos están en el depósito.

Ésta es la descripción que aparece en los ecommerce donde podés comprar el producto: “¿Estás tratando de perder algunos kilos este año? ¿O tal vez simplemente reducir los bocadillos? ¿A menudo te encuentras en la cocina buscando un tentempié en la nevera o en los armarios? La mejor manera de permanecer fuera de la cocina es mantenerse ocupado. Obtenga un amigo leal a bordo para ayudarlo a perder esos kilos: The Diet Piggy.” y agrega: “Ponelo en la heladera o en algún otro lugar donde guardes tus dulces. Siempre que abras la puerta te saludará con un fuerte “OINK OINK”. Este sonido te recordará que empiezas a parecerte a un cerdo si tienes este trozo de queso francés de la heladera. Una manera simple pero efectiva de arruinar tu apetito. El Diet Piggy es operado por un sensor de luz. Esto significa que hará un ruido cuando abras la nevera y dejará de hacerlo cuando la vuelvas a cerrar”.

Dónde está la polémica (o dónde no)

El primero de los puntos está más que claro: desde la concepción de este jueguete hasta su descripción de venta, son terriblemente peligrosas para la sociedad. Invisibilizando cualquier desorden alimenticio y promoviendo prácticas tóxicas alrededor de la comida, además ridiculiza, cosifica y denigra. Sin lugar a dudas, se trata de un jueguete que promueve un modelo de belleza dañino y que se convierte en una manera de violencia psicológica.

Situación que se agrava aún más cuando entendemos que el Diet Piggy está catalogado para edades “a partir de los 8 a 11 años”. Es decir, es un juguete que fue concebido para ser utilizado por niños en una edad crítica, de definición de identidad y que no cuentan con las herramientas necesarias para procesar este tipo de producto, sus potenciales daños y los riesgos que -utilizarlo- puede tener en su salud física y mental.

Denuncias en las redes

Fueron muchísimos de usuarios de todo el mundo que elevaron su voz en contra de este horroroso juguete y alertaron sobre los enormes riesgos de tenerlo en el mercado, vendiéndose y disponible. Entre ellos, la activista e influencer mexicana Jessica Fernández García, compartió un análisis que resume a la perfección lo que todos pensamos:

Pedido de disculpas

Como era de esperar, Toys’R salió a pedir disculpas por el lanzamiento de este producto. Primero sostuvo que estaba mal catalogado y, en realidad, se trataba de un juguete para adultos. Más tarde lo retiró de todos sus locales en el mundo. Sin embargo -y todavía peligroso- el Diet Piggy sigue disponible en tiendas de terceros.

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