Presentación del Informe Ambiental 2017 de FARN: ¿hacia dónde vamos?
El miércoles 26 de abril se presentó el Informe Ambiental 2017 que realiza la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Ante un auditorio atento, de cerca de cuatrocientos asistentes, el periodista Sergio Elguezábal fue el encargado de la conducción y dio paso al director Ejecutivo, Andrés Nápoli. Él celebró el encuentro y la posibilidad de dar a conocer información valiosa de cara al cambio que estamos transitando hacia el desarrollo de energías renovables, pero con una situación climática que presiona para acelerar este proceso. También habló sobre la transparencia del gobierno actual, que presentó un informe del estado ambiental -el último se había publicado en 2012, aunque por ley se debía presentar anualmente-, pero a su vez, resaltó las contradicciones entre el discurso y los hechos, y la falta de un actor social que ejerza control en las políticas implementadas que puedan perjudicar al ambiente.
Fue el turno del diputado de Cambiemos, Juan Carlos Villalonga, que tiene una extensa trayectoria en temas de ambiente, tanto en Greenpeace como dentro de la gestión en Ciudad. Habló de un “desafío civilizatorio”, que enfrentamos por un contexto climático del que somos responsables. Las inundaciones, aludes y deslizamientos que dejan miles de víctimas, en estos últimos meses, son solo un anticipo de lo que sucederá si seguimos haciendo las cosas mal.
A través de un gráfico en donde se puede observar la predicción del calentamiento global elaborado por la ONU, reveló que si quisiéramos permanecer dentro de los límites de los 2° de aumento que estableció la Comunidad Internacional en el Acuerdo de París como máximo permitido, deberíamos emitir entre 18 y 21 gigatoneladas menos de las actuales, que equivale casi a lo que emite hoy la Unión Europea, EE UU y China (21,9), aunque se debe apuntar a que el esfuerzo de bajar las emisiones lo hagan también India Sudáfrica y Brasil. El cambio es -tiene que ser- de todos los países en conjunto.
El diputado especificó que en la actualidad, a nivel global, emitimos 50 gigatoneladas de carbono, y estaremos en cerca de 60 hacia el 2030. Un aumento mayor equivale a una catástrofe, con 3 grados de aumento colapsan los ecosistemas. Al paso que vamos, “para 2021 habremos emitido tantos gases efecto invernadero como para llegar al 1.5° de cambio climático admisible, la tendencia nos lleva a 4 grados más en los próximos quince años”.
Sergio Elguezabal, agregó que según la misma fuente, las actividades que producen mayores emisiones son:
Agro (deforestación) 44%
Energía 27%
Transporte 13%
Industria 12%
Residuos 4%
¿Qué hacer con esta información? La respuesta es compleja y requiere no solo de las mentes más brillantes que busquen soluciones, sino de acciones concretas que tengan en cuenta al ser humano en su totalidad. “Es urgente replantear los modos de hacer, de elegir los modos de producción” dijo Elguezábal y agregó otro dato: desde 1998 al 2015 se perdieron 4.150 mil hectáreas de bosques para construir más ciudades, caminos y utilizar la tierra con fines comerciales.
Cambio de Paradigma
Para comprenderlo desde el punto de vista de la sociología, siempre es interesante escuchar a Maristella Svampa, que abrió su charla con el concepto de “antropoceno”, que fue acuñado por el premio Nobel de química Paul Crutzen, y que señala "el ingreso de la humanidad en la era biológica en la cual el ser humano se ha convertido en una fuerza global de alcance geológico”.
La autora, que junto al abogado ambientalista Enrique Viale, escribió “El Maldesarrollo”, dijo que la noción de antropoceno nos sitúa ante un diagnóstico crítico que cuestiona las lógicas actuales de desarrollo del capitalismo global, y que nos lleva a cuestionar las visiones hegemónicas ligadas al paradigma de desarrollo sustentable, economía verde, y modernización ecológica que tienen una idea débil de sustentabilidad. En otras palabras, nuestra adaptación tecnológica y humana no es suficiente si permanecemos dentro de la misma matriz que antepone la ganancia al cuidado del ecosistema.
Ella propone una perspectiva holística que incluye un análisis de los modelos de producción que utilizamos, tanto como argentinos y latinoamericanos. “En los últimos 15 a 20 años se han consolidado modelos de maldesarrollo con la característica de insustentabilidad a corto y mediano plazo, que no solo es ambiental, es territorial, social y económica”. Entonces no basta con hablar de cambio climático, porque la sequía, las inundaciones y los incendios, están ligados a los modelos de (mal) desarrollo. En la sojización, el desmonte, la megaminería a cielo abierto y la explotación de combustibles fósiles, con el aval de las políticas públicas, la socióloga encuentra las razones por las que estamos padeciendo estos eventos extremos.
Y si bien con el gobierno kirchnerista se negaba el carácter estructural de la problemática ambiental, Svampa cuestionó el “discurso engañoso” del gobierno actual por el que se busca la flexibilización de la normativa ambiental lograda en los últimos quince años. “Hay una embestida contra la ley Nacional de Glaciares para reducir su alcance, una embestida contra la Ley de Bosques, una mayor apertura a la megaminería, un Ministro de Economía que busca implementar proyectos prometiendo yacimientos mineros donde la minería está prohibida”.
La acusación es grave, alerta acerca de que los próximos negocios y la lluvia de inversiones prometida, como la de Dow Chemical en la explotación de hidrocarburos en Vaca Muerta a través del fracking, que no hacen más que consolidar los modelos de maldesarrollo, sin una perspectiva crítica ni holística.
“Esta discusión apenas ha comenzado, no nos involucra solo como argentinos, sino como seres humanos”. ¿Hacia dónde va nuestra sociedad? pregunta Maristella Svampa, y plantea que debemos discutirlo en el marco de una racionalidad social diferente, “social porque tenemos que pensar en la desmercantilización de los bienes comunes, la democratización, una nueva racionalidad ambiental que proponga una relación diferente entre la sociedad y la naturaleza”.
Por último, el Doctor en Ciencias Sociales y en Geopolítica, Bruno Fornillo, que es también Investigador del CONICET, destacó la importancia del litio para los próximos años y a nuestro país como uno de los principales productores. El litio es el mineral que todos llevamos en nuestras baterías de celulares, y forma parte de la movilidad eléctrica del futuro cercano, porque los transportes eléctricos y los molinos eólicos requieren de baterías para guardar su energía, y el litio tiene la función de ser reservóreo y estabilizador de la energía renovable. Dijo que en el noreste de nuestro país contamos con el 15% de las reservas de litio del planeta, por eso se habla de una “Arabia Saudita” del litio entre Bolivia, Chile y la Argentina.
Pero a pesar de contar con estos recursos naturales, el investigador dice que es clave en la construcción de un nuevo paradigma energético, el problema es que las empresas extranjeras llegan en masa para exportar el litio sin valor agregado, con uso de los recursos locales y sin pagar retenciones, “las condiciones favorables para llevar a cabo la explotación son absolutas”. Para generar una verdadera cadena de valor del litio, él dice que tenemos todo lo necesario: los científicos, el mercado potencial, pero falta una política pública que genere ese salto.
El investigador que escribió “Geopolítica del Litio”, también resaltó el el éxito del programa RenovAR, iniciativa del Ministerio de Energía y Minería que dio lugar a la convocatoria abierta para la contratación en el Mercado Eléctrico Mayorista de energía eléctrica de fuentes renovables. Pero si bien se espera que el 20% de la generación eléctrica sea renovable para el 2025, no deja de ser solo el 2,8% de la matriz energética de la Argentina en general. Mientras que en Alemania para el 2025 va a tener más de un tercio de energía renovable, y tiene una tendencia a bajar el consumo, y en 2050 se piensa quitar la producción de gas, carbón y petróleo, Fornillo cuenta que en Argentina se planifica aumentar el consumo, explotar el fracking, y se licitó la misma cantidad de energía renovable que térmica. Además, agregó que no hay política estratégica al control de empresas públicas de una industria local, para fomentar un paradigma verde.
Actuar con inteligencia, rapidez y coherencia parece ser el objetivo que queda flotando en el aire cuando el debate, que por tuvo por momento cierta tensión, se termina, y la música de Mimí Maura apacigua los ánimos. Pero ¿seremos capaces de analizar las causas verdaderas de los hechos para modificarlos, adquirir esa mirada holística que menciona Maristella Svampa y priorizar el cuidado de los recursos naturales antes que la explotación de un suelo que nos demuestra todo el tiempo su reacción ante nuestro comportamiento depredador?
Pueden descargar el Informe del estado del Ambiente desde la web: https://ambiente.gob.ar/
Para acceder al Informe Ambiental 2017 de FARN, lo deben solicitar a la Fundación
A mí me encuentran, como siempre en kariuenverde@gmail.com o Kariu en Verde
Abrazo.
Kariu