¿Por qué muchas personas eligen volver a comprar “teléfonos tontos”?
En un mundo hiperconectado, cada vez más personas apuestan a aparatos más básicos y menos tecnológicos. ¿qué onda con este comeback que está más vivo que nunca?
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Resulta extraño, pero mientras las marcas batallan por cuál lanza el mejor celular, existen personas que vuelven a prestar atención a las funcionalidades más limitadas. Ya no ponen el foco en la resolución de la cámara, ni en el diseño moderno, ni en el procesador; sino que deciden volver a lo básico. “Dumb” o “tontos” es el término con que se describen los teléfonos “clásicos” sin las cualidades que hacen “smart” o inteligente a un dispositivo. Son equipos para hacer y recibir llamadas, mandar mensajes de texto y, en algunos casos, escuchar la radio y sacar fotos muy básicas, pero la mayoría no se conecta a Internet ni es posible descargar en ellos aplicaciones. Sí vienen con lista de contactos y a veces incluyen juegos como el Snake.
Según datos globales compartidos por Semrush, empresa que brinda servicios de gestión de visibilidad online y marketing de contenido, las búsquedas en Google sobre estos aparatos aumentaron un 89% entre 2018 y 2021. ¿Por qué en un mundo hiperconectado cada vez más personas recurren a este tipo de teléfonos?
Para Elvecia Trigo –primera psicóloga youtuber, tal como ella misma se define–, esta tendencia responde al nivel de estrés que las personas tenemos al recibir una multiplicidad de conexiones, algo que hace que no tengamos ni un minuto de tranquilidad.
Quién no quisiera escaparse de las decenas de grupos de WhatsApp en los que estamos metidos, ¿no? “Volver a los celulares básicos es la posibilidad de cerrar puertas, de que no se metan en tu cabeza ni en tu intimidad, de no recibir tantos estímulos de afuera”, nos cuenta Trigo.
Pensado así, podríamos decir que es una manera “políticamente correcta” de despedirte de esos grupos y una decisión muy inteligente para frenar la cantidad de comunicaciones que nosotros mismos hemos abierto y ahora entendemos que es tiempo de restringir.
Un tranvía llamado pandemia
La realidad es que el auge de los “teléfonos tontos” no se puede entender sin la pandemia. Ese fue el gran impulso que estos aparatos necesitaban para resurgir del pasado. Para el filósofo y especialista en tecnología Tomás Balmaceda, el aislamiento obligatorio nos mostró que la tecnología es un gran puente para poder trabajar y vincularnos de forma remota..., pero nos agotó. “Estamos fatigados de las videollamadas, no queremos que en el mismo dispositivo tengamos nuestra vida laboral, familiar, social, de pareja”, detalla. Entonces, hoy el lujo es desconectarse y mirarse cara a cara, comer acompañados, charlando, caminar por un parque o recuperar el aire libre.
“La hiperconectividad nos había robado eso y lo queremos recuperar”, destaca Balmaceda. En este sentido, frente al FOMO (fear of missing out) o el miedo a perderse las cosas, se impone el JOMO (joy of missing out), el placer de perderse las cosas. La alegría de estar desenchufados..., al menos fuera del horario de trabajo.
Un consumidor nostálgico
Como dijimos, la necesidad de desconectarse puede ser uno de los motivos por los que cada vez más usuarios vuelven a ellos. ¿La otra? La cuestión nostálgica. Muchos consumidores quieren un objeto que les recuerde el pasado. Y hay marcas muy atentas a eso. Motorola, por ejemplo, lanzó en 2020 en Argentina su modelo Razr 5G, una remake del V3, dispositivo con tapita que la marca comercializaba hace años y alcanzó los 130 millones de unidades vendidas. Tal es así que decidió lanzar una versión rosa y luego hubo muchísimas reversiones, entre las que se destacan las V3i y V3e (que añadieron más almacenamiento y una mejor cámara) y la V3i Dolce & Gabbana, de la que solo se fabricaron mil unidades. Apelando a la nostalgia, este nuevo equipo venía con “modo retro”, una funcionalidad que permite que el teclado del dispositivo plegable se vea como si fuese el Razr de 2004. Así, los usuarios no solo buscan celulares usados (las búsquedas crecieron un 200%) para volver a tener estos aparatos más básicos, sino que también se vuelcan a los nuevos, pero en versón vintage.
Cero distracciones
En línea con esta tendencia, hay marcas que decidieron inclinarse por la fabricación de equipos “con menos distracciones”. Nokia anunció el año pasado a nivel global que destinará sus esfuerzos a producir dispositivos de gama baja, pero que tengan buenos materiales, baterías con una duración de hasta 20 días y que no obliguen a los consumidores a cambiarlos cada dos años. Enrique Carrier, experto en telecomunicaciones, opina que en el mundo aún hay muchas geografías donde los teléfonos básicos son populares, donde el costo de un smartphone es un poco inalcanzable: “Un poco lo que quiso hacer Nokia con esos teléfonos es seguir teniendo o abasteciendo ese mercado”.
Finalmente, otra de las razones por las que el consumidor se inclina por los “dumbphones” podría ser el precio, y ni hablar de la duración de su batería. ¡¿Te acordás de lo que duraba la del Nokia 1100?! Según datos de Google Trends en Argentina, la búsqueda de “celular barato” está en crecimiento desde principios de marzo de 2022.
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