¿Por qué es clave usar preservativo durante el sexo oral?
Las parejas heterosexuales están preocupadas principalmente por un embarazo no deseado; en gays y lesbianas también se descuida el uso de profilaxis; qué chequeos se recomiendan
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Muchas veces la gran preocupación al momento de tener sexo es cuidarse para no quedar embarazada. Claro, sin sexo protegido en parejas heterosexuales puede haber posibilidad de embarazo. Pero esa es solo una parte: también se puede contraer alguna de las infecciones de transmisión sexual-genital (ITS), como sífilis, VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), herpes, HPV (virus del papiloma humano), gonorrea, entre otras. Y las cifras de la OMS son preocupantes: más de un millón de personas al día en todo el mundo contraen una de estas infecciones.
¿Tenemos en cuenta ese cuidado que hace a la salud sexual? ¿Sabemos cómo cuidarnos? Porque las consecuencias pueden acompañarnos por el resto de la vida, con angustias incluidas.
La sexóloga y terapeuta sexual Carla Galiano cuenta que en su consulta siempre pregunta: “¿Cómo te cuidás?” Y escucha: “Si son varones, muchos dicen: ‘Es ella la que se cuida’”. Entonces indaga en cómo se cuida. Las respuestas más comunes suelen ser: pastilla, anillo, DIU. La conclusión es que la mayoría de sus consultantes no usa métodos profilácticos que lo protejan de infecciones de transmisión sexual. “Da la sensación de que solo tiene importancia la prevención de embarazos”, señala.
La sexóloga, que atiende a personas solas y también a parejas, suele consultar si se hicieron un análisis de sangre antes de decidir elegir el método de cuidado hormonal. “El 90% dice que no”, cuenta Galiano. La desprotección es enorme y queda ligada a la suerte o a lo que muchos llaman confianza.
“Manifiestan que rige la confianza que se tienen, que están juntos hace tiempo. ‘No tengo nada, yo tampoco’, dicen en la consulta. Pero ni siquiera tienen esa certeza porque no se hacen estudios previos”, contrasta la sexóloga. “Uno está poniendo en riesgo su cuerpo a la hora de confiar plenamente en su pareja. Por más de que uno lleve años, que tenga mucha confianza no recomiendo el método hormonal, siempre es mejor el de barrera”. Agrega que, al menos, si se decide el cuidado mediante anticonceptivos los chequeos deberían ser más seguidos para descartar cualquier infección.
La médica ginecóloga Sandra Magirena, que suele atender en su consulta a personas mayores de 50, nota que en ese rango etario los cuidados son casi nulos. “No se usan barreras de protección. El hombre por lo general no quiere usar preservativo y por eso aparece un segundo brote de ITS”, comenta. Explica que las infecciones ya no sólo se focalizan en personas jóvenes.
En el sexo oral los cuidados también suelen ser pocos. “Cuando hablamos de cuidados de infecciones de transmisión sexual nos detenemos en los vinculados a la penetración y no en el cuidado de otras prácticas sexuales, como puede ser el sexo oral”, advierte Galiano. “El varón tiene que ponerse preservativo a la hora del sexo oral, de lo contrario no están protegidos”.
Y habla del “gran bache” del sexo oral en las personas con vulva. “Lo único que tenemos es armar un campo de látex, que muchas personas desconocen totalmente. En sexología tratamos de reforzar la idea de que se tiene que hacer, tanto para el sexo oral como para el frotamiento de genitales, pero en la práctica no se hace y se da vía libre en cuanto a los cuidados”.
Magirena, sexóloga autora del libro Regreso a mí (El Ateneo), coincide y también hace hincapié en el sexo entre mujeres, ya que advierte en su consulta que la mayoría no usa protección. “Las mujeres lesbianas no usan barrera de látex porque no hay ninguna adaptable y fácil de usar en sus encuentros íntimos. Y muchas desconocen que puede haber transmisión de infecciones aun siendo mujeres que nunca hayan estado en contacto con un hombre”, señala.
Existe una iniciativa que mencionan las expertas: Proyecto de preservativo para vulvas, que investiga un preservativo no solo para el sexo oral, sino para otras prácticas como el frotamiento, de modo que las personas con vulva puedan cuidarse mejor. En relación al campo de látex apareció Vulva arnés, que creó un dispositivo para colocar y sostener el campo de látex de modo más práctico que hasta ahora.
Con el sexo anal, Galiano dice que es similar el descuido: se le resta importancia a la protección, cuando debería ser al revés porque, por la zona, es más riesgoso que se lastime, que haya minilesiones y se generan más posibilidades de contagio.
Qué pasa después del “descuido”
La licenciada Analía Lilian Pereyra, sexóloga clínica y educativa, da cuenta de que, lejos de quedar plena, satisfecha, una persona después de un encuentro sexual no cuidado puede vivir una pesadilla. A veces, escucha en su consultorio que fue un “descuido”, también suele ser un “no quiso” o “se rompió” el preservativo.
Según cuenta, hay relatos de mujeres que luego de mucho tiempo siguen llevando la mochila pesada de ese encuentro, porque pasan años sintiendo dolor en las relaciones sexuales o porque tienen culpa y molestia por no haber puesto un límite en ese momento.
“Hay mujeres que manifiestan sentir en su identidad ese diagnóstico: ‘Yo soy HPV’, dicen. Y esta carga se lleva a tal punto que se evita hablar del tema, por el estigma asociado a las infecciones relacionadas con la sexualidad. Les da mucha vergüenza tener una ITS porque esto lleva implícito que tuviste un encuentro sexual y, por eso, es doblemente vergonzante. Tuviste sexo y tenés una infección. ¡Por gozar te pasó esto!”, parecen decirse.
Cuenta que en su consulta suele ocurrir que muchas mujeres se sienten “sucias”, porque está muy asociado el hecho de ser “limpito” a no tener una ITS. “Cuántas veces se dice: ‘Se veía limpito, limpita por eso no me cuidé’, o ‘No nos cuidamos porque no creía o no parecía que tuviera algo’, o ‘Nos conocíamos desde hace tiempo’”. Todos estos parámetros equivocados –consideran las especialistas- para predecir una posible ITS.
También esta situación suele calar hondo en la autoestima de las personas, más que nada de mujeres, también en la confianza de la pareja si es que está con alguien, porque muchas veces se contrajo una ITS de otro cuerpo y esto pone en jaque la “exclusividad sexual” pactada.
Carla Galiano, en este punto, observa: “Poner en riesgo el cuerpo por la confianza plena en la pareja es un error, por más de que uno lleve años hay una cuestión de que, a veces, uno puede tener un desliz. Y, tal vez, justo esa persona en ese desliz no se cuidó”. Menciona un caso de una pareja heterosexual en la que el varón quería probar con una persona de su mismo género, no le avisó a su pareja y no se cuidó. “Terminó contagiándola de Clamidia porque con su pareja no se cuidaba con profilaxis”.
Según explican las especialistas, es fundamental conocer cómo cuidarse para disfrutar y que, luego del encuentro sexual, no se sume un problema a tu vida. En este sentido, consideran que el programa nacional de Educación Sexual Integral (ESI) colabora en formar e informar. También es importante encontrar profesionales de sexología, ginecología, terapeutas que traten a pacientes con amorosidad, que brinden contención adecuada sin estigmatizar ni culpabilizar.
En algunas parejas, suele ser complicado el retorno de los encuentros sexuales cuando la ITS fue traída por uno de los integrantes, quien mantuvo un encuentro no cuidado por fuera. En este caso hay que recurrir a una terapia sexológica para retomar la confianza y el disfrute sexual.
Es importante saber que existe la Profilaxis post exposición (PEP): si el preservativo se rompió, salió, quedó adentro de la vagina, no se usó o si hubo una violación todas las coberturas de salud tienen la obligación de brindar esta profilaxis. Para esto, es necesario acudir a un centro de salud.
El preservativo es la única barrera que evita la trasmisión de cualquier ITS, incluso VIH.
Cómo usarlo correctamente:
- Comprobar que tenga aire y no esté vencido. Abrirlo con las manos en la muesca que tiene el envoltorio (no es necesario usar dientes)
- Ponerlo en el pene una vez que este se encuentre erecto, apretando la cámara de aire para que luego ahí quede el líquido de la eyaculación. Desenrollar hasta la base del pene.
- Usarlo para cualquier contacto genital, si hay cambio de orificios se debe cambiar de preservativo (tener varios a mano), nunca colocar un mismo preservativo en un orificio y luego en otro.
- Hay que sacarlo luego de la eyaculación o antes de que la erección se pierda, hacer un nudo y tirar a un cesto.
Ante cualquier duda podés comunicarte con la Superintendencia de Servicios de Salud (011 4344-2800), con el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (0800 222 3444) o con el Ministerio de Salud de Nación (0800 333 3444). También con Fundación Huésped (0800 222 4837)
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